Cassá le escribe una misiva al alcalde para pedirle que ponga orden en los plenos

Aunque el portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá, sumaba ayer un año más a su vida, y pudiera haber estado en otros menesteres más lúdicos, no dejó de escribirle una misiva al alcalde Francisco de la Torre para hacerle valer su posición sobre la escalada de tensión, gritos y agresividad verbal que se vivieron en sendos plenos del pasado jueves, el matutino y ordinario y el vespertino y extraordinario. Si el de la tarde se llevó la palma, como contábamos ayer en esta sección, lo cierto es que la sesión de la mañana no le fue a la zaga.Justamente fue en este encuentro cuando uno de los vecinos de Villas del Arenal, de cuyo nombre nos acordamos pero que no vamos a citar, se dirigió andando a la bancada naranja, sin mediar palabra ni permiso, para entregarle a Cassá unos papeles, en una acción que al portavoz le resultó intimidatoria habida cuenta de que el interesado tuvo que atravesar todo el pasillo central sin que nadie le dijera que no se puede avanzar por esa zona. De hecho, no lo hace nadie, a excepción de los fotógrafos algunos segundos para captar una instantánea.

El hecho es que Cassá, en su misiva, le hace llegar su malestar al alcalde por el desarrollo de algunas sesiones plenarias. Subraya que está muy a favor de la participación ciudadana y que éstos expliquen su problema en el tiempo estipulado de intervención, lo que a juicio de Cassá no es admisible que «los debates se vean crispados por agentes externos que se traen por parte de los grupos para erosionar a otras formaciones». De hecho, hace alusión directamente a que «es mucho menos defendible que dos partidos políticos se contraprogramen (véanse las hinchadas del PPy el PSOE el jueves por la tarde) dando lugar a las escenas surrealistas del pleno monográfico sobre Urbanismo». «No es tolerable –añade– que se produzcan faltas de respeto y alusiones personales a los ediles, y mucho menos que el debate tenga que ser permanentemente frenado por gritos e intervenciones desde la bancada del público, una vez que ha terminado el tiempo concedido a los intervinientes».

Para ser justos, lo cierto es que es el alcalde Francisco de la Torre quien hace una lectura muy flexible del Reglamento Orgánico de Plenos (ROP) para que puedan intervenir todos los vecinos que se sientan afectados por una situación, expediente o moción, pero es obvio que esta participación no debe dar pie a insultos o agresividad verbal en general, que animan tanto la teatralidad de las sesiones, que muchas acaban siendo un corral de comedias. Y para eso esta el alcalde, que es el presidente del pleno, para poner orden.

Cassá afirma en su escrito que la crítica y la discrepancia política deben encajarse con deportividad, como no podía ser de otra forma. «Pero el traspaso de ciertas líneas, no», puntualiza. Por último, le recuerda al alcalde presidente que tiene la potestad para mantener la disciplina y llamar al orden, al tiempo que le pide que haga partícipes de este malestar a otras formaciones, aunque ya lo hayan hecho ellos personalmente «si bien, no todas instrumentalizan a los vecinos», zanja con retranca. Puntualiza el líder naranja que las intervenciones externas en pleno traídas por su formación se caracterizan por tono tranquilo, propositivo o de denuncia, «que son las bases del juego limpio que defendemos para nuestra institución».