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La declaración del estado de alarma el pasado mes de marzo y la interrupción repentina de las clases llevó a cientos de universitarios a abandonar a la carrera sus pisos alquilados en Málaga para refugiarse en sus viviendas familiares situadas en otros municipios durante el confinamiento. Tiraron de la puerta sin mirar atrás, pensando que volverían en solo unos días, pero no fue así. Se llevaron consigo las llaves y dejaron enseres personales y material de estudio. Aunque excepcional, la situación dio lugar a numerosos conflictos entre los estudiantes y arrendatarios. Los primeros se negaban a seguir pagando al no estar viviendo en el inmueble y los segundos se veían maniatados al no poder alquilar de nuevo su propiedad porque las pertenencias de los estudiantes seguían dentro.
Por eso, ante la posibilidad de que pudiera declararse un nuevo estado de alarma durante este curso, el sector inmobiliario ha planteado un acuerdo en los nuevos contratos de alquiler para estudiantes, bautizada ya como 'cláusula covid', con el objetivo de proteger a inquilinos y caseros en el caso de que la crisis del coronavirus provocase una nueva suspensión de las clases presenciales. «No es una nueva norma que recoja la ley, pero sí es un acuerdo al que se comprometen las partes en un contrato privado con todas las garantías legales», recalca Cayetano Rengel, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria en Málaga.
En esta disposición se estipula que los inquilinos podrán rescindir el contrato de forma inmediata sin penalización en caso de confinamiento, aunque prevé la obligación de los estudiantes a retirar todas sus pertenencias. Especifica que si los inquilinos se encontraran fuera de la vivienda en el momento de decretarse esa situación, tendrán que hacerse cargo de los costes de la contratación de un servicio de paquetería para que les lleve a sus domicilios familiares los objetos que dejaron. Con ello, dejarían libre la propiedad y el arrendatario podría volver a poner en el mercado su vivienda. Según Rengel, aunque este acuerdo es el más extendido, «cada uno establece el que más le conviene, porque la casuística es muy grande», advierte.
Acuerdo entre partes. La llamada 'cláusula covid' que están acordando propietarios y estudiantes estipula que los inquilinos podrán rescindir el contrato de forma inmediata sin penalización en caso de confinamiento, aunque prevé la obligación de los estudiantes a retirar todas sus pertenencias. Especifica que si los inquilinos se encontraran fuera de la vivienda en el momento de decretarse esa situación, tendrán que hacerse cargo de los costes de la contratación de un servicio de paquetería para que les lleve a sus domicilios familiares los objetos que dejaron.
En este sentido, Inmoteatinos, una inmobiliaria de referencia en el alquiler para estudiantes en Málaga, ha diseñado dos cláusulas diferentes para que las partes puedan acogerse a la que más les convenga si hay un nuevo estado de alarma. «Por un lado, hemos dispuesto una cláusula para que en el momento en que se entreguen las llaves y se desaloje la vivienda, deje de abonarse el alquiler. De no hacerlo así, el alquiler se mantendría en vigor y habría que seguir abonándolo. Y en la segunda cláusula, se contempla la posibilidad de abonar el 50 por ciento de la mensualidad mientras dure el estado de alarma, lo que permitiría al estudiante mantener sus enseres personales en el piso y disponer del mismo hasta que finalizase el curso, y al propietario garantizarse unos ingresos mínimos», expone Luis Ángel García, gerente de Inmoteatinos.
Carmen Nave es la madre de una alumna de la Universidad de Málaga, que este año cursa segundo de Ingeniería de Telecomunicación y que en marzo tuvo que llegar a un acuerdo con la casera durante el confinamiento. «Al final, nos rebajó la cuota del alquiler y admitió quedarse con la fianza de 300 euros», relata. Este año, sin embargo, han cambiado las cosas. «Aunque se está pensando cambiar de piso, su casera le ha dicho por whatsapp que si se queda y se declarara el estado de alarma, la cuota sería del 50 por ciento y, si se va, rescindiría el contrato sin penalización alguna. Eso nos da cierta tranquilidad en caso de que nos quedemos con el piso», asegura Nave.
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La mayoría de los propietarios con los que ha trabajado Inmoteatinos (este año tenía 60 viviendas disponibles para estudiantes) ha aceptado estos requisitos «para no quedarse con el piso colgado». Y es que la nueva normalidad que ha impuesto la pandemia también ha alterado el mercado inmobiliario. Según explica García, llegar al mes de septiembre con pisos de estudiantes para alquilar era algo «impensable» hasta ahora. Pero, en Teatinos, donde el negocio de alquileres para universitarios era pujante se ha visto resentido este año al aumentar la oferta de viviendas disponibles y ha llevado a muchos propietarios, que antes alquilaban por ellos mismos, a recurrir a las inmobiliarias para conseguir un inquilino. «Muchos no han tenido más remedio que aceptar la 'cláusula covid' que solicitaban los estudiantes. De otra forma, se quedaban con la casa colgada», afirma García.
Desde Avanti Gestiones Inmobiliarias, con un centenar de pisos disponibles para estudiantes en Málaga, todavía tienen sin alquilar el 30 por ciento, algo «inimaginable cuando antes del verano nunca nos quedaban viviendas disponibles», apunta su gerente Nieves Osorio.
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