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Si van a la playa de La Malagueta o La Caleta, o simplemente si caminan por el paseo marítimo de Picasso, se habrán dado cuenta de que hay un barco de grandes dimensiones que lleva mucho tiempo fondeado en la Bahía de Málaga, y además, ... en una posición llamativa, que parece escorado hacia popa (la parte trasera).
Se trata del 'Blue Ocean A', un buque que en el argot portuario se denomina «Livestock Carrier», esto es, destinado al transporte de ganado vivo. Tiene una eslora de 117 metros, por 18 de manga, y la última vez que entró a un puerto fue precisamente al de la capital malagueña, el pasado 11 de julio, de acuerdo con los datos facilitados por la web 'Vesselfinder'. Ahora está vacío, pero cuando va lleno y se encuentra amarrado, algo que ocurre con relativa frecuencia, se le reconoce fácilmente por el fuerte olor a cuadra que desprende, ya que su carga habitual son vacas.
Desde entonces, o sea, prácticamente todo el verano, se encuentra al remanso de las aguas malacitanas, a poca distancia de las playas y paseos de la zona Este de la capital, desde donde es perfectamente visible. ¿Por qué? «Ahora mismo está a órdenes (a la espera de instrucciones), y como suele hacer itinerarios entre la costa africana occidental, Oriente Medio y el Mediterráneo, ha buscado un lugar tranquilo para fondear, y que le pilla en el centro de sus operaciones, para estar bien posicionado por si le surge un despacho», explican fuentes de la Autoridad Portuaria.
En barcos de este tipo es normal que permanezcan varias semanas fondeados, ya que su trabajo no es regular, sino que va por temporadas y en función de los fletes y de las fluctuaciones del mercado de ganado. «Es cierto que hasta ahora siempre lo habíamos visto en Málaga con entrada y salida para avituallarse de cebada, cereales y proteaginosas (guisantes secos, altramuces, habas, etc) y nunca había estado tanto tiempo fondeado, pero es una cuestión de mercado», añaden las citadas fuentes.
Visto desde la playa, el barco da una extraña sensación de estar escorado de popa. Consultados al respecto, desde el Puerto restan importancia a este hecho, y lo achacan a que el buque se encuentra totalmente «en lastre» (vacío de carga), mientras que el propio diseño del barco, para compensar las cargas cuando esté lleno, le da esa apariencia.
«No tiene ningún problema, está haciendo correctamente todos sus servicios portuarios de avituallamiento y de Marpol (recogida reglada de aguas residuales negras y grises)». Para la comida de la tripulación, sin necesidad de amarrar (lo que conlleva unos costes elevados) se emplean lanchas que transportan los productos desde tierra. A corto plazo no tiene previsto entrar de nuevo al Puerto de Málaga, ni se conoce aún su siguiente destino.
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