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Es un problema que los hombres tienen con su pelo. Más bien, con el que ya no tienen. Como tantas veces, son las fotos las que delatan. Si en las más recientes se detecta una mayor densidad capilar que en las de antaño, las ... sospechas adquieren fundamento. La estadística también juega a favor. En el 80 por ciento de los hombres, el cabello ralea con el paso de los años. El proceso suele comenzar en la adolescencia. El mundo del fútbol y su exposición mediática ha nutrido el imaginario. Wayne Rooney, jugador británico, sin pelo a los 20 años, protagonizó una de las grandes recuperaciones capilares de la historia. Los Wayne Rooney anónimos se cuentan ya por miles.
Contra la calvicie existe una multitud de presuntos remedios y antídotos. De milagroso a repugnante hay de todo. A la arena de sílice se le han conferido poderes que en la práctica no ha sabido respaldar. Los champúes anticaída son una alternativa cara a los champú tradicionales. La medicina moderna, sin embargo, sí tiene algo que ofrecer: las dos palabras que resumen la última oportunidad para muchos son injerto capilar. A día de hoy, es la única técnica que ha probado su efectividad para combatir la alopecia y la demanda de estos tratamientos está experimentando un auge. La peregrinación a Turquía era ayer. Hoy, las clínicas ofrecen los mismos servicios y más garantías sin tener que salir del país. Málaga se ha convertido en una de las ciudades con más oferta.
Solo a golpe de click, en la capital, aparecen 19 alternativas distintas para realizar este tratamiento. Clínicas privadas, centros capilares y hospitales privados ofrecen injertos capilares. Hay una creciente demanda por un tratamiento al alza.
2.790 euros es el precio de un tratamiento cerrado en Málaga, que incluye todas las fases, desde la primera cita hasta la cirugía y el tratamiento posterior. Puntualmente, lo hay más barato.
3.000 son las unidades foliculares que se suelen trasplantar de media en una intervención.
«En 2015, hacía unas dos o tres intervenciones al mes. Ahora estoy en una media de 15. La gente se anima mucho más que antes», explica Felicidad Espinosa. Esta médico de familia de 56 años, con amplia experiencia profesional, fue alumna en el primer máster de injerto capilar que se ofreció en España, en la Universidad de Alcalá. «Fue en 2014 y fuimos 14 alumnos, la mitad de fuera de España. Ahora, hay mucha demanda entre los médicos. Se cree que es una manera de ganar mucho dinero de forma rápida, pero no es para nada así. La curva de aprendizaje es muy lenta y se necesita mucha práctica para tener soltura», explica. Felicidad trabaja para Medecap. La clínica lleva tres años y medio en Málaga y ofrece tratamientos individualizados. «Cada persona es un caso. A unos la media les basta con 3.000 unidades foliculares. En caso de alopecia avanzada se pueden requerir hasta 6.000», explica. La unidad folicular es la clave. Pelo por pelo se extrae de la zona donante y se transplanta luego a la zona que carece de pelo. El coste del tratamiento depende en gran medida de las unidades foliculares que se requieren para obtener un resultado satisfactorio. «El precio por unidad folicular es de dos euros. La profusión de clínicas ha hecho que algunas tiren los precios. Las hay que ofrecen la unidad folicular por debajo de un euro, pero la calidad se paga», puntualiza Felicidad.
Una de las claves está en el tratamiento individualizado. Solo si la alopecia es muy fuerte y no hay siquiera zona donante, no hay esperanza que valga. «En España, si no una intervención carece de sentido, se le dice al paciente. Eso es algo que no pasa en Turquía». El país otomano tiene fama de ser la meca de los injertos capilares. Cuando las intervenciones se pagaban en España entre 15.000 y 20.000 euros, Turquía seducía con precios asumibles. La brecha, sin embargo, se ha ido cerrando en los últimos años y en Málaga hay una nutrida oferta con precios asumibles.
Jordi Villalobos es gerente de Medecap. También tiene clínicas en Madrid y conoce bien el mercado. Sobre Málaga, explica que convive la oferta de bajo coste con una oferta premium. Hay paquetes cerrados por 2.790 euros. Los tratamientos premium suelen duplicar los precios. En estas clínicas trabajan con una herramienta que se llama implanter. Una especie de bolígrafo que se utiliza para introducir las unidades foliculares y da los mejores resultados. Esta técnica encarece el precio, que puede llegar hasta los 6.000 euros.
Las siglas FUE hacen referencia a la terminología inglesa de Follicular Unit Extraction. La traducción es extracción de unidad folicular. Esta es la denominación que recibe la técnica más avanzada que se utiliza en estos momentos para injertos capilares. La principal característica de esta técnica está en que las unidades foliculares se extraen una por una de la parte trasera de la cabeza, es decir de la zona en la que suele quedar cabello. Pelo por pelo y con raíz. La extracción se consigue con la ayuda de una aguja de madera. Es una técnica que requiere mucha precisión y requiere de más tiempo. La gran ventaja de esta técnica es que no deja cicatrices, como sí ocurría con el método tradicional que se utilizaba para los injertos. De denominación similar, en la técnica FUT (Follicular Unit Transplantation), se extraen láminas de cuero cabelludo en forma de elipsis. A partir de aquí, se consiguen folículos que ejercerán como pelo donante. Aquí entra en juego la destreza del cirujano. De cómo realiza el corte y con qué limpieza es capaz de trasplantar el pelo donante a la parte que está en estado de calvicie depende que se vean luego cicatrices o no. Esta técnica es más invasora y requiere de anestesia local.
Por estas circunstancias y por su mayor efectividad, se está imponiendo la técnica del injerto pelo por pelo. A pesar de ser más costosa, cuenta con otra gran ventaja. El pelo que se extrae de la parte trasera no tienen receptores de testosterona, lo que les hace ser inmune a los desencadenantes de la caída de cabello.
La creciente oferte en la capital, la justifica Villalobos por la propia esencia de la capital de la Costa del Sol. «Málaga lo reúne todo. Es una ciudad que tiene mucho turismo y en verano es una bomba. Por eso las marcas quieren posicionarse aquí». La principal ventaja entre España y Turquía estaría en la seguridad que se le ofrece aquí al paciente: «En Medecap tienes la seguridad de que la operación te la hace un médico. Si hay algún problema, tiene que responder la clínica y el médico». Salvo deporte, el postoperatorio permite hacer vida normal desde que se sale de la clínica.
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