Villalobos, en una imagen del año pasado. Salvador Salas

Celia Villalobos: «A Sánchez le haría un gazpachuelo, que tiene mucho huevo»

La exministra de Sanidad acaba de confirmar su participación en Masterchef Celebrity después de «pensarlo mucho» y no quiere ni oír hablar de política: «Es cruel»

Jueves, 7 de mayo 2020, 00:30

El estado de alarma la encontró en Madrid junto a su marido Pedro Arriola, histórico asesor del Partido Popular: «Y estoy deseando irme a Málaga». ... Quien fuera alcaldesa y ministra de Sanidad no quiere ni oír hablar de política tras su retirada el año pasado, pero si alguien pensaba que Celia Villalobos saldría de la vida pública para recluirse en casa no podía estar más equivocado: esta semana ha anunciado su participación en Masterchef Celebrity, el famoso concurso de cocina, continúa trabajando como tertuliana y prepara libro. «Antes partía que doblá», que diría su paisana Magdalena Álvarez.

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-¿Cómo lleva el confinamiento?

-Como todos, apañándomelas como puedo. Estamos Pedro y yo solos en casa. Cocino, leo mucho, he hecho un puzzle de mil piezas...

-Pero no creo que lo lleve bien. A usted siempre ha sido difícil atarla en corto.

-Pero como no hay otra opción, ¿para qué diablos me voy a sentir mal? Sería un esfuerzo inútil. Estoy tranquila.

-Ha sido una sorpresa el anuncio de su participación en Masterchef.

-¡Ah! Me apetecía. Me lo pidieron y lo he pensado mucho. Ya no quiero saber nada de la política.

-¿Qué le atrae del programa?

-Hago la cocina que hace cualquier ama de casa. Aprenderé, con grandes chefs, a hacer muchas cosas que no sé hacer. Me gusta que sea un programa coral donde aprendes, te diviertes, pasas malos ratos y te mides a ti misma.

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-Todo el mundo espera que haga puchero.

-Pues es la primera vez que oigo eso. A lo mejor lo espera usted. En el programa no haces lo que tú quieres, sino lo que te mandan hacer. Quien lo haya dicho cocina poco.

-¿Por qué?

-Por los tiempos que te dan para hacer las cosas.

-¿Sabrá acatar la opinión de los jueces si la considera injusta?

-Como todo el mundo. Hay muchas leyes que no me gustan y las acato. No sé qué piensa de mí. Me da la sensación de que tiene un estereotipo de lo que soy, pero como tantos otros. Si no lo rompen, peor para ustedes.

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-No tengo prejuicios.

-¿Seguro?

-De verdad.

-No diría yo eso.

-Usted siempre se ha caracterizado por ser rebelde...

-Si usted lo dice... Ahora mismo estamos viviendo la enorme tragedia que está maldirigiendo el ministro de Sanidad. Todavía estoy esperando que se rían de él.

-¿Cree que hubo ensañamiento con usted?

-Sí, por varias razones. La primera, por ser mujer. Pero a estas alturas de mi vida esos temas me dan igual.

-Estos días se ha criticado a Montero por su acento andaluz. También ocurrió con usted y con Magdalena Álvarez. ¿Penaliza doble ser mujer y andaluza en política?

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-No he visto que hayan criticado a la ministra Montero. Y sería una estupidez. Que nos criticasen a las primeras, a lo mejor... Pero ya ha habido muchos ministros andaluces.

-¿No cree que penalice, entonces?

-Las mujeres en política siempre estamos penalizadas, pero no pienso ponerme en plan dramático. Si a alguien no le gusta el acento andaluz, se tendrá que aguantar. Yo he oído críticas a Montero por las cosas que dice, que ha dicho alguna que otra estupidez, pero no por ser mujer ni andaluza.

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-En caso de tener que elegir, ¿escogería libertad o seguridad?

-Hay que buscar el equilibrio. Es la responsabilidad del presidente de este magnífico gobierno, que cuando hubo que matar a un perro por el tema del ébola llamó asesino al anterior gobierno. Y a este gobierno, que tiene 40.000 muertos a sus espaldas, nadie le llama nada.

-¿Está de acuerdo con el confinamiento total o lo considera un ataque a nuestras libertades?

-El confinamiento lo han hecho en la mayoría de países. El problema es que lo aproveches para hacer otras cosas que no tienen nada que ver con el virus ni con la protección de la salud.

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-¿Como cuáles?

-He leído decretos donde aparecen normas que no tienen nada que ver con el Covid. Me parece razonable que los científicos digan que tenemos que estar confinados, como ha ocurrido en casi todos los países. Igual tuvimos que tomar la medida antes. Yo estuve apoyando al Ministerio hasta que vi que estaban desbordados.

-¿Hubiera roto la disciplina de voto para apoyar la prórroga del estado de alarma?

-Yo ya no estoy en eso. Soy una ciudadana más.

-¿Y está de acuerdo con la prórroga?

-No tengo por qué opinar. Carezco de la información que tengan, por ejemplo, los presidentes de Galicia, Extremadura o Castilla-La Mancha. Me parece frívolo opinar, qué quiere que le diga.

