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A primera hora de la mañana una capa de barro cubría la acera y el asfalto de calle Carretería. Apenas se escuchaba más que el sonido de escobas chocando con las baldosas y arrastrando el barro hacia las alcantarillas, básicamente llenas de agua hasta arriba. «Esto es una locura», comentaban los que por allí pasaban. Los contenedores, con bolsas de basura a su alrededor; los vecinos, tratando de salir de sus casas sin escurrirse por los charcos; los turistas, asombrados por la situación; los empleados y encargados de los negocios de la zona, aún en 'shock' por la situación. «El suelo tenemos que cambiarlo entero porque se ha levantado todo, el agua llegó hasta el fondo del local», explicó a SUR el trabajador de la oficina Olédays David Cedeño, que desde las ocho de la mañana está limpiando a fondo sus instalaciones.
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A medida que ha ido pasando la mañana, entre el trabajo de los comerciantes y los operarios de limpieza de Limasam, el barro disminuía en calle Carretería, pero todavía quedaban charcos y montañas de barro acumuladas en algunos puntos de la vía. Tanto hasta el punto de provocar incidentes, tal y como comprobó SUR durante su recorrido para realizar este reportaje: una moto volcó a la altura del cruce con calle Postigo de Arance, donde se acumula gran cantidad de barro y agua, aunque no hubo que lamentar ningún daño más que la suciedad del vehículo y de su conductora.
Los coches, camiones y motos han estado transitando toda la mañana por la vía a pesar de que el Ayuntamiento de Málaga anunció que calle Carretería era una de las más afectadas y, por tanto, iba a permanecer cortada al tráfico por motivos de seguridad y limpieza. Pero las vallas que cortaban el tráfico en el inicio de la calle con Pasillo de Santa Isabel, estaban retiradas a un lado y los vehículos seguían pasando. «La realidad es que esto está fatal, no hay manera de que se vaya el barro. Yo estuve en las inundaciones del 89 y ahora se repite la historia, justo hoy que se cumple un año», apuntaba uno de los operarios de limpieza.
Los comercios de Carretería son de los más afectados por las inundaciones en la zona Centro de la ciudad. El local más famoso de las tartas de queso de esta calle, La Cheesequería, sufría con una terraza interior repleta de barro desde el suelo hasta las mesas. Algunos como la pizzería Quadro, lamentan los daños hasta el punto de no saber cuándo podrán volver a abrir el local: «Tendremos que invertir muchísimo ahora porque se nos ha destrozado todo el material, sufrimos cerca de medio metro de agua de altura y esto ahora es horrible. No sé ni por dónde empezar, estamos destrozados», lamentaba el dueño del negocio, Salvatore La Roca.
«Estamos toda la calle igual, un desastre», puntualizó el artista Roy Laguna desde la galería La Casa Amarilla. El equipo, con ayuda de amigos, pudo salvar desde ayer por la tarde las obras de arte que tenían en su local y retiraron la exposición: «Pudimos venir y quitar el barro que llenaba la galería, hoy seguimos limpiando porque sigue todo lleno», explicó el galerista.
La realidad y el día después en Carretería no están siendo fáciles entre la suciedad en la calle y los daños en los negocios. Por ahora, el camión de Limasa ha realizado un baldeo en la vía y se ha podido ver algo más libre de barro. Pero la acumulación en la calle y en los locales ha hecho que sus negocios se conviertan en los más afectados del Centro.
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