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A falta de que el orden del día avance hasta el último tramo, en el que está previsto que intervengan el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; la concejala responsable de Limasa, Teresa Porras y el gerente de la empresa mixta de limpieza, Rafael ... Arjona, a cuenta de las escuchas en las que este último se refería a la posibilidad de que se mantuvieran los puestos hereditarios a pesar de su municipalización, el debate en el salón de plenos se ha movido entre la bronca y el reproche. El asunto de Limasa ha soliviantado los ánimos de la oposición, unido a la cercanía del pleno extraordinario sobre el caso Villas del Arenal (que se celebra el lunes y que promete más encontronazos) y a la inminencia de las elecciones municipales; y esas circunstancias pesan en el tono del debate. Quizás ha sido la moción previa sobre Limasa, un texto urgente presentado a instancias del partido socialista, la que más revuelo ha provocado, con el portavoz del grupo, Daniel Pérez, echando en cara al alcalde que «ha convertido el Ayuntamiento nen su chiringuito particular» y hablando de un gobierno «acosado por la corrupción» y el primer edil visiblemente indignado y contestando a Pérez: «Su intervención ha sido teatral y fuera de lugar, y las declaraciones sobre la corrupción son para denunciarle ahora (....). Y si lo denunciamos será usted el investigado», zanjaba el primer edil, quien volvía a insistir en que el caso Villas del Arenal «no tiene nada que ver con la corrupción».
Antes de ese cruce de declaraciones, en las que Pérez también sugirió que el alcalde es un «trilero», el debate se movió en torno a la (pen)última polémica sobre Limasa y las escuchas. La oposición en bloque afeaba a De la Torre su tardanza en tomar una decisión sobre la empresa de limpieza; en especial Ciudadanos, que sumaba su voto al de la oposición al exigir la destitución de Arjona y que la concejala Teresa Porras sea apartada de sus competencias al frente de Limasa. En su defensa, Porras insistió en que las escuchas «han sido sacadas de contexto» y que la conversación completa «dura dos horas, aunque no he podido tener acceso a ellas», admitía. «Pero hay que contar con toda la información para poder criticar», zanjaba la concejala.
En ese ambiente enrarecido desde el inicio, Daniel Pérez volvía a mezclar Villas del Arenal con Limasa y advertía al alcalde de que si el próximo lunes no cesa a Porras y a Francisco Pomares se verá obligado «a explorar una nueva vía». O lo que es lo mismo, ver las posibilidades de poner en marcha una moción de censura, aunque antes de eso el candidato del PSOE a la alcaldía ha emplazado a De la Torre «a proponer una cuestión de confianza».
En la misma línea se han desarrollado los debates de otras dos mociones relacionadas con la corrupción: una de Málaga Ahora, que acusaba al equipo de gobierno de «prácticas corruptas», y otra del edil no adscrito Juan José Espinosa donde se hace un balance de los «incumplimientos del equipo de gobierno en la última legislatura». A esta última reflexión se han sumado en bloque los partidos de izquierda; no así Ciudadanos, cuyo portavoz ha destacado que la legislatura ha sido «aceptable» a pesar de la ruptura del pacto de investidura. Sin embargo, Espinosa ha insistido en su tesis y ha destacado que los «únicos que están contentos en la ciudad son las ratas y los de las despedidas de soltero».
La intervención del edil no adscrito ha provocado la reacción indignada del portavoz popular, Carlos Conde, quien ha recordado que «dar este mensaje daña la imagen de ciudad».
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