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«Esto ha sido nuestra salvación». Las palabras de alivio sincero salían ayer de boca del vicepresidente de la Fundación del Cementerio Inglés de Málaga, Jaime Aguilera, tras la firma de un convenio de colaboración que vincula por un periodo de dos años (2021 ... y 2022) a la Fundación Unicaja con el histórico camposanto y que garantiza la viabilidad futura de este espacio a través de dos estrategias absolutamente imprescindibles: frenar el deterioro del recinto y dinamizar su actividad cultural y turística.
190 años después del nacimiento del Cementerio Inglés (1831) gracias al empeño del cónsul británico William Mark para que los ciudadanos de confesión anglicana tuvieran enterramientos dignos, el espacio afronta un nuevo resurgir después de la profunda crisis en la que lo había sumido la pandemia del Covid. Las restricciones sanitarias y la falta de fondos para hacer frente a los 30.000 euros de gastos anuales habían llevado a los responsables de la fundación, el pasado mes de febrero, a anunciar el cierre del camposanto de lunes a viernes y a hacer partícipe a la ciudad de una situación «insostenible».
El convenio con la Fundación Unicaja se convierte, pues, en una «tabla de salvación» que esperan definitiva, porque aunque el convenio tiene una vigencia de dos años, los responsables del cementerio desean que tenga «vocación de continuidad». A pesar de que los términos exactos de la colaboración no se han hecho públicos, la rúbrica del acuerdo entre el presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Médel y el presidente de la Fundación Cementerio Inglés, Bruce McIntyre, «nos da la tranquilidad suficiente –en palabras de Aguilera– para no tener que preocuparnos por el principal problema, que era el económico».
Y parece que así será, ya que la Fundación Unicaja anunciaba ayer que «el objetivo del convenio estriba, en última instancia, en la necesidad de mejorar el estado de las instalaciones y contribuir con los proyectos de difusión de la propia dirección, ampliando la visibilidad del camposanto y reforzando su condición de activo patrimonial y turístico, susceptible incluso de albergar conciertos, exposiciones y visitas guiadas, además de actividades culturales adaptadas a sus singulares características».
Con el acuerdo vigente desde ya, los responsables del histórico cementerio –declarado Bien de Interés Cultural en 2012–, aspiran ahora a seguir ampliando sus contactos con instituciones y empresas «para ir consiguiendo fondos para la inversión en las instalaciones», añadía Aguilera, cuya fundación está en conversaciones «muy avanzadas» con otros interlocutores del sector cultural para dejar definitivamente atrás una situación que el pasado mes de febrero definían como «absolutamente desesperada».
Cuatro meses después, y si no el descanso eterno de sus muros, sí llega al menos el terrenal: «Estamos tranquilos y contentos», avanzaba Aguilera, muy «agradecido» también por la «cantidad de muestras de cariño y apoyo que hemos recibido en este tiempo. Se nota que en Málaga se quiere al Cementerio Inglés y eso para nosotros es muy importante». Eso, y la salvación definitiva.
A principios del pasado mes de febrero, los responsables del Cementerio Inglés anunciaban el cierre de sus instalaciones de lunes a viernes por la imposibilidad de asumir el gasto que implicaba tener las puertas abiertas entre semana. Ahora, y tras la firma del convenio con la Fundación Unicaja, el camposanto espera que esa situación quede atrás lo antes posible. «Por el momento seguimos abiertos sólo los fines de semana, pero esperamos que después de este espaldarazo podamos abrir las puertas todos los días a partir del 1 de julio», avanzó Jaime Aguilera a SUR.
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