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La calle Cristo de la Epidemia, que comunica la Plaza de los Monos con Fuente Olletas, es un enclave por el que pasan a diario miles de personas, no solo las que viven allí, sino otras muchas que van y vienen a los comercios de la zona.
Es por ello que, al ser de tanto ajetreo, se le presupone una prestancia que desde hace tiempo los vecinos no ven: «La calle está cada vez más sucia, las aceras están pegajosas, hay desperdicios en el suelo, mobiliario dañado y estamos convencidos que hacen falta muchas más y mejores batidas de limpieza en un sitio que es practicamente ensanche del centro» explica Ana L., vecina y lectora habitual, en conversaciones con este redactor.
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Además de este problema, este barrio comienza a detectar los que otros llevan sufriendo años. Se trata del hedor que produce la orina de los perros que, cuando salen a pasear, hacen sus necesidades sin que sus dueños sean responsables de ellas y del olor que produce.
«Es muy común ver charcos de orina incrustados ya en las aceras que dejan un olor y un aspecto decadente del barrio impropio. Va a más y por supuesto además de concienciación ciudadana y civismo lo que Calle Cristo de la Epidemia necesita es una batida de limpieza a fondo para intentar comenzar desde un punto de partida menos insalubre» termina con su queja esta lectora.
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