Cassá rompe la proporcionalidad

Hay una leyenda, que conocen poquísimos, por la que Cassá habría preguntado distintas fórmulas para votar en el acto de investidura. Parece ser que quería poner en su papeleta que no votaba ni a De la Torre ni a Pérez, una idea que al parecer alguien le quitó de la cabeza, pero que tuvo en vilo a todos los populares y a la edil naranja Noelia Losada hasta el último minuto. Finalmente, votó a De la Torre pero pudiera ahora decantarse por el actual líder de la oposición en una posible moción de censura, lo que vendría a ser el movimiento político más 'destroyer' que hubiera vivido el Ayuntamiento de Málaga en todos los años de democracia.

Los que lo conocen explican que, de haber algo orquestado, no tendría que ser de forma momentánea. El asunto se cobraría por fases: primero, 'me voy porque Ciudadanos no me quiere'; segundo, la ciudad va de mal en peor y se echa de menos la falta de liderazgo del alcalde, por cierto una frase que usó ayer con un registro parecido ayer Dani Pérez en la comisión especial informativa Covid-19, y tras varias situaciones difíciles y malos encajes, una moción de censura a la vuelta del verano.

Otros, más conservadores, hablaban que quedarse ahora con el Ayuntamiento de Málaga y el marrón post-crisis, que tendrían que lidiar, no parece una buena época. El salseo se vivía entre llamadas y vídeollamadas porque las nuevas tecnologías interconectan el mundo.

Edil no adscrito

La comunicación aún no ha llegado al Ayuntamiento

Lo que sí parece claro es que el escrito de Cassá pidiendo su cambio a ser concejal no adscrito no había llegado aún ayer al Ayuntamiento, según pudo saber este periódico. En concreto, en el Consistorio se le habían ofrecido tres opciones: la vía electrónica (que es más farragosa por el asunto del DNIelectrónico, firma etc), Correos, o que hubiera un funcionario a su disposición en el registro para cuando fuese a entregar la carta. Al parecer, y según ha podido conocer este periódico, el asturiano podría decantarse por la vía de Correos.

Lo que sí ha llegado ya a la Secretaría General es el escrito que ha mandado el grupo municipal Ciudadanos indicando que Cassá ya no forma parte del partido. Un texto muy importante a la hora de realizar movimientos para una posible moción de censura, como explica hoy con las distintas cábalas jurídicas en este periódico Antonio M. Romero.

En el anterior mandato municipal, 2015-2019, el Ayuntamiento de Málaga ya tuvo su edil no adscrito, Juanjo Espinosa, que dejaba Málaga Ahora. Tras su paso a ser concejal indepediente hubieron de calibrarse todas las comisiones de pleno. Como edil no adscrito, sin grupo político, tiene el derecho político a asistir a todas, como subraya una sentencia del Supremo. Y por ley, cada edil tiene un voto. En definitiva, Espinosa no era tan importante porque no rompía el juego de las mayorías y minorías, pero Cassá sí que lo hace. El equipo de gobierno, con el PPy la concejal naranja suman 15 frente a los 15 de la oposición. Antes de que se sepa por quién inclinará la balanza el que dice que ya no coincide con el argumentario de su partido, lo cierto es que él suma el número 16, a un lado u a otro. En el pleno de la ciudad no habría que hacer combinaciones, permutaciones ni variaciones para que votara porque son 31, pero sí en las comisiones de pleno, donde la proporcionalidad es una máxima. Actualmente son 9 ediles, 4 del PP, 3 del PSOE, uno de Adelante Málaga y otro de Ciudadanos. Por este motivo, la teoría más factible es que las nuevas comisiones sean de 11 concejales, de tal forma que PP y Cs tendrían 5 y PSOE y Adelante, otros cinco. Cassá sería el número 11. También cabría que se quedaran en los nueve actuales con la proporción similar, 4,4,1. Pero para que esto ocurra, primero hay que tramitar el escrito de Cassá y que haya comisiones ordinarias tras el confinamiento... si no hay antes una moción de censura. En fin, la Casona virtual está que arde. Confinamiento, baja por enfermedad del alcalde, Cassá poniéndolos a los pies de los caballos. Con la tensión y el cautiverio cómo se echan de menos esos largos pasillos, que tienen la disposición cuadrangular de los claustros de los monasterios. ¡Qué de confesiones traseras!