Adiós a las averías del ascensor de la Alcazaba de Málaga: el Ayuntamiento lo cambiará por uno nuevo

El ascensor para acceder a la Alcazaba desde la calle trasera del Ayuntamiento tiene su origen en el proyecto que elaboró en 1946 Emilio Miranda Lafuente. Entonces se llegó a excavar el pozo y la galería, pero el proyecto quedó parado en 1948 por falta de financiación. En los años sesenta hubo un intento de retomarlo, pero no fue hasta finales de los noventa cuando se llegó a ejecutar según el diseño final de los arquitectos Isabel Cámara Guezala y Rafael Martín Delgado, con el visto bueno de la Junta de Andalucía.

La cabina actual tiene una capacidad para 16 personas, aunque por protocolo no suben más de nueve. «Esta infraestructura facilita el acceso al monumento de personas con dificultades de accesibilidad, movilidad reducida, con limitaciones visuales, auditivas y sensoriales, permite el acceso en silla de ruedas o con carrito de bebé, además de facilitar el tránsito de grupos en determinadas actividades del conjunto», señala el expediente de contratación.

«Tras más de 20 años de funcionamiento, el ascensor que presta servicio en la actualidad empieza a mostrar signos de desgaste en varios de sus componentes, siendo cada vez más frecuentes las interrupciones del servicio por averías», admite el Consistorio. Una de ellas fue en noviembre del año pasado, cuando tuvo que estar cerrado varias semanas para su reparación.

Además, en 2022, dos grupos de turistas se quedaron encerrados en el elevador un mismo día, pero en diferentes viajes. La situación se resolvió de forma rápida y sin más consecuencias tras avisar a la empresa responsable a través del botón de emergencias que hay en el interior, pero el suceso obligó a reponer dos piezas de grandes dimensiones que tuvieron que encargarse al extranjero.

Por ello, el Área de Servicios Operativos ha optado por cambiar el ascensor por uno nuevo, «atendiendo al número de averías, al tiempo de resolución de las mismas y a las molestias que se causan a los usuarios, además de la repercusión en la planificación de actividades, relacionadas con los eventos que se celebran en el edificio».