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El estado de la Catedral de Málaga continúa agravándose, y el edificio ha entrado ya a formar parte de la lista de los más de mil inmuebles de la capital declarados oficialmente en mal estado y que necesitan de reparaciones para recuperar una correcta conservación. El primer templo de la diócesis superó con resultado positivo la primera inspección técnica obligatoria demandada por el Ayuntamiento en el año 2008. En aquel momento se estaba ultimando la ejecución de la 'segunda piel' de ladrillos y láminas de plomo para el exterior de las bóvedas, ideada por el arquitecto gaditano Juan José Jiménez Mata y bendecida por los técnicos de la Consejería de Cultura como la solución definitiva para acabar con las goteras. Una década después, el problema de filtraciones permanece y la última inspección, efectuada el año pasado, ha arrojado un resultado desfavorable.
Las normas del Ayuntamiento obligan a los propietarios de los inmuebles que se encuentren en esa tesitura a solicitar la licencia de obras para las reparaciones en el plazo de tres meses. Pero, en este caso, todo es mucho más complicado, puesto que el Obispado, propietario del edificio, tiene que consensuar previamente con la Junta de Andalucía cualquier actuación que se vaya a acometer, algo que dificulta el que no se haya aprobado aún un plan director que sirva como hoja de ruta para las intervenciones de conservación y restauración del monumento.
En los últimos años, la diócesis ha puesto especial hincapié en hacer ver que la 'segunda piel' de Jiménez Mata no ha funcionado como se esperaba, tesis respaldada por las goteras que se han seguido registrando en momentos de fuertes lluvias y los desprendimientos de fragmentos de las bóvedas recogidos por las redes colocadas bajo el techo de la basílica. Sin embargo, informes técnicos de Cultura emitidos en 2017, en relación a la última propuesta de plan director, promovida por el actual obispo, Jesús Catalá, seguían defendiendo la utilidad de la obra que se ejecutó a finales de la pasada década, y apostando por la realización de un estudio para proceder a su reparación.
La falta de sintonía entre el anterior gobierno socialista de la Junta y la Iglesia malagueña dio paso el año pasado a un acercamiento con los actuales responsables de la Administración regional, comandada por PP y Ciudadanos. Esto se plasmó en un encuentro que mantuvieron el obispo con la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, y el alcalde, Francisco de la Torre, para presentar lo que desde el Obispado se ofrece como la solución final para el problema de las humedades: la construcción de un tejado a dos aguas siguiendo los bocetos del que se quedó sin ejecutar en el siglo XVIII, diseñado por Ventura Rodríguez.
Pocos días después de aquel encuentro, el Cabildo de la Catedral dio a conocer los planos e imágenes del anteproyecto elaborado por los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto. Se trata de un tejado a dos aguas formado por una estructura de madera laminada y acero que podría visitarse por dentro y por fuera, y que estará cubierto con tejas de cerámica vidriada en dos colores, miel y crema, para asemejarse a los tejados de la iglesia del Sagrario y del palacio episcopal. Aquella iniciativa fue bien recibida por los responsables de Cultura que, sin embargo, siguen todavía a la espera de que la diócesis le presente un proyecto definitivo para su ejecución, de manera que pueda ser informado correctamente por los técnicos.
Según ha podido conocer este periódico, el Obispado se encuentra aún inmerso en la elaboración de este proyecto, una tarea para la que cuenta con empresas de ingeniería que han visto frenada su actividad en los últimos meses por la pandemia del coronavirus. No obstante, la diócesis confía en poder avanzar en los próximos meses en la finalización del diseño de la cubierta, para aportarla a la Junta, a la que sí entregaron el año pasado informes para demostrar que no sirve la 'segunda piel' que se aplicó a las bóvedas, y que no deja de requebrajarse por la ausencia de juntas de dilatación en la concepción de aquel proyecto.
La Catedral no es el único edificio religioso situado junto al palacio episcopal que necesita de una urgente reparación. En una situación parecida, aunque más grave aún, se encuentra la iglesia del Sagrario, adyacente al primer templo de la diócesis y que permanece cerrada desde el pasado mes de enero tras detectarse que empeoraba la situación de la grieta que la parte por la mitad y que se aprecia especialmente en su interior, donde han tenido que colocarse mallas para la recogida de cascotes.
El Obispado ha llegado a la conclusión tras varios estudios de que la solución pasa por un refuerzo de los cimientos del edificio. Sin embargo, para poder acometerlo, la Consejería de Cultura ha requerido una etapa previa de sondeos arqueológicos que aún se están ultimando y que se han llevado a cabo tanto en la cripta como en el exterior de esta iglesia. El resultado de esas excavaciones será plasmado en un informe que servirá a la Junta para determinar el modo de actuar en relación a los restos encontrados y a la necesidad de reforzar la cimentación de este templo.
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