Días atrás cuando el PSOE y Adelante Málaga se hicieron la foto en comandita delante de la escalinata del Ayuntamiento para pedir un pleno extraordinario había un nuevo protagonista, que fue muy comentado. El nuevo carril bici, que pasa justo delante de la Casona, como ... si fuese una declaración de intenciones de los muchos kilómetros de carriles bici que aún le quedan al Ayuntamiento por acondicionar para que Málaga sea una ciudad moderna con una movilidad sostenible. El carril bici es ya la parte contratante de la primera parte, sellado a fuego porque los bolardos que se han puesto, azules, ocupan su espacio para preservar a los ciclistas, y a los que usan patinetes, del paso de los coches. Ese día, algunos miembros de la oposición se preguntaban por qué habían escogido esa zona y no la de enfrente. La respuesta parece sencilla: en el otro lado están los aparcamientos reservados a los munícipes (a ellos) y al alcalde, y sería muy difícil maniobrar para salir si justo por detrás pasa un carril bici y, para colmo, no habría mucha visibilidad al hacerlo porque los coches se disponen en batería. Las cosas de los sutiles privilegios.
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Donde los jardines de Pedro Luis Alonso finalizan en curva, el carril bici tuerce a la derecha de forma extraña, ocupando parte del paso de peatones y se dirige hacia el Parque, donde para señalarlo han puesto pegatinas en el suelo. Una señora porfiaba porque tuvo que apartarse con cierta celeridad porque un ciclista iba por su 'vía', pero la ciudadana en cuestión no se había dado cuenta. Más adelante, un banco sellado para su uso porque al ras pasa el carril. Lo que suele pasar con las cosas provisionales: apercibirse de que hay pegatinas, que trazan un caminito, tiene su aquel.
El edil de Movilidad, José del Río, ha visto en muy poco tiempo cómo se convocan dos 'bicifestaciones', ya que los organizadores, Ruedas Redondas, quieren una ciudad más amable con las dos ruedas, y para ello demandan carriles segregados para las bicis del tráfico, criticando con dureza los «timocarriles 30», como explicaba su presidente José Luis Martín, lamentando que las medidas actuales sólo animan a que muchas personas abandonen la bicicleta porque su uso es peligroso entre coches. «La ciudad se merece otra movilidad sostenible, activa y saludable», indicó en la última manifestación, el domingo 9 de mayo, en la que se congregaron 2.500 personas. Del Río se comprometía días atrás a que Málaga pase de los 45 kilómetros de carriles bici segregados a los 113. La intención puede ser buena, pero el hecho de que no haya ninguna partida específica en el presupuesto y se tenga que hacer vía modificaciones presupuestarias, como ya ha explicara él mismo y el propio alcalde Francisco de la Torre, dice mucho de lo planificado que estaba.
De hecho, en los presupuestos 2021, que se presentaron el pasado 8 de marzo, llamaba la atención, tal y como explicaba Jesús Hinojosa en este periódico, que sólo se dedicaba la exigua cantidad de 16.497 euros para la construcción de carriles para bicicletas, unas vías muy demandadas a raíz de la nueva ordenanza que impide que los usuarios de bicicletas y patinetes puedan usar las aceras. En la rueda de prensa resultó curioso que De la Torre adelantara que se iban a llevar modificaciones presupuestarias a lo largo del año para dotar con más de dos millones de euros los proyectos para la construcción de nuevas plataformas exclusivas para vehículos de dos ruedas. Aprobar unos presupuestos y, en el mismo día de su presentación, explicar que los van a ir cambiando, da buena cuenta de que la ejecución de que estas vías debían de no estar en la cabeza del edil responsable del área, que era el que estaba obligado, de haberlo considerado importante, a incluirlo justo cuando todos sus compañeros luchaban por su trozo en el pastel en las cuentas. Tiene también el señor Del Río otro asunto polémico en su haber: las quejas de los vecinos y la recogida de firmas en contra del SARE de Huelin y La Unión. El sólo acapara los dos frentes abiertos que más protestas generan.
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De la Torre, por su parte, explicaba el 16 de abril, la primera modificación presupuestaria, sin la presencia de Del Río –que es un dato a tener en cuenta– informando de que el Ayuntamiento licitará la obra que dará solución provisional a la falta de un carril bici en el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso: 200.000 euros para ganar una pasarela para este tipo de vehículos en esta zona hasta que la Junta impulse el carril definitivo por un valor de 2,6 millones de euros. También se incluyen 588.000 euros para hacer un kilómetro de carril bici en Juan XXIII y 72.600 euros para el estudio y la redacción de nuevos proyectos de estas vías. En el horizonte, la Expo 2027, a la que Málaga se postula con un lema descriptivo de lo que la urbe aspira a ser: 'La Era Urbana: hacia la ciudad sostenible. Innovación y medioambiente'.
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