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El transporte público es uno de los grandes afectados por la pandemia, pero más allá de circunstancias derivadas como son el aumento del teletrabajo, de los Ertes y del desempleo y la caída del turismo, los operadores aseguran sentirse afectados por falsas creencias y mensajes ... negativos que surgieron al principio, pero que hoy ya están ampliamente superados por la comunidad científica. Se trata de la seguridad frente al contagio, que se ha convertido en una obsesión para las empresas. El clamor de los operadores es que el transporte público es plenamente seguro, y así lo certifican numerosos estudios internacionales. Los sistemas de renovación permanente del aire en los vehículos, la limpieza, el uso obligatorio de mascarillas, los cortos tiempos de viaje y factores como el hecho de que no suela haber conversaciones durante el viaje minimizan el riesgo de contagio.
SUR, con el apoyo de Metro de Málaga y de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT), ha reunido esta mañana en un foro celebrado en el hotel Málaga Palacio a los principales agentes del sector para debatir sobre la situación actual de la movilidad colectiva. En el encuentro han participado Fernando Lozano, director general de Metro de Málaga; Miguel Ruiz, director gerente de la EMT; Rafael Durbán, director de la División Sur de Avanza y Francisco Javier Berlanga, recientemente designado como director gerente del Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Málaga.
La radiografía que coinciden en hacer del escenario actual es negativa. En el metro la demanda actual es el 55% de la que había el año anterior. «Hay una percepción subjetiva del ciudadano sobre la seguridad y luego está la realidad. Los ciudadanos tienen miedo e identifican el transporte público como un foco de contagio, pero los estudios internacionales dicen que este constituye sólo el 1% de los contagios», afirma Fernando Lozano, y responsabiliza de esta percepción a los mensajes negativos que algunas instituciones lanzaron al principio de la crisis. En cambio, asevera que hay tres razones por las cuáles el transporte público no es el foco de los contagios: porque el tiempo de viaje y por tanto el de exposición es corto (entre 10 y 20 minutos en el suburbano); por el uso obligatorio de la mascarilla y por todas las medidas que los operadores están aplicando, y que están certificadas por Aenor. «Estamos en un nivel superior al resto de los lugares públicos».
Miguel Ruiz reconoce que el sector del transporte «lo está pasando mal» y reclama el apoyo económico estatal a las empresas mediante un fondo de rescate, al ser un bien básico para las ciudades. «Hemos sufrido un revés enormemente injusto, desde el primer momento hubo ministros y científicos que recomendaron no usarlo, cuando ahora dicen justo lo contrario después de los estudios que se han hecho; revertir esta imagen negativa va a llevar tiempo».
El directivo esgrime que la tasa de contagio del personal de la EMT es menor incluso que la media de Málaga y no ha habido brotes. «Los conductores que están siete horas y media conduciendo tendrían que enfermar mucho si fuera contaminante, y no es así». Además, en su papel también como presidente de Atuc, la asociación nacional que agrupa al sector, asegura que de todos los brotes que se han producido a escala nacional «ninguno ha ocurrido en el transporte público». Al tiempo, advierte sobre la paradoja que se está produciendo con la vuelta al uso masivo del coche y la compra de vehículos de segunda mano, que son más contaminantes y perjudican a la salud.
Javier Berlanga esgrime los estudios que se han hecho en grandes capitales europeas sobre el origen de los contagios, y en los que estos servicios suponían sólo el 0,001%. «Tenemos que incidir en la idea del transporte seguro y sostenible, ahora que los estudiantes universitarios vuelven a las clases».
Rafael Durbán coincide en que se ha producido una «estigmatización» de servicios como el que presta su empresa desde el primer momento, «siempre ha estado en el foco y ha sido muy injusto». «Es mucho más seguro de lo que se está vendiendo», añade, y señala que los estudios revelan que en este ámbito sólo se produce el 1% de los contagios, frente al 24% que ocurre en el trabajo y el 15% en el entorno familiar. «La posibilidad de contagio es el del 0,005%, es decir, tendrías que viajar 20.000 veces para contagiarte, la probabilidad es ínfima frente a otras circunstancias de la vida diaria. Es mucho más probable morir en un accidente de coche que contagiarte en un autobús». Al igual que el metro y la EMT, Avanza tiene sus protocolos de limpieza y seguridad de los viajeros certificados por Aenor. «Tenemos que generar confianza en los usuarios e incidir en la importancia que el transporte público tiene para la salud, pero en positivo».
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