El metro ha llegado a esa fase en la que el uso permite conocer perfectamente el propósito de unas obras de calado y, por lo tanto, molestas en pleno casco urbano. El mal necesario para ganar en competitividad del transporte público con una máxima: cuanto ... más crece un metro, más rentable es. Y, esta vez sí, tiene mucho más sentido crecer desde el Centro hacia los barrio y no viceversa. Un usuario que tome la línea 2 en el Martín Carpena en unos años podrá llegar sin bajarse hasta el Hospital Civil (quizás, para entonces tercer hospital) en 15 minutos. Un sanitario que vaya del Clínico al Civil tardará en el entorno de 19 minutos, pero tendrá que sumar el tiempo de correspondencia porque se bajará en la estación Guadalmedina de la línea 1 para tomar la 2. Desde el Centro al Civil, por acabar de comprender el salto cualitativo que viene, serían 6 minutos. Y desde El Corte Inglés, 4.
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El propósito de las obras que acaban de empezar es el de conectar el Norte de la la ciudad. Y hasta la zona hospitalaria sumarán entre 3,5 y 4 millones de viajeros. Eso implicaría 21 millones al año, según los cálculos de Metro de Málaga. Pero, evidentemente, la demanda inducida del gran proyecto hospitalario tendrá mucho que decir así como la evolución de viajeros de las propias líneas que ya están funcionando desde 2014.
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Esa es la cara amable de los trabajos, que comportan afecciones de calado para los vecinos, comerciantes y conductores de este entorno urbano. Las del tráfico, entre ellas, como se puede apreciar con las barreras rojiblancas características. Estos ya son palpables en la calle Hilera, especialmente en el sentido Centro desde la confluencia con Santa Elena, donde se ha reducido un carril de circulación, que es el más próximo a la mediana. En el sentido contrario (hacia el oeste) de momento la afección es menor, más allá de un leve estrechamiento de la calzada más cercana al eje central.
Se trata de abrir paso a los muros-pantalla, que marcaran un trazado en el que habrá tres estaciones: Hilera, Trinidad y Blas de Lezo. Las profundidades del recorrido alcanzan los 15 metros y, si siempre puede haber incidencias en una gran obra, en este caso la arqueología cobra fuerza en el entorno de la estación Guadalmedina.
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También es el momento de preparar traslados de árboles y seguir preparando todas las instalaciones auxiliares, zonas de acopio, accesos al túnel durante las obras (justo al final del tramo, en la calle Santa Elena).
Las obras las ejecutan las malagueñas Sando y Kerkros en alianza, pero previamente se adjudicaron los desvíos de tráfico, que exigen un programa bien analizado, a la unión Heliopol y Pavimentos Asfálticos por 1,7 millones.
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Los desvíos han arrancado en la zona de Hilera. Se cerrará al tráfico sólo para el sentido este-oeste entre Armengual de la Mota y Alonso de Palencia, mientras que desde ese punto hasta Monseñor Carrillo Rubio el corte será total en ambos sentidos. Los que sí que se mantendrán en todo momento serán los movimientos transversales entre Armengual y la avenida de Andalucía.
En el cruce entre Hilera y Armengual de la Mota se facilitará el movimiento hacia el oeste por la avenida de Andalucía. Además, Compositor Lehmberg Ruiz pasará a ser unidireccional, con dos carriles sentido este. Y para favorecer la accesibilidad desde el tramo oeste de Hilera se introducirá el doble sentido en Monseñor Carrillo Rubio.
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El proyecto de alternativas viarias contempla un aumento de la capacidad de las calles del entorno, un espacio que se obtendrá suprimiendo aparcamientos en superficie en las calles Jaboneros, Ingeniero De la Torre Acosta, Doctor Escassi, Morales Villarrubia y Marqués de Ovieco.
Además, se implantará el doble sentido de circulación en las calles Moraima y Monseñor Carrillo Rubio, y el sentido único en Compositor Lehmberg (ahora es de dos) para mitigar el corte de Hilera. Además, se prohibirá para vehículos privados el actual giro a la izquierda desde Doctor Escassi hacia Doctor Lazarraga, a la altura del colegio de Gamarra.
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Por tanto, ante el próximo corte, primero de Hilera y conforme avance la obra al resto de todo el eje hasta el Civil, buena parte del tráfico norte-sur será redirigido por dos rutas alternativas. Por un lado, la zona de Las Chapas-Gamarra-Suárez y, por otro, atravesando La Trinidad.
En la primera de ellas, el eje estará formado por Ingeniero De la Torre Acosta, que cuenta con dos carriles por sentido, y las calles Doctor Escassi y Morales Villarrubia (por Gamarra), que perderán aparcamientos para tener también dos carriles por sentido hasta el cruce con Martínez de la Rosa.
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A modo de continuidad, la calle Moraima pasará a tener doble sentido (dos carriles hacia el sur y uno nuevo hacia el norte) para facilitar la salida de la ciudad por Camino de Suárez hacia Valle-Inclán. Con el mismo fin, en la zona de Parque Victoria Eugenia y Miraflores se ampliará a dos carriles sentido sur la calle Marqués de Ovieco.
La otra ruta principal para los movimientos sur-norte será Armengual de la Mota. Aunque lo cierto es que esta vía conservará su actual configuración de un carril sentido sur y dos sentido norte (incluido el reservado para bus y taxis) además de la plataforma ciclista.
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Para darle continuidad, Jaboneros sí que será ampliada (quitando la banda de aparcamientos) para sumar un segundo carril sentido norte y continuar por Don Juan de Austria hasta el entorno del Civil y Gálvez Ginachero.
Más adelante, para el acceso a los dos hospitales de la zona, en el caso del Materno Infantil se mantendrá la entrada actual desde la avenida de Arroyo de los Ángeles, donde se eliminará la salida, que se realizará por Simón Bolívar (cuya entrada también será suprimida).
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En cuanto al Civil, seguirá el acceso de entrada-salida desde la plaza del Hospital y la avenida de Barcelona. Se suprimirá el de Blas de Lezo, por lo que se potenciará la entrada y salida desde Arroyo de los Ángeles.
La restitución del tráfico en superficie se irá haciendo a medida que se coloquen las losas y los muros pantalla en el recorrido. No hay que esperar por lo tanto hasta el final de las obras, ya que la técnica es la conocida como 'cut and cover', que permite seguir vaciando el interior del falso túnel una vez que se ha cerrado su estructura. Es un método muy utilizado en la ciudad en general y en todo el trazo en la ciudad y permite grandes resultados sobre terrenos complicados y facilita actuaciones como los cajones para el paso de las aguas del nivel freático.
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