Los casos de la viruela del mono han descendido por sexta vez consecutiva en lo que va de agosto en la provincia de Málaga. Los 66 pacientes que tienen la enfermedad son tres menos que el pasado martes, según los últimos datos facilitados por la Consejería de Salud. Sevilla, con 83, continúa siendo la provincia andaluza con más casos de este padecimiento infeccioso.
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En Andalucía hay 217 pacientes con la viruela del mono (30 menos que cuatro días antes). A los 83 contagiados de Sevilla y a los 66 de Málaga hay que sumar 18 en Cádiz, 17 en Huelva, 15 en Granada, 12 en Córdoba, tres en Almería y tres en Jaén. Aparte, hay 72 casos en investigación y 472 ya han sido descartados. Además, 584 personas que se infectaron ya están curadas.
La Consejería de Salud ha indicado que se han administrado 510 vacunas en los principales hospitales de Andalucía y ha precisado que todas las vacunas se han puesto con criterio preventivo (contactos o personas con riesgo), no a pacientes infectados. Hasta ahora se han recibido unas 1.470 vacunas.
La incubación del virus de la viruela del mono suele durar entre seis y 13 días, aunque en algunas ocasiones es de hasta tres semanas. Esta enfermedad, también conocida como monkeypox, es una infección vírica zoonótica (de origen animal) con características similares a la varicela y a la sífilis secundaria. Suele provocar una enfermedad leve que se transmite por contacto muy estrecho con fluidos y mucosas.
Los síntomas iniciales son parecidos a los de la viruela común, aunque algo más leves. Así, se manifiesta con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, ganglios linfáticos inflamados, escalofríos y agotamiento. Puede aparecer una erupción, que suele empezar en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo, incluidos los genitales. La erupción cambia y pasa por diferentes etapas antes de formar una costra que finalmente se cae.
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Los primeros contagios se producen por el contacto con animales infectados. Entre humanos, la transmisión es por la saliva, las secreciones respiratorias, por contacto con el exudado de la lesión o el material de la costra y también por las heces.
Aunque se llama viruela del mono, es probable que el origen de los contagios esté en roedores que infectan a simios o a humanos a través de sus excrementos o por mordiscos. No es excesivamente transmisible y debe haber un contacto muy estrecho para que se produzca el contagio. Este virus suele producir una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en varias semanas, aunque en algunos casos pueden llegar a requerir ingreso hospitalario.
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