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Ana Mayorga se formará como matrona en el Hospital Materno Infantil de Málaga. Migue Fernández
Una carrera con un esprint sobresaliente

Una carrera con un esprint sobresaliente

Ana Mayorga obtiene el puesto número uno de Málaga y el decimoquinto de España en la prueba que da acceso a la formación especializada en enfermería (EIR). Será matrona en el Materno

Sábado, 15 de marzo 2025, 00:50

Un pasado de estudio, perfección y tenacidad fue construyendo el futuro que de niña siempre imaginó. Aquella vocación de matrona, de enfermera acompañando a mujeres a dar sus primeros pasos como madres y a entender la metamorfosis física y emocional por la que atraviesan en el puerperio, ya es presente. Porque Ana Mayorga (Málaga, 2001), con una puntuación de 119,59 sobre 200 (140 aciertos, 56 fallos y 4 blancas), ha obtenido la mejor nota de Málaga en el EIR 2025 (un examen oposición que deben superar los enfermeros para acceder a una plaza de especialista en formación en el Sistema Nacional de Salud, tal y como hacen los titulados en Medicina con el MIR) y eso en una prueba en la que ha competido con 10.014 aspirantes para 2.171 plazas en España es un logro, sobre todo, cuando el mayor deseo de esta malagueña era hacer la especialidad en el Materno de su ciudad. Solo ofertaba ocho plazas de matrona. De no haberlo conseguido, barajaba también la posibilidad de hacer la especialidad de Salud Mental, porque irse fuera de Andalucía no entraba en sus planes.

Pero quedar la número uno de Málaga y la decimoquinta de España le ha permitido elegir y eso da cuenta de la magnitud de su éxito. No ha sido fácil. Ella lo sabía, por eso tras graduarse en Enfermería en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga en julio de 2023 prefirió dejar pasar la convocatoria de enero de 2024 para dedicar un año completo a la preparación del EIR.

Probó el mercado laboral esos meses de transición trabajando en una de las residencias que tiene Ballesol en la capital. Ofertas no le faltaron, pero nunca perdió el norte: si de niña ya perfiló qué sería de mayor, las rotaciones en hospitales durante la carrera la reafirmaron en su objetivo. «Estuve en varios partos; todo es caótico y estresante, pero el ambiente que se crea es extraordinario. Son emociones únicas», revive Mayorga, quien durante un año siguió con disciplina militar un plan de estudio ayudada por una academia.

Dice que no hay que ser tan inteligente como constante para lograrlo. Perfeccionista y organizada, cumplía a rajatabla un cronograma diario. Ni siquiera en verano, cuando las tentaciones de ocio acechaban. «Fue el momento más complicado, porque ves a tus amigos haciendo planes y tú no puedes sumarte a ellos», lamenta Mayorga. No oculta que tuvo dudas, que pensó muchas veces si estaría haciendo lo acertado. «¿Habré perdido el tiempo si al final fracaso?», se preguntaba. «A veces somos nuestro peor enemigo y nos empeñamos en dinamitar nuestras ilusiones». Abandonar también se le pasó por la cabeza, «pero me podían las ganas de ser matrona».

Así que ese tiempo de estudio se lo tomó como una «inversión». No estaba exenta de riesgo, pero al final le ha proporcionado la 'rentabilidad' que tanto esperaba. Llegaba en forma de resolución con los resultados definitivos el pasado 4 de marzo. A ella le pilló en un aeropuerto esperando un avión de vuelta a Málaga. Estaba junto a sus padres, con los que había organizado una escapada a Edimburgo para evadirse de un año «muy duro». «Ellos han sido mi pilar más importante, los que me han cuidado, protegido y animado cuando me autoboicoteaba, en mis horas bajas, que han sido muchas, y cuando estaba tentada a tirar la toalla; no sé qué hubiera hecho sin ellos», admite Mayorga, quien también tiene palabras de agradecimiento para su pareja, que se prepara actualmente una oposición: «Han sufrido la preparación de esta prueba tanto o más que yo».

«Mi familia ha sufrido la preparación de esta prueba tanto o más que yo; sin ella no lo habría conseguido»

Se enfrentó a ella el pasado 25 de enero convencida de que había hecho un buen examen, «pero no tan bien como para quedar la número uno de Málaga», expresa.

Ahora quedan por delante dos años de formación y el tiempo empieza a correr a finales de mayo. Cuenta las horas para empezar y para poder especializarse en una profesión con muchas aristas, que no empieza en el seguimiento del embarazo y acaba cuando la paciente da a luz a su hijo. Se prolonga mucho más allá. Da paso a una cuarentena de altibajos emocionales, cambios hormonales y físicos no siempre bien entendidos ni por su entorno ni por la propia madre. Y ahí quiere estar Ana Mayorga.

Hasta entonces quiere exprimir estos meses de descanso que quedan hasta su incorporación al Materno pasando tiempo con la familia, viajando y despejando su mente para emprender el camino para el que lleva años preparándose: la ansiada residencia.

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