Los centros de salud reanudan desde este lunes su actividad presencial. La Junta de Andalucía pretende que «cualquier persona pueda visitar a su médico de cabecera o a su enfermera de forma fluida», según explica el consejero de Salud, Jesús Aguirre. El objetivo del ... Gobierno autonómico es que la atención primaria, que desde el inicio de la pandemia derivó muchas de sus citas a la asistencia telefónica, vuelva a funcionar «como antes». Un año después del primer estallido de casos de coronavirus, desde San Telmo tratan de aumentar el número de consultas presenciales «de forma progresiva, siempre garantizando la seguridad» para reducir el riesgo de contagio. Por eso no todos los centros de salud han reabierto ya su agenda presencial, algo que harán «en función de la situación epidemiológica» de cada distrito sanitario.
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Ya con la plantilla del Servicio Andaluz de Salud (SAS) vacunada, la Junta quiere recuperar el contacto directo entre los pacientes y sus médicos. Es el principio del fin del dominio de la atención telemática en estos centros, aunque las consultas telefónicas seguirán disponibles para quienes lo soliciten. Cada distrito sanitario decidirá qué consultorios abren teniendo en cuenta diferentes factores como la capacidad de aforo, que haya una evaluación positiva del departamento de riesgos laborales y que sea posible establecer circuitos diferenciados para pacientes que eviten que los casos con síntomas de Covid-19, como fiebre o problemas respiratorios, compartan espacio con el resto. Se mantendrán las demás medidas preventivas actuales, como el uso obligatorio de mascarillas homologadas y la toma de temperatura en la entrada.
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Pero los profesionales se resisten al regreso del sistema presencial. En pie de guerra tras las palabras de Aguirre, desde el Colegio de Médicos de Málaga recuerdan que los centros de salud «nunca han estado cerrados» y consideran que «no se ha contado con la opinión» de los trabajadores para trazar la estrategia de vuelta al sistema de consultas presenciales. «Hemos trabajado, y continuamos haciéndolo, a gran ritmo, con múltiples citas y en ocasiones hasta repetidas, sin dejar de hacer las funciones propias de las especialidades de medicina de familia, una situación que nos está llevando al agotamiento físico y psíquico», reivindica el vocal de Atención Primaria del Colegio, Ángel García Arjona. Los médicos colegiados aclaran que «no nos negamos a atender de forma presencial a los pacientes porque lo que nos gusta de nuestro trabajo es el contacto directo con las personas, sin la frialdad de una línea telefónica por medio», pero sostienen que la pandemia ha demostrado que un alto número de consultas pueden ser resueltas mediante llamadas o videollamadas, por lo que solicitan que la asistencia presencial se destine «a determinadas situaciones clínicas que precisan la exploración del paciente».
El Colegio reclama también la incorporación del triaje a la atención primaria. Este método de clasificación de pacientes, consistente en la evaluación de las prioridades de atención, ya se emplea en los hospitales. Los médicos de familia sugieren que el personal de enfermería asuma este cribado en los ambulatorios, por lo que pasarían a ser los primeros profesionales que reciban al paciente «para valorar su situación y gravedad y resolver algunos de sus problemas». Así, al no ser la puerta de entrada directa a los consultorios, los médicos tendrían «más tiempo para las consultas, realizar visitas a domicilio y hacer llamadas telefónicas muy útiles para solucionar temas burocráticos».
Pero este protocolo, denominado «consultas de acogida» por la Junta e iniciado como experiencia piloto en algunos centros de salud, tampoco está exento de polémica. El Consejo Andaluz de Enfermería exige que su implantación venga acompañada «de un necesario aumento» de las plantillas de enfermeras. Andalucía es la comunidad autónoma española con menos enfermeras por cada mil habitantes, y a su vez Málaga es la segunda provincia con peor ratio, sólo por detrás de Granada: sólo 3,29 frente a las 5,30 de media española. Las enfermeras insisten en que este triaje supondría «una descarga de trabajo» para los profesionales médicos y el personal administrativo que no puede sostenerse «a costa de una sobrecarga de trabajo de las enfermeras, ya de por sí saturadas» tras hacerse cargo del diagnóstico de casos positivos, las labores de rastreo y la campaña de vacunación contra el coronavirus, además de sus tareas habituales. Aunque se muestran favorables a que aumenten sus competencias, las enfermeras advierten de que la estrategia emprendida por el Servicio Andaluz de Salud «decaerá en ineficiente y derivará en importantes problemas» si la Junta no incrementa la plantilla mediante contrataciones.
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El regreso progresivo hacia un sistema de consultas presenciales, con excepciones telefónicas, y las quejas de los profesionales coinciden con la bajada de la tercera curva de esta pandemia y el descenso en el número de hospitalizaciones por Covid-19. Temerosos de que las nuevas variantes del virus, más contagiosas, anticipen una cuarta ola, desde el Gobierno presidido por Juanma Moreno mantienen de momento las restricciones aplicadas por la crisis sanitaria, como la limitación de reuniones dentro y fuera de casa a un máximo de cuatro personas, el cierre de la hostelería y el comercio a las seis de la tarde y el toque de queda desde las diez de la noche. Se espera sin embargo que esta semana se anuncie una relajación de estas medidas.
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