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Ángel Escalera
Málaga
Domingo, 29 de octubre 2017, 00:31
Para unos fue el reencuentro con una ceremonia que ya vivieron cuando hicieron el servicio militar; para otros significó su debut en el homenaje a la enseña nacional. Para todos supuso un momento de emoción y de ilusión al poder participar en la jura de bandera civil que se celebró ayer en la cubierta de vuelo del buque LHD ‘Juan Carlos I’, atracado en el Adosado al Dique de Levante (ADL) del puerto de Málaga. Los sentimientos y los recuerdos se fundieron en una jornada de sol y excelente temperatura que tuvo como telón de fondo las aguas del Mediterráneo malagueño. Fueron besos dados a la bandera con sabor a mar.
Unas 526 personas participaron en la jura a la rojigualda. El acto estuvo presidido por el almirante de la Flota, Juan Rodríguez Garat, acompañado por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, entre otras autoridades. El acontecimiento se organizó a petición de un grupo de malagueños que hizo el servicio militar en la Marina o en la Infantería de Marina, a través de la mediación de la Congregación de Mena, cofradía que tiene una estrecha relación con la Flota. El almirante pidió disculpas a los centenares de ciudadanos que habían solicitado asistir a la jura y cuyas solicitudes no pudieron ser aceptadas por rebasar la capacidad del buque.
Rodríguez Garat, tras recibir honores al llegar al barco, pasó revista a las fuerzas (marineros e infantes de marina). Para hacer más ágil la jura, se situaron dos banderas, una en la proa (la de la Flota y otra en la popa (la de Infantería de Marina) del buque. En primer lugar, el capitán del ‘Juan Carlos I’, el comandante José Lago Ochoa, tomó juramento de forma colectiva a los participantes. A continuación, los jurandos fueron pasando uno tras otro, a una distancia de unos tres metros, a los sones de la música militar interpretada por la banda del Tercio Sur de Infantería de Marina. Fue una jura simultánea. Entre las personas que juraron bandera estuvieron el presidente del Partido Popular de Andalucía, Juanma Moreno; el presidente del PP de Málaga y presidente de la Diputación, Elías Bendodo; la diputada del PP Carolina España y el senador popular Manuel Marmolejo. Asimismo, besaron la bandera los concejales del PP en el Ayuntamiento de Málaga Carlos Conde, Mario Cortés y María del Mar Martín Rojo.
Una vez que los más de 500 convocados cumplimentaron a la bandera (algunos rindieron homenaje a la enseña nacional acompañados de sus hijos), se dio paso al homenaje a los caídos por España. Las fuerzas formadas en el portaaviones ‘Juan Carlos I’ cantaron ‘La muerte no es el final del camino’ y se depositó una corona a los pies de un Crucificado y se disparó una salva de honor.
La parte final del acto tuvo como protagonista al almirante de la Flota, que comenzó su discurso citando el preámbulo de la Constitución española. «Más de 500 personas habéis querido hacer la bandera más vuestra. Os doy la más cálida enhorabuena, porque habéis puesto el interés de todos por encima del particular. Eso es un ejemplo de patriotismo», subrayó Juan Rodríguez Garat.
El almirante aseguró que los jurandos eran la voz de hombres y mujeres que entienden lo que es la lealtad. Asimismo, agradeció al alcalde De la Torre la hospitalidad que Málaga le ha dado a la Armada. Tras recordar a los militares que perdieron la vida «en defensa de la patria», Rodríguez Garat afirmó: «Vivimos en un mundo más seguro que nunca, pero no hay que creer que todo está hecho».
El almirante criticó al terrorismo «ciego y cobarde» y añadió: «Las calles son de todos, pero sobre todo de la gente de bien. No podemos dejar que nos las arrebaten ni los zarpazos del terrorismo ni la actitud amenazante de los radicales, muchas veces espoleados por aprendices de brujo atolondrados y agresivos exhibiendo sus intereses». Garat cerró sus palabras con un viva a España y otro al Rey.
Cada una de las más de 500 personas que juraron bandera recibió un diploma acreditativo. Muchos de los participantes recordaron los tiempos en que hicieron la mili en la Armada. Uno de ellos fue Francisco Toledo, hermano mayor de la Hermandad de la Victoria, que, además de cumplir su servicio militar en San Fernando, fue marino mercante. «Es un honor besar la bandera de España en condiciones», dijo Toledo. A su lado estuvieron los hermanos Pedro y Francisco Cuevas. El primero, licenciado en educación física que trabaja en el Ayuntamiento de Málaga, pasó su periodo militar en la Escuela de Suboficiales de la Marina (San Fernando). Su hermano, enfermero jubilado, hizo el servicio militar en la Escuela General del Aire (Murcia). Su intención era ser piloto de complemento y por eso se marchó a la mili de voluntario con 18 años.
En la jura de bandera hubo bastantes mujeres. Una de ellas, María del Pilar Escobar, es hija, esposa y madre de militar. De hecho, una de sus hijas, que la acompañó ayer, es capitán de Intendencia de Marina. «Llevo la vida militar muy dentro», indicó la madre de la capitán. También juró el hermano mayor de la Cofradía del Sepulcro, Emilio Betés. «Me hace una gran ilusión formar parte de un acto como este, en el que voy a refrendar el juramento que hice en el servicio militar», señaló. Por su parte, María Dolores, otra de las mujeres que estuvo en el barco, explicó por qué quería jurar bandera: «Lo hago por mi país y porque me siento muy española».
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