La incoación del expediente para declarar a La Farola de Málaga como Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento que inició el Ministerio de Cultura el pasado 4 de enero, con su publicación en el Boletín Oficial del Estado, no solo condicionará el proyecto para levantar un hotel de 27 plantas en la plataforma del dique de Levante, sino que también afectará probablemente a otra de las intervenciones singulares previstas en el ámbito portuario oriental.
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Según ha podido conocer este periódico, los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo están estudiando la posibilidad de tener que someter el proyecto para realizar un restaurante de lujo en la Casa de Botes a un dictamen previo de la Consejería de Cultura, al estar situado en un ámbito muy próximo al faro para el que ya se ha iniciado el expediente de catalogación.
La mera incoación del expediente para declarar BIC a La Farola puede suponer una aplicación inmediata de la protección para esta construcción del siglo XIX, que incluiría la obligación de que los proyectos que todavía estén por autorizar en el ámbito portuario tengan que someterse a un informe previo de Cultura para determinar si podrían perjudicar a la contemplación o al paisaje que rodea a La Farola.
Así lo creen los técnicos de la Gerencia de Urbanismo, según ha podido confirmar SUR. Una postura que ya ha sido comunicada por el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, al presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio. El edil ha informado de que va a consultar al Ministerio de Cultura sobre si el proyecto está afectado por el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural y, en caso de que la respuesta sea afirmativa, si quien debe informar es este departamento del Gobierno central o la Consejería de Cultura de la Junta.
El presidente del Puerto defiende de manera vehemente que la declaración de La Farola como BIC no tiene por qué afectar al proyecto de la Casa de Botes. «Es una reforma de un edificio que ya existe, no es una obra nueva; es una obra de mejora, y de hecho no se permite que haya ninguna alteración ni interna ni externa sobre la estructura original, con lo cual no tiene ningún sentido enviarlo a Cultura», y se lamenta de que este trámite puede suponer un retraso adicional de hasta seis meses, después de un año de trámites para obtener la licencia de obras.
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«No es de recibo, a un concesionario que tiene concedidos 20 años de concesión no se le puede quitar tanto tiempo porque es una empresa que se juega mucho dinero». Rubio espera que finalmente no será necesario llevar a cabo este trámite, que además sentaría un grave precedente. «La declaración de BIC no puede paralizar la actividad del Puerto», advierte.
Esta circunstancia se ha puesto de relieve cuando el restaurante ya tenía sobre la mesa la licencia de obras, como informó SUR este martes, aunque todavía a falta de la firma final definitiva. «La licencia ya la tenemos concedida, ayer pagamos las tasas y en teoría sólo nos queda el informe de Bomberos, ya lo consultamos y nos dijeron que la declaración de BIC en principio no nos afectaba», afirma con sorpresa Dionisio Hernández-Gil, propietario del Grupo Trocadero y promotor de la nueva Casa de Botes, quien asegura que, mientras no se lo comuniquen oficialmente, seguirá adelante con los preparativos para comenzar con las obras.
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