Cartas desde el filo de la burocracia en el Ayuntamiento de Málaga

Se trata de la socialista Rosa del Mar Rodríguez, que en su anterior etapa fuera coordinadora del Instituto de la Mujer, en Málaga, y en esta época en la que todo está en entredicho, decir que su habitual moderación y su ímpetu por defender los derechos de las féminas, llegando a acuerdos y consensuando siempre ha sido clave en su tarea política. Aunque algunas veces tocara arañar y protestar, obviamente, y ella no las rehúye, como buena parlamentarista. Resulta que el Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior en Málaga, que publicaba Irene Quirante en este periódico (SUR, 6/10/23) no daba lugar a dudas: en la provincia de Málaga se produce una violación (agresión con penetración) cada dos días. En los seis primeros meses del año 2023 se produjeron 78 agresiones sexuales con penetración, lo que supone un aumento del 23,8 por ciento en relación al mismo periodo del ejercicio anterior, cuando las mismas ascendieron a 63.

Preocupada, imbuida en un problema en el que lleva trabajando toda su vida con seriedad y con datos, le escribía al alcalde Paco de la Torre así como, por deferencia, al concejal de Derechos Sociales, Paco Cantos. Podía haberse dirigido sólo al primer edil, pero por saber estar democrático incluyó, cómo no, al edil responsable del área 'delegada' del regidor, obviamente.

Días atrás, Málaga estaba en todos los telediarios con una agresión sexual de cinco o seis chicos a una adolescente en una fiesta de cumpleaños, un tema que se comentaba con preocupación en los grupos municipales. El hecho de que los más jóvenes, los menores, no hubieran aprendido a respetar la dignidad de las mujeres y de que tuvieran comportamientos tan agresivos.

Volviendo a la citada misiva, una forma de comunicación que precisamente utiliza bastante el regidor para dirigirse a otras autoridades, Rodríguez le demandaba a principios del mes pasado que ante la gravedad de los hechos (el aumento del 23,8 por ciento de las agresiones sexuales respecto al año 2022) la celebración de forma urgente y extraordinaria de un Consejo de la Mujer para dirimir dos cuestiones muy importantes: ¿Cómo prevenir este aumento?, ¿Con qué herramientas cuentan las mujeres para hacerlo?

Subrayaba Rodríguez que es desolador que en 2023 «las mujeres sigamos teniendo toque de queda en cuanto oscurece, si estamos en lugares poco concurridos, la sensación de miedo es inevitable», y totalmente real si miramos las cifras y cómo aumentan los delitos sexuales, «y esto hace que no seamos libres a la hora de vivir y usar nuestra ciudad, evitamos partes de la ciudad, elegimos sitios iluminados, concurridos, comunicados».

En esos días, la fiscal Superior de Andalucía, Ceuta y Melilla, Ana Tárrago, advirtió del elevado aumento de los delitos contra la libertad sexual, tendencia que achacó «a un exceso de consumo en las redes sociales y a las edades demasiado tempranas de consumo de páginas de pornografía, que son libres para acceder».

La respuesta a las inquietudes de Rodríguez llegaba de la mano del concejal de Derechos Sociales, Paco Cantos, que es el que firmaba el escrito. Básicamente, como dicen los adolescentes ahora, indica que a la petición de la celebración de un consejo extraordinario de la Mujer, las fechas en las que se celebra, con carácter ordinario, son en torno al 8 de marzo (Día de la Mujer) y el 25 de noviembre (Día internacional de la eliminación de la violencia contra la Mujer), que la sesión constitutiva será el próximo 21 de noviembre, «emplazándola a que espere a la constitución del Consejo en la fecha señalada para que una vez constituido, se pueda atender a dicha petición». Ni una reflexión, ni una pequeña muestra de preocupación ante las cifras, que dejan mucho que desear. En fin, el summun de la burocracia hecho carta. De sensibilidad ya ni hablamos.