Bernarda Márquez es una neurocirujana vocacional. SUR
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Bernarda Márquez: «Fui la primera neurocirujana en el Hospital Regional de Málaga»

«Los pacientes ya no recelan, pero al principio veían a una chica joven y había reticencias», dice esta especialista en neurocirugía

Ángel Escalera

Málaga

Sábado, 5 de marzo 2022

Sevillana de nacimiento, Bernarda Márquez lleva en Málaga desde 2002 cuando llegó al antiguo Hospital Carlos Haya a trabajar como neurocirujana. Se considera una médica ... vocacional. Desde que estaba en el colegio quería estudiar Medicina. Cuando comenzó la carrera tuvo claro que quería hacer neurocirugía, que es una de las grandes especialidades. «Siempre me llamó la atención el estudio de la anatomía del cerebro. Es algo que me atrapó y aquí estoy de neurocirujana», explica a este periódico.

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Los cinco años de formación para ser neurocirujana los hizo en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Una vez acabada su etapa de médica interna residente (MIR) cambió la ciudad del Guadalquivir por la del Guadalmedina y empezó a ejercer como neurocirujana en el Hospital Regional de Málaga, cuyo jefe de ese servicio era (y sigue siendo) Miguel Ángel Arráez. Aunque ha tenido oportunidades de volver a Sevilla para trabajar, Bernarda Márquez ha preferido quedarse en Málaga, ya que, como ella explica, el Hospital Regional es un centro puntero tanto en España como en Andalucía en la especialidad de neurocirugía.

«Nosotros nos dedicamos a la cirugía del sistema nervioso central: cerebro, médula espinal, nervios periféricos, raíces y columna. Es una especialidad muy amplia que está avanzando mucho en los últimos años gracias a la tecnología». En concreto, la doctora Márquez está especializada en radiocirugía, en dolor complejo y en la patología neurooncológica (tumores cerebrales y del sistema nervioso).

Bernarda Márquez fue la primera mujer residente en neurocirugía en el Virgen del Rocío sevillano. «Al principio, encontré un poco de recelo, porque mi llegada fue una sorpresa en un servicio donde todos eran hombres y, además, de cierta edad. Eso solo ocurrió al inicio; después no hubo ningún problema». Cuando llegó a Málaga también fue la primera neurocirujana en el antiguo Carlos Haya. «Yo, en mi servicio, no he tenido problemas por ser mujer, pero en otros niveles, sí. Cuando empecé hubo dudas de si en una especialidad tan compleja iba a ser tan capaz como los hombres, pero, bueno, es cuestión de trabajo, de estudiar y de demostrar la capacidad como el resto de los seres humanos», relata.

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En la actualidad, el 50 por ciento de la plantilla de facultativos de su servicio son mujeres, entre médicos adjuntos y residentes. «Los pacientes ya no recelan, pero al principio veían a una chica joven y había reticencias. Es algo que se ha ido superando», señala esta neurocirujana vocacional. Y añade: «Para poder hacer operaciones tan complejas y a veces muy largas hay que tener algo innato, una resistencia física y psíquica, porque si no aguantas».

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