Cita en el cementerio en el Día de todos los Santos

Hoy la cita era en el cementerio. Con el ser querido que se fue, pero que permanece en la memoria. Entre tumbas, flores y recuerdos, que se repasan mentalmente mientras se limpian lápidas (negras o blancas, según toque) y lágrimas. El Día de todos los Santos ha congregado un año más a cientos de personas en los camposantos de la capital. A las ocho, hora de apertura del cementerio de San Gabriel, los primeros en llegar lo hacían en bus, con líneas reforzadas por la EMT para atender un aumento de la demanda. «Pero esto ya no es lo que era», refería a SUR un empleado de seguridad que llegaba a su puesto de trabajo. «Hace unos años, las colas llegaban hasta la rotonda de acceso y no había aparcamientos libres; los atascos eran monumentales», recuerda. Nada que ver con este viernes, donde el tráfico, aunque intenso a partir de las 11.30 horas, se mantuvo fluido en los accesos y los viales interiores del cementerio, donde se colocaron conos para evitar estacionamientos indebidos que los colapsaran.

La jornada también ha estado marcada por la tragedia de Valencia, que ha llevado a suspender todos los actos culturales (los religiosos se mantuvieron) en señal de duelo por las víctimas de las inundaciones, como el acto en memoria de los fallecidos en el Jardín del Recuerdo, organizado en colaboración con la asociación Alhelí y con la actuación musical del dúo Iberclásico. Igualmente, se ha aplazado al día 9 de noviembre el homenaje al compositor malagueño Eduardo Ocón, cuyos restos están depositados en este cementerio de San Miguel, donde estaba previsto el descubrimiento de una placa conmemorativa con el acompañamiento musical del tenor Luis María Pacetti y la soprano Lourdes Martín-Leiva, así como de la capilla musical Maestro Iribarren y el Coro de la Catedral de Málaga.

El ánimo entre los visitantes, como el día: gris, apagado y triste. Y no sólo de los familiares que honraban a sus fallecidos; también de quienes regentan un negocio de flores. «Entre las incineraciones, el mal tiempo de estos últimos días y que se está perdiendo la costumbre de venir este día al cementerio no levantamos cabeza. De aquí a unos años, veremos dónde acabamos», lamenta Ángeles García, al frente del puesto de flores al que da nombre y que abrió hace más de 30 años siguiendo los pasos de su suegra, con otro establecimiento igual en el Cementerio de San Miguel.

No se equivoca esta trabajadora. Las cifras oficiales así lo confirman: un 85% de los difuntos se incineran en Málaga. En lo que va de año Parcemasa ha realizado 3.576 cremaciones y 633 inhumaciones, según el Ayuntamiento. Y la proporción de incineraciones no deja de crecer, pues lo ha hecho ligeramente respecto al año pasado, cuando era del 84,4%.

Esta crisis tratan de sobrellevarla mientras tanto manteniendo los precios, aunque para quienes se acercan a los puestos, les parezcan «excesivos». Ángeles mantiene la docena de claveles, que es la flor más demandada junto con las rosas, a 14 euros, igual que los centros ya hechos. «Estos tienen más salida. Antes la gente elegía las flores, se las llevaba y cortaba para hacer el ramo y adaptarlo a la lápida mientras la limpiaban y le dedicaban un rato. Ahora, ya se va a lo fácil y rápido», precisa.

Pese a ser una tradición que va a menos, hay quien la mantiene desde siempre. La vio en su abuela y desde que faltan sus padres, no ha dejado un año de acudir al cementerio para honrar su memoria. «Les seguiré llevando flores hasta el día que me muera», sentencia Ana P.

La escena se ha repetido en todos los cementerios de la provincia y en algunos de ellos han tenido un emotivo recuerdo para todas la víctimas de la Dana, como en el caso de Alhaurín de la Torre, donde numerosos vecinos han acudido a una ofrenda floral y han guardado un minuto de silencio en memoria de los fallecidos.

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