El río Campanillas crece y vuelve a entrar en alerta: vigilancia en el embalse de Casasola

Las miras cada vez que llueve con cierta entidad están puestas en el río Campanillas, que, hasta que no sea encauzado, mantiene en vilo a los vecinos de esta barriada malagueña. Este jueves el caudal se ha mantenido en varios momentos en nivel amarillo, el más bajo de aviso, pero en la actualización de mediodía caía a nivel de normalidad con tendencia estable. Ocurre que la presa de Casasola, puesta en carga en 2007, es un seguro de vida para laminar las crecidas de este río, que cuenta con grandes pendientes.

Según fuentes de la Junta, los técnicos están vigilando especialmente el comportamiento del cauce y del embalse, que además tiene mucha más agua de la que suele. Ya está al 90% del nivel de llenado, camino de los 20 hectómetros cúbicos. Es agua muy valiosa porque estos días, dada la turbidez del sistema Guadalhorce, del azud de Aljaima y de sus pozos asociados, Emasa está tirando del pantano de Almogía, junto a la minipresa del Tomillar, para dar agua a la ciudad.

Es cuestión de tiempo que Casasola tenga que desembalsar, pero las decisiones, monitorizadas y controladas, se toman no sólo conforme a los niveles que marcan los planes de explotación, sino también a las previsiones meteorológicas.

Durante el resto del jueves, el Campanillas ha estado al límite del aviso de nivel 1, situación en la que volvió a entrar a las seis de la tarde. Entonces, los aforos marcaban un caudal de 17 metros cúbicos por segundo y una profunidad de 1,10 metros. A esa hora, la tendencia era al alza.

Entre tanto, entre Marbella e Istán, el embalse de La Concepción sigue desaguando desde el viernes pasado, camino de la semana con compuertas abiertas. El volumen está siendo variable y ha llegado a 60 metros cúbicos por segundo. En otros momentos, han sido 30, 20 y 15. Es probable que en las próximas horas haya que subir dado que en lo que va de jornada ha recibido de manera directa más de 45 litros por metro cuadrado de precipitaciones.

También es llamativo el volumen alcanzado en algunos momentos del jueves, de hasta 49 litros, en zonas como Benamargosa, Viñuela y Alcaucín. Sin duda, oro puro para un pantano de la Viñuela que supera los 51 hm3. Es agua más de dos años de consumo urbano y aleja el fantasma de las bombas flotantes colocadas cuando el año pasado alcanzó su mínimo histórico.

Importantes aportes siguen recibiendo los embalses del Guadalhorce. El Conde viene desembalsando por momentos desde el domingo, una vez superado el 94% de llenado. Él solo tiene agua para más de año y medio en Málaga capital. La crecida del Guadalhorce en Bobadilla también ha encendido el aviso amarillo a las seis de la tarde, con 33,70 metros cúbicos por segundo de agua fluyendo hacia el sistema de embalses de cabecera.

Del mismo modo, la sucesión de danas y borrascas ha motivado diversas maniobras por parte de Endesa en La Encantada, por la rápida subida del nivel de contraembalse.

En el parte de mediodía ningún cauce estaba en nivel de aviso pero era de esperar que a lo largo del jueves hubiera novedades. De hecho, a la una entró en nivel 1, amarillo, el más bajo, el Grande a su paso por las Millanas, lo que viene siendo una constante esta semana. Llevaba 1,01 metros de profundidad y un caudal 12,40 metros cúbicos (12.400 litros) por segundo. Es nivel se mantuvo toda la jornada con ligeros cambios: subía a 15,70 m3/s en la citada actualización vespertina.