'Cirugía por laparoscopia' para instalar tuberías sin zanjas: ya se aplica en estas calles de Málaga

El paciente de esta cirugía de bajo impacto es una canalización cuya vida útil ha llegado a su fin y, además, es de fibrocemento. Pero los beneficiados, en realidad, son los vecinos de Capuchinos, que no verán ni cortes de tráfico, ni más polvo en suspensión de la cuenta ni padecerán el infernal ruido de radiales y e instrumental similar. Bajo la calle, una nueva tubería cobra vida. En silencio.

A las ventajas obvias, hay que añadir las del considerable ahorro de tiempo y de huella de CO2. La mala noticia es que no siempre se puede utilizar esta técnica no invasiva. Por ejemplo, el año que viene hay que renovar toda la red de Cristo de la Epidemia y Jardín de los Monos. Y allí no podrá ser.

La renovación de la red es vital para ahorrar agua, máxime en el contexto seco que castiga a la provincia. Tuberías renovadas o reparadas son sinónimo de menos fugas. Y la herramienta de refuerzo que Málaga está utilizando es la bajada de presión en cinco zonas de la ciudad, allí donde es más alta. La preciada agua que se iba por las grietas, rondaba el 22%. Las pérdidas se han reducido de manera sensible con las válvulas de presión. Se ha intervenido en Palma-Palmilla, Guadalmar-Plaza Mayor-San Julián, Asperones, Campanillas y zona alta de Churriana, especialmente de noche. «Donde la presión baja un 25 un 30%, logramos ahorros de fugas de hasta el 60%», declaraba recientemente la concejala de Sostenibilidad, Penélope Gómez.

Pero, ¿cómo se está desarrollando esta obra pionera en Capuchinos? La contratista, Acuatec, procede estos días a 'encamisar' esta canalización, que tiene 40 años de antigüedad.

La actuación implica la rehabilitación de 1,2 kilómetros de canalizaciones que registra numerosas fugas debido al asentamiento del terreno o al mal estado de las uniones entre los diferentes tubos.

La red discurre por viales urbanos de alta densidad de tráfico, por lo que dificultarían y prolongarían de manera importante la obra de sustitución, así que se ha optado por la rehabilitación de las tuberías por el interior, mediante manga, para evitar que se produzcan problemas futuros.

Este novedoso sistema, que Emasa ya ha aplicado en algunas obras de saneamiento, consiste en el encamisado de la tubería mediante una manga continua o tubería flexible que acaba conformando en el interior una nueva conducción. Todo se controla en tiempo real. Todo se monitoriza.

«El sistema, conocido como 'Primus Line', es capaz de manejar las altas presiones que se generan en tuberías de abastecimiento. Es un sistema que se puede utilizar en tubos de diámetros de entre 150 y 500 milímetros y la mayor longitud que se ha llegado a instalar es de 3,2 kilómetros con el diámetro menor», explican fuentes técnicas a SUR, que añaden que la empresa, perteneciente al grupo Aguas de Barcelona, lleva empleando el sistema más de 20 años en España, donde suman 40 kilómetros.

La estructura de la nueva tubería estará constituida por tres capas. Las capas interior y exterior serán de polietileno mientras la capa intermedia será una malla tejida de Kevlar (como curiosidad, es una fibra sintética muy utilizada por ejemplo en chalecos antibalas), que dotarán a la nueva tubería de una gran resistencia a la presión interior, mientras la antigua resistirá las cargas del terreno. Además, al emplearse una manga continua se asegura la estanqueidad total, puesto que no existirán juntas en el tramo instalado. Con esta metodología se consigue que el comportamiento de la nueva conducción sea independiente a la de la existente y más duradera.

El importe de las obras es de 629.000 euros y su duración es apenas de 5 semanas. Los materiales usados en la capa que está en contacto con el agua hacen además que el fluir sea mejor, según añaden las citadas fuentes.

Los sistemas sin zanja tienen variantes. Y se emplean mucho en obras de saneamiento. De ello, hay otro ejemplo estos días en Cortina del Muelle. Allí se realiza una operación similar. Sólo que en este caso, es de una envergadura menor y las presiones son inferiores, explican los técnicos. «En este caso, el interior de la tubería es de un material que mejora la velocidad del transporte del fluido, mientras que la capa exterior puede ser de fibra de vidrio o fieltro, impregnados de resina, que, una vez curada es la que permite dar rigidez y resistencia al conducto», explican. Estos trabajos los realiza Emasa junto a Insituform.

En las próximas semanas, estas obras llegarán a las calles Fernández Fermina, Francisco López López, Galileo, Travesía de Maqueda, Avenida Andersen, Jiménez Fraud, Avenida Arroyo de los Ángeles, Terencio, Avenida de Las Caballerizas y Avenida Carlos Haya. Son obras que requieren de un exhaustivo sistema de limpieza previa y en las que aparecen otras técnicas a base de aire caliente o rayos ultravioleta.

«Es una solución que permite ejecutar en uno o dos días obras que, en circunstancias normales, llevarían tres semanas. Sin embargo, no es una solución absoluta, pues depende del estado físico del conducto y de otros problemas que pueda sufrir, como contrapendientes o puntos bajos, por lo que tendrá que seguir conviviendo con el método tradicional», apuntan las fuentes.

En suma, ingenios tecnológicos que hacen que las obras (casi) no se noten y cuya implantación crece de manera franca.