Carmen Lizárraga (Más País): «Nos presentamos para desbloquear la situación y oxigenar la izquierda»

–Es usted la única cara nueva como cabeza de lista respecto a abril. ¿Quién es Carmen Lizárraga?

–Es, sobre todo, una profesora universitaria de Granada. Ejerzo desde 1992. Me siento muy comprometida con la política entendida como hacer algo para cambiar las cosas. Eso supone un compromiso intelectual, en la vida civil... Un compromiso con todo lo que tiene que ver con nuestra vida cotidiana. En 2014 di el paso para involucrarme en la política de partido porque mi hijo ya era mayor. Ahora tiene 21 años y estoy orgullosa de él.

–¿Cuándo le llamó Errejón?

–No tengo apuntado el día...

–Más o menos.

–Tendría que mirar el calendario. Hace unos diez días.

–Parece precipitado.

–Sí, mucho.

–¿Se lo esperaba?

–Cuando dejé el acta de diputada por discrepancias con la dirección de Podemos, volví a la Universidad y esperaba que hubiese un acuerdo de gobierno. De hecho, en una de mis entradas de Facebook escribí que seguro que habría un acuerdo...

–Como pitonisa no tiene futuro.

–¡No me diga eso! Era un sentir general. Conducir al país a unas elecciones, después de un ciclo electoral tan intenso, me parecía un error que el ala progresistas no podía cometer después de lo que había ocurrido en Andalucía. No tenía sentido. Me quedé estupefacta cuando se produjeron las no negociaciones. Cuando llegó esto (el proyecto de Más País) tan rápido, frené un poco. Pero después pensé que estamos en una situación de emergencia, no sólo por el coste psicológico y económico ante unas nuevas elecciones, sino por las oportunidades que están perdiéndose. Gobernar un país a golpe de decreto no me parece un ejemplo de excelencia democrática. Si puedo poner encima de la mesa el trabajo, la experiencia y la capacidad de diálogo que he tenido para llegar a un acuerdo de financiación autonómica en Andalucía y llevar la voz de Málaga, aquí estoy.

–O sea, que su respuesta afirmativa a Errejón fue inmediata.

–No, me lo pensé unos días.

–¿Es consciente de su condición de paracaidista en Málaga?

–Soy consciente de que no he nacido en Málaga, pero vivo más cerca de Málaga que muchos candidatos malagueños que ya no viven ahí. Y, sabiendo que soy de Granada, me parece que las provincias orientales comparten problemas comunes. Vengo de la periferia. Por otra parte, no estaría aquí si hubiera habido gobierno y no estuviéramos en una situación de bloqueo. La candidatura está llena de gente malagueña y tiene una fuerte representación de todas las comarcas y todos los sectores. La idea de ir por Málaga es también económica: soy profesora de Economía y he sido portavoz de Hacienda en el Parlamento andaluz. Málaga tiene que seguir siendo el motor económico de Andalucía sin complejos en una transición ecológica necesaria. Nos enfrentamos a problemas globales como el 'Brexit'. Ponerse ahora a mirar de dónde uno es o no es en una situación de emergencia, con problemas globales, como un Trump empeñado en el proteccionismo...

–Pero, si sale elegida diputada, representará a la provincia.

–Pero los problemas, a nivel estatal... Los pactos de convivencia en España están rotos, no solamente porque no haya gobierno. Si no hay un acuerdo de financiación autonómica que dé dinero suficiente para los servicios públicos fundamentales, como la sanidad, la educación y los servicios sociales, estás perjudicando a toda la comunidad. Andalucía es una comunidad infrafinanciada, tanto desde el punto de vista absoluto y relativo. Quiero llevar la voz de Málaga, pero no sólo una gramática y palabras bonitas, sino también siendo capaz de convencer a la gente que es diferente para que apoye esas soluciones necesarias para la provincia. Por supuesto, a uno le asignan unas comisiones y lleva los problemas, en este caso de Málaga, a esas comisiones, pero también se trabaja desde el punto de vista sectorial para todo el país o para Andalucía.

