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Antonio M. Romero
Martes, 19 de diciembre 2017, 15:05
El buen periodismo, caracterizado por la libertad en su ejercicio, la honestidad, la búsqueda de la verdad, la pluralidad y el servicio a la sociedad, reivindicó ayer en Málaga su papel en unos tiempos donde la irrupción de las nuevas tecnologías ... ha supuesto para los ciudadanos la exposición a una ingente caudal de noticias procedentes de las fuentes más diversas y donde se hace más necesario y fundamental que nunca la existencia de referentes periodísticos de credibilidad y objetividad para que el ciudadano acceda a una información de calidad.
La defensa de este buen periodismo se puso de manifiesto este martes durante la entrega de los VIII Premios de Periodismo ‘Ciudad de Málaga’ que cada año conceden el Ayuntamiento de la capital y la Asociación de la Prensa en la provincia. Unos galardones que este año recayeron en el veterano periodista vasco Iñaki Gabilondo en la categoría de trayectoria profesional; en el redactor de diario SUR Juan Cano en la categoría de desarrollo de las líneas estratégicas de Málaga por el reportaje ‘La Palmilla, laboratorio de convivencia’ publicado en las páginas de este periódico; y dos menciones especiales a los periodistas Esperanza Codina, por el reportaje ‘El pescador de neuronas’ publicado en la contraportada de El País y a Manuel Bellido por su programa en Canal Sur Televisión sobre el Festival de Cine Español de Málaga. Asimismo, se concedió un premio a The New York Times, en la categoría de Málaga como destino turístico y cultural, aunque el diario estadounidense no aceptó finalmente el galardón.
La entrega se desarrolló en un acto oficial en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento bajo la presidencia del alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, el presidente de la Asociación de la Prensa de Málaga, Rafael Salas, y el director general de la Fundación Unicaja, Sergio Corral, entidad que patrocina los galardones.
En su intervención, Gabilondo defendió la necesidad y vigencia del oficio de periodista en una sociedad expuesta a una ingente cantidad de información donde, a su juicio, hay una gran número de actividades que se llaman periodísticas y no tienen nada que ver con ellas y de personas que se llaman periodistas aunque lo que hacen no tiene nada que ver con esta profesión. «En las grandes inundaciones, lo primero que escasea es el agua potable; en la inundación informativa, lo primero que escasea es la información potable. La localización de focos de información potable se convierte en una actividad más delicada, trascendental e importante en este momento», afirmó.
Gabilondo reivindicó un periodismo «comprometido con la sociedad, con los sueños de libertad del ser humano, con el hombre y con su derecho a conocer a fin de poder interpretar en la sociedad un momento adecuado» y se mostró esperanzado con el futuro:«El futuro no está escrito. Lo determina lo que hagamos, lo que no hagamos y lo que permitamos que se haga».
De la Torre también destacó «la importancia» que juegan los medios de comunicación libres e independientes en la sociedad democrática y subrayó «la función social de la información». como elemento vital para que la sociedad progrese. En esa línea, Sergio Corral puso en valor la labor periodística en el desarrollo «humano y cultural» de Málaga, mientras que Rafael Salas sostuvo que estos premios vienen a «prestigiar» la profesión periodística.
Ejemplo de ese buen periodismo fueron los tres periodistas galardonados. Juan Cano agradeció un premio que es «un estímulo» y explicó que la elaboración del reportaje galardonado le permitió cambiar su percepción sobre un barrio, La Palmilla, cuya imagen está estigmatizada por su asociación a la delincuencia y la marginalidad: «El reportaje me permitió observar al barrio desde una nueva perspectiva y constatar que La Palmilla tiene y merece una oportunidad».
Cano, almeriense de nacimiento, dedicó el premio a su familia –en especial a su mujer, Gema Chamizo, también periodista–, a sus compañeros de SUR, «donde ha aprendido todo lo que sé y sigo aprendiendo», teniendo un cariñoso recuerdo al fallecido periodista Manuel Becerra, y dijo sentirse «un malagueño de corazón, una tierra a la que le debo mucho y a la que me siento muy vinculado».
Codina, natural del pueblo almeriense de Sorbas, sostuvo que este premio «me hace mucha ilusión» por la historia galardonada –un reportaje sobre enfermos mentales que aprenden a debatir, a relacionarse y a crear su propio arte a través de una actividad del museo Carmen Thyssen– y porque el galardón lleva el nombre de Málaga, ciudad en la que desarrolla su profesión. «Este es un oficio duro y que da muchos calentamientos de cabeza, pero también satisfacciones como las de hoy», dijo.
Manuel Bellido manifestó que este premio es un galardón al trabajo en equipo desarrollado por los profesionales de la televisión pública andaluza y confió en que este reconocimiento sirva como estímulo para que los ciudadanos se acerquen a la programación «de calidad» que ofrece Andalucía Televisión.
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