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-¿Ha visto el pleno?

-No.

-¿Sigue la información política o ya no le interesa?

-La verdad es que no mucho, para qué le voy a engañar. Estamos saturados del Covid desde el punto de vista informativo.

-¿Le hubiera gustado el reto de dirigir el Ministerio de Sanidad en estos momentos?

-Ni me lo he planteado.

-¿Cómo cree que lo está haciendo Illa?

-Está desbordado, pero esto es complicado. No sé si ha elegido a los mejores técnicos. Como no estoy allí, no los conozco.

-¿En su época no estaba Fernando Simón?

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-No lo recuerdo. Cuando llegué no había ningún control científico ni gabinete de asesoramiento. Se tuvo que crear.

-¿Por qué no ha habido ninguna presidenta en España?

-Pregúnteselo usted mismo. A lo mejor los hombres no tienen confianza en la capacidad que tenemos las mujeres, cuando con el Covid se ha demostrado que allí donde gobiernan mujeres ha ido mejor.

-¿Pero no son los partidos, más que la sociedad, los que no han confiado en las mujeres?

-Los partidos imagino que buscan personas que consigan votos. Pregúnteselo al presidente del CIS, que seguro que lo sabe.

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-¿Qué plato le cocinaría a Pedro Sánchez, si pudiera?

-No me gustaría cocinar para el señor Sánchez, pero le haría un gazpachuelo, que tiene mucho huevo.

-¿Por si se le repite?

-No, el gazpachuelo no se repite.

-¿Ha hablado con el alcalde?

-No, pero sé cómo está porque he hablado con su entorno. Yo ya sabía que no era nada porque llamé a quienes tenía que llamar y me dijeron que no tenía importancia. Espero que esté totalmente recuperado y que siga haciendo el deporte que a él le gusta.

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-De la Torre acaba de cumplir 20 años en el cargo. No sé si alguna vez lo imaginó cuando le entregó el bastón de mando.

-¿Y por qué no? Teníamos un buen proyecto que él ha continuado y ampliado. Es un buen gestor. Le recuerdo que yo lo convencí para que viniera de número dos conmigo.

-¿Qué piensa del descosido que le ha dejado Cassá en el Ayuntamiento?

-No estoy al tanto de lo que está pasando.

-¿Cree que Cassá debería entregar el acta?

-Es un tema que no me afecta.

-¿Le recomendaría al alcalde que se retirara?

-¿Por qué va a tener que retirarse?

-Para estar más tranquilo. Se ha pronunciado hasta su mujer.

-Bueno, su mujer lleva pronunciándose desde que era primer teniente de alcalde, hace ya veinte años. Eso no cambia nada.

-¿Cree que alguien puede sacar rédito político de esta crisis?

-Es una situación complicada. Desde luego, el Gobierno no, por mucho que intente controlar. Pero yo no quiero saber nada de política.

-¿Le importa, entonces, que le haga alguna pregunta personal?

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-Dígame.

-¿Cómo lleva la crisis como madre de autónomos?

-Preocupada. No le veo salida, tal como está planteado. Es difícil que vuelvan a abrir los restaurantes pequeños. No pueden hacer frente a los gastos. Como son autónomos, están abandonados. Sólo tienen a las familias.

-¿Qué queda de la Celia que militaba en el Partido Comunista?

-Tengo 71 años. He pasado en mi vida por muchísimas cosas. ¿Qué queda de la Celia Villalobos de 18 años? Ilusión y amor a la vida.

-¿Cómo ha asumido que no pueda pasear en las franjas de menores de 70 años?

-Yo voy a las seis y media de la mañana.

-Se está saltando...

-No, perdone. No ponen límite de edad para hacer deporte de seis a diez de la mañana. ¿O qué pasa, que tenemos que ir con el bastoncito?

-¿Se ha sentido especialmente atacada por los periodistas?

-Por algunos imagino que sí, pero tengo una ventaja: no los leo. Cuando quiero leer a algún intelectual, cojo un buen libro. Leo a Ortega.

-Antonio Soler escribió de usted que es la hoguera donde arden los muebles viejos del PP.

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-Si es lo que piensa, sus razones tendrá.

-Usted ha roto la disciplina de voto siempre que lo ha creído oportuno.

-Alguien tenía que hacerlo, ¿no? El problema es que ya no lo hace nadie.

-¿Por qué?

-No sé. Son todos muy obedientes.

-¿La desobediencia pasa factura en política?

-No sólo en política. Como decía el padre de un amigo: todo el mundo aplaude tus piruetas y tú sola te curas las agujetas.

-¿La han dejado sola muchas veces?

-A mí la soledad no me molesta.

-Votó a favor del matrimonio igualitario y el aborto. ¿Le hubiera gustado votar a favor de la eutanasia?

-Sí, me hubiera gustado. La he defendido en público, y no hace demasiado.

-¿Y por qué cree que no sale adelante?

-Hay sectores muy en contra, pero hay que distinguir la vida privada de la responsabilidad política. Conozco gente que está a favor de la eutanasia y en su vida jamás la llevaría a cabo.