–¿Nunca ha vivido en Málaga?

–No, pero he ido mucho a Málaga y he pasado muchas veces por Antequera. He parado mucho. Tengo muy cerquita la provincia. La A-92 me la conozco de memoria. No llevaré mi voz, sino la voz de la gente: de la candidatura y los distintos colectivos. Hay que tener capacidad de escucha. Esto es trabajo, trabajo y trabajo.

–El paracaidismo parece más propio de la vieja política que critican.

–En una situación normal, yo no iría por Málaga. Pero ahora hacía falta. Nos presentamos por cuatro provincias en Andalucía. Es una candidatura andaluza. Intentamos representar a toda la comunidad a través de esas cuatro listas.

–¿Le pasará factura a la izquierda su fragmentación el 10-N?

–La izquierda ya está fragmentada entre el PSOE, Unidas Podemos y la abstención. Se han hecho estudios y análisis y Más País se presentará en aquellas circunscripciones donde ampliará el espacio progresista. Pretendemos rescatar votos de la abstención. Unidas Podemos ha tenido un estrechamiento político, resultados cada vez peores. Hay gente que ya no se siente representada en ese espacio. Hay una oportunidad de oxigenar el espacio progresista y desbloquear esta situación. Para poder seguir hablando el 11 de noviembre y no autodestruirnos.

–Pero está claro que su principal caladero de votos estará en Unidas Podemos y el PSOE.

–Más País surge por un problema político que ha habido. Tratamos de ser una solución.

–Dicen que ha surgido ahora, pero la marca estaba registrada desde hacía meses. Llama la atención.

–No sé. Eso habría que preguntárselo a quien ha registrado la marca.

–¿Cuáles serán sus principales reivindicaciones para Málaga?

–Continuar siendo el motor económico de Andalucía sin complejo pero desde una transición ecológica, como le he dicho antes. Necesitamos una agenda de inversiones verdes. Ser motor económico no pasa exclusivamente por el turismo o la construcción, porque el monocultivo de un sector puede dar lugar a que una crisis sectorial provoque una gran crisis en la provincia. Por eso es importante la diversificación productiva, que debe ir por la vía de la transición ecológica y energética.

–¿Está a favor o en contra de la Torre del Puerto?

–Lo hemos hablado en la candidatura y me parece que no se está a favor, pero nos iremos reuniendo estos días para recoger propuestas y ver cuál es la posición ante las cuestiones que ahora son prioritarias en la provincia. Me gustaría hablarlo en conjunto con la gente que trabaja en el proyecto, que no sólo es de Más País sino también de Equo.

–¿Y qué opina sobre el recrecimiento de la presa de la Concepción?

–Le digo lo mismo: que me permita mantener reuniones para poder responder. No quiero que salga mi posición, sino la posición del conjunto, donde hay gente solvente y muy preparada. Pero tomo nota.

–¿Tiene el PSOE garantizado de antemano el apoyo de Más País?

–El que tiene garantizado el apoyo es este país, por ejemplo para subir las pensiones, reducir la precariedad, trabajar por la emergencia climática y para que no dejemos pasar otra oportunidad. No es una garantía partidista, sino con el país.

–¿Qué diferencia diría que existe entre Más País y Podemos?

–La actitud. La política es gramática, pero también aritmética. Si tiene una magnífica gramática y grandes propuestas pero no eres capaz de convencer a los diferentes para poder sumar y llevarlas a cabo, todo se queda en poesía. Unidas Podemos está en posiciones más identitarias de izquierda, pero mi identidad es con mi tierra. Quiero trabajar por Andalucía, llevar la voz de Málaga. Esa es la identidad que siento: por el progreso.

–¿Qué tiene usted que no tenga Alberto Montero?

–Las comparaciones son odiosas.