Cassá vota con la oposición y el PP se abstiene en una condena a Vox

Los movimientos del cambio se empezaron a ver en guiños que hacía el independiente a la bancada de la izquierda –él se suele sentar con el equipo de gobierno, y esta circunstancia no la modificó– e incluso en un paseo que dio para hablar específicamente con el edil de la coalición de IU y Podemos, Nicolás Sguiglia, cuyos ojos 'sonreían' por encima de la mascarilla. El PSOE, con los votos de Cassá, ha conseguido que se apruebe que las partidas dedicadas a la feria, que no se va a celebrar, se dediquen a ayudas a los sectores económicos que se van a ver perjudicados por la anulación de este evento, una cuestión que ponía sobre la mesa la edil socialista Alicia Murillo.

Sguiglia conseguía sacar sus dos iniciativas adelante gracias al voto del no adscrito para dejar por escrito en las actas del pleno, si así se ratifica en la sesión de este mes, que la comisión de Economía rechaza la contratación directa realizada por Promálaga a favor de la empresa 'La Ola Producciones' para la realización de un dossier promocional de la Expo 2027 por valor de 60.500 euros, «entendiendo que se trata de una medida injustificada» y aboga por evitar este tipo de procedimientos pidiendo concurso público. En este punto, precisamente, se inició el primer desencuentro entre la oposición y el alcalde Francisco de la Torre, quien le ha pedido a la misma expresamente colaboración para sacar adelante la candidatura de la Expo 2027 Málaga, un proyecto para el que no quiere fisuras, sobre todo porque requiere el plácet del Gobierno central. Otro de los puntos que Adelante consiguió fue un plan llamado 'Persianas Abiertas' para que se reduzcan los locales vacíos que hay en la ciudad por la crisis y haya una línea específica de subvenciones. El exnaranja sólo ha votado en contra de un punto en concreto de esta iniciativa, el tercero, el que pedía que el Ayuntamiento dotara un fondo para la compra de locales de planta baja para su puesta a disposición de personas y proyectos que se engloben dentro del plan. Más tarde reflexionaban los proponentes que para Cassá esta medida no estaba dentro del marco de sus ideas políticas liberales.

Tal fue el revuelo se armó con los votos a favor del independiente, que hubo movimientos de varios de ediles populares entrando y saliendo del salón de plenos con cara de sorpresa, y el propio portavoz socialista, Dani Pérez, se adentró en la comisión para constatar lo que estaba pasando. Cuando terminó la sesión, los pasillos daban la clave del momento. El edil popular Jacobo Florido le afeaba a la oposición, que estaba alegre por los logros, que Cassá ya no fuera un tránsfuga (como consiguieron en un pleno, sin los votos del PP) y el portavoz socialista le contestó con sorna que «la aritmética variable tiene su jugo».

Este periódico se dirigía al edil no adscrito para preguntarle por qué había votado en contra del equipo de gobierno, cuando anteayer lo había hecho a favor en la Diputación (gobierno también formado por el PP y Cs) y éste contestaba que entendía el trabajo de los medios de comunicación, pero que no iba a hacer ningún comentario.

La mañana en el salón de plenos del Ayuntamiento fue muy intensa. Al golpe de efecto del cambio de banda de Cassá, pese a la «lealtad» de la que hablaba anteayer que De la Torre que tenía con el equipo de gobierno, y de que el 99% de las veces votaba a su favor, se sumó otro episodio, que seguramente va a traer cola. La Corporación aprobó, con la abstención sólo del PP (es decir con los votos del PSOE, Adelante, Cs y el no adscrito a favor) que se inste al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Málaga a que condene «todos los discursos y acciones discriminatorios y de odio realizados desde las instituciones por Vox en contra del colectivo LGTBIQ+», que aunque es una exigencia para el equipo de gobierno lo que deja claro, de facto, es que todos los que han votado a favor en la comisión de Derechos Sociales lo condenan.

El proponente de la iniciativa, el socialista Pablo Orellana, que es homosexual, narró de forma muy íntima y con mucho conocimiento de causa lo que sufren las personas de este colectivo desde que son pequeños, y puso el dedo en la llaga diciendo que desde las instituciones no se deben alentar estos discursos que luego se pueden traducir en la calle en insultos, empujones y acoso, y en ocasiones las cosas van mayores, explicando el caso de Samuel, que en Vigo murió al grito de maricón, o el ejemplo de las agresiones homófobas a una pareja en Teatinos (concretamente pintadas en su domicilio) y la de Jaime Poniente en la playa del Guadalhorce. Orellana, que suele emocionarse cuando habla de estas cuestiones y al que se le pueden entrecortar las palabras cuando las explica, subrayaba con mucho ahínco que las agresiones de LGTBIfobia son delitos de odio, y que desgraciadamente han aumentado mucho en los últimos cinco años. Por eso, incidía que cuando Vox aplica el voto parental para que en las clases no se hable de la diversidad sexual, cuando consiguen que las celebraciones del Orgullo tengan lugar en sitios apartados, cuando presionan para que no se cuelgue la bandera LGTBI en las instituciones, «no sólo se nos está negando, se nos está humillando. Esto ha enardecido a personas a que nos miren mal, nos insulten y hasta nos maten«, añadió.

El concejal de Derechos Sociales, Francisco Pomares, pedía que se incluyeran a todos los grupos y colectivos que pudieran desarrollar estos planteamientos dentro de las instituciones, no sólo a Vox, una enmienda que no fue aceptada por el PSOE, de tal forma que finalmente el PP era el único grupo que se abstenía en la votación. «Hablar de discursos del odio de Vox es una cuestión seria, y si lo hicieran sería delito, estaría prohibido. Yo no sé lo que hacen porque no los tengo aquí (en el Ayuntamiento)», contestaba Pomares a preguntas de este periódico al finalizar la sesión sobre por qué se habían abstenido, que es como ponerse de perfil. Añadía que «los discursos se combaten con discursos en las instituciones, y la violencia, con la Policía». Por último, apuntaba que lo que quería el PSOE era una cuestión «más política» en este punto. Ayer, precisamente, era el Día Europeo de las Víctimas de Delitos de Odio, del que se celebró un acto en el patio de banderas, que presidieron los ediles populares Ruth Sarabia (Participación) y Avelino Barrionuevo (Seguridad).

El resto de los puntos, como un plan municipal de diversidad sexual, eran aprobados al igual que las dos mociones del PSOE y Adelante para que el Ayuntamiento inste a la Junta a solucionar cuanto antes la falta de continuidad en el servicio de atención temprana de 0 a 6 años (cuyas madres dieron duros testimonios) así como una iniciativa institucional de repulsa a los delitos de odio a las personas con discapacidad como el asesinato a Isaac, síndrome de Asperger, en Madrid.