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-No es obligatorio.

-Exactamente, como tampoco lo son el matrimonio, el divorcio o el aborto.

-Se echó encima a la Conferencia Episcopal.

-Son las cosas que ocurren cuando defiendes lo que crees. Yo he votado siempre sabiendo lo que hacía.

-¿Se ha llevado muchas reprimendas en privado?

-Menos de las que la gente cree y más de las que me hubieran gustado.

-¿Alguna vez fue amiga de Aznar?

-Sí.

-¿Y por qué dejó de serlo?

-Pregúnteselo a él.

-Usted tendrá su versión.

-Hace mucho tiempo que no hablo con él, mucho. Fue un buen candidato a la presidencia e hizo un gran partido, eso es así. Nunca he tenido follones con él por la forma en que yo pensaba.

-Pero se distanciaron.

-No tengo nada que decir.

-¿Cocina a menudo?

-Cocino a diario, de vez en cuando para mis nietos. Se lo llevan por Glovo, que es una maravilla. Hago comida sencilla. En Masterchef es otro rollo. Por eso para mí es un reto, otra forma de cocinar. Albóndigas, cocido, fabada y tortilla de patatas ya hago. Yo cocino para mi familia y mis amigos, pero quiero aprender cosas diferentes.

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-Las mujeres siempre han sustentado la cocina pero la mayoría de chefs son hombres.

-Hay mujeres que son cracks, como Ruscadella, pero es cierto que hay más hombres. Pero ellos son profesionales. Han hecho una carrera. Empezaron aprendiendo de sus madres y sus abuelas, pero después hay que profesionalizarse, aprender técnicas... Mire Dani García. Lo conocí en el Tragabuches de Ronda y ya apuntaba maneras, y además es un tío fantástico. Fíjese dónde ha llegado. Es un orgullo que tenga tres estrellas Michelin y siga siendo el tío simpático y campechano que ha sido toda su vida. También he conocido a Abraham García, de Viridiana, aquí en Madrid.

-¿Cómo está matando el tiempo estos días?

-Yo el tiempo no lo mato, ¡lo vivo!

-Lleva razón.

-Plancho, lavo, friego, hago los baños, cocino, recojo, miro recetas, leo, veo un rato la televisión, hablo con mis hijos y mis nietos todas las noches... Como todo el mundo. Me acuesto pronto y me levanto temprano.

-¿Tiene Netflix?

-Pedro es poco aficionado a las series. Como estamos juntos, veo poca televisión.

-¿Cómo ve el futuro?

-Tengo confianza en los científicos. Estoy convencida de que, antes o después, encontrarán la vacuna. La pregunta que hay que hacerse es de dónde viene el maldito virus.

-¿Y de dónde cree que viene?

-De los chinos. ¿Dónde ha empezado esto?, ¿en Villanueva del Trabuco o en Wuhan? Ahí afectó a una región, y en Europa ha afectado a todos los países. ¿Es que los comunistas no se mueven del sitio sin permiso?

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-¿Cree que habría que pedir cuentas a China?

-Entre otros, sí. El SARS, en 2002, también se produjo en China.

-Es la opinión de Trump.

-Con Trump no coincido en nada, en nada, pero a lo mejor en esto sí. La OMS tendrá que hacerse la pregunta e investigar en algún momento. No hablo de un complot, pero es un tema muy grave. No creo en las conspiraciones, pero sí en las responsabilidades.

-¿Y en la gestión?

-Claro. Antes le he dicho que los países gobernados por mujeres se ha gestionado mejor. Tal vez resulta que somos muy eficaces.

-¿Cree que nos hubiera ido mejor con Margarita Robles, por ejemplo?

-Nos hubiera ido mejor con Soraya Sáenz de Santamaría.

-Veo que es leal.

-Qué le vamos a hacer.

-¿Volvería a apoyarla?

-No creo que Soraya tenga interés en volver a la política. Ya estamos en otras cosas.

-Me llama la atención ese interés por pasar página.

-La vida pasa, no es sólo política. Y estoy encantada, deseando que mi libro se publique a finales de año y trabajando en el programa de Máxim Huerta, que es una de las personas más maravillosas que he conocido en mi vida.

-¿Se siente identificada con Huerta en algo?

-Me parece un tipo fantástico.

-¿Cree que lo traicionaron?

-Creo que él prefiere no hablar de eso, pero en su momento dije que no tenía por qué dimitir. Habría que preguntar a los señores del PSOE que tenían ganas de hacerlo desaparecer. La política es así.

-¿Cruel?

-Mucho.

-¿Es viable una política compasiva?

-¿Y la economía? ¿Y el periodismo?, ¿ustedes son muy compasivos? ¿Y los ingenieros de caminos? La vida es como es.

-Adelánteme algo de su libro.

-Hablo de mi paso por la política. Me ha costado trabajo escribirlo, pero no destroza a nadie. Que no va en la línea de Margallo, vaya. Es un libro de alguien que escribe con el corazón. Y ya está, ¡que tengo que hacer de comer!

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