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El Consejo de Gobierno de la Junta ha aprobado hoy el decreto por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz ... el Parque Balneario de Nuestra Señora del Carmen. Lo hace, tal y como estaba previsto desde 2021, cuando el Ayuntamiento de Málaga lo pidió, como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Lugar de Interés Etnológico. La resolución será definitiva cuando se publique en el BOJA.
Además de preservar sus valores monumentales, este paso es la llave que abre la puerta a la transformación de todo el entorno. De una parte, la declaración de BIC era necesaria para poder preservar jurídicamente el edificio, ya que, en la situación anterior, la Ley de Costas habría determinado su demolición, al estar afectado frecuentemente por los temporales, según fuentes expertas consultadas. Y es que, al ser un bien protegido, prevalece esta figura sobre la citada normativa general.
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Por tanto, a partir de este momento la protección del restaurante y la rehabilitación del edificio es obligada, e inicialmente recae sobre el Consistorio (que fue quien pidió la declaración); y cuando haya un concesionario recaerá sobre este (ahora mismo el negocio funciona con una autorización provisional). Estas condiciones tendrán que ser establecidas en el futuro título concesional.
Pero este avance también tiene repercusiones directas para el proyecto del parque marítimo en los terrenos del bosque de eucaliptos. ¿Por qué? Pues porque ahora queda más claro qué parte del espacio puede ser concesionado (el edificio y parte de sus actuales terrazas), mientras que el resto debería quedar en manos del Ayuntamiento, que tendrá que asumir su mantenimiento, como cualquier otra zona verde de la ciudad. De esta forma, Costas ya sólo intervendrá en la franja de playa, pero no en el resto de la gran parcela.
Desde el pasado octubre, Urbanismo está trabajando para adaptar el proyecto del parque a una serie de requerimientos que le pidió la Dirección General de la Costa y el Mar; si bien las fuentes consultadas prevén que el diseño definitivo quedará aprobado en pocas semanas. De ser así, a mediados de este año se podrían licitar los trabajos.
Sólo quedaría la cuestión del astillero Nereo, que tiene que resolver Cultura de la Junta, pues deberá determinar en una resolución si este negocio se tiene que quedar obligatoriamente en su emplazamiento actual (por estar protegido); o si, por el contrario, se podría mover, dentro del mismo entorno. Ello condiciona la conexión con el paseo marítimo de Pedregalejo, aunque es probable que esta cuestión quede postergada dentro del proyecto, pues tardará todavía varios meses en resolverse, de manera que se pueda acometer el resto del parque.
«Era una obligación de esta administración, como competente en la materia, la conservación de ese edificio de principios del siglo XX para que se pueda garantizar que en lo esencial no va a cambiar; otra cosa es que los usos vayan cambiando, pero se deberán adecuar a todo lo que entraña ser un BIC», afirma la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro, quien invita al Consistorio, la propia Junta y el Gobierno central, vía Costas, a estar «muy vigilantes» ante cualquier proyecto que no vaya en sintonía con el espíritu de esta declaración.
Los límites del BIC abarcan a espacios públicos y privados, así como parcelas, inmuebles y elementos urbanos, dentro de la parcela catastral que lo contiene (parcela 01 de la manzana 67491 con referencia catastral 6749101UF7664N). Mientras, para la delimitación del entorno se han tenido en cuenta los aspectos relacionales entre el bien y su contexto, como son su vinculación funcional, relaciones visuales recíprocas y simbólicas (el bien como referente de la identidad colectiva y como hito cultural). Consecuentemente, el entorno abarca aquellos inmuebles y espacios públicos cuya alteración pudiera suponer una merma en su comprensión y contemplación (portada de acceso, jardines del entorno, pérgolas, cocinas, etc).
«Es una buena noticia porque garantiza que se preserve el balneario; ya nunca se podrá especular con él, y nos quitamos la losa de Madrid, que pretendía tirarlo abajo». Es la primera reacción de José Luis Ramos, socio de la concesionaria que explota el restaurante ubicado en el edificio histórico.
El empresario destaca que se ha protegido todo el entorno, e invita a las instituciones a participar en su cuidado en función de sus responsabilidades. «Ahora hay que mantenerlo, nosotros por estar allí y administraciones por lo que cada una tengan que hacer; lo primero que hay que ver es qué va a hacer Costas para protegerlo, y para eso es necesario construir un espigón semisumergido para frenar las olas, que llegan porque ahora no hay defensas».
Ramos muestra el compromiso de los socios: «Nosotros vamos a hacer todo lo que diga Cultura de la Junta que es necesario, estamos 100% dispuestos a colaborar para mantener y poner en valor el balneario». Entre estas medidas, destaca la realización de una serie de infraestructuras para minimizar el impacto de los temporales sobre el inmueble.
La declaración se justifica por el hecho de que el Parque Balneario Nuestra Señora del Carmen constituye el único ejemplo histórico conservado en Málaga de balneario público de mar, según reconoce Cultura. Es un conjunto patrimonial conformado por bienes materiales dispares y diacrónicos, ubicados en un entorno de interés paisajístico ligado a un tramo del litoral este de la ciudad. «En este lugar se viene desarrollando, desde su origen hasta la actualidad, un modo de vida y costumbre y un capítulo protagonista en la historia de Málaga como es la cultura de los baños de mar, de la que este bien es testimonio inestimable».
En torno a esta cultura se establece un diálogo entre el patrimonio inmueble y el medio natural que se ha perpetuado en el tiempo, en el que adquiere su fundamento el paisaje y la relación de la arquitectura con el mar, en el marco del uso público y disfrute de este espacio. Esta relación histórica ha fortalecido la vinculación de la ciudadanía con el bien, convirtiéndolo en un paisaje simbólico, donde es latente una fuerte carga vivencial y de memoria colectiva.
Este enclave, sostiene la resolución, es actualmente un lugar centralizador de encuentros, actividades, esparcimiento, ocio, salud y descanso, y un espacio verde en la trama urbana. Confluyen en este caso valores etnológicos, históricos, arquitectónicos, sociales, culturales, paisajísticos, medioambientales y naturales, que justifican la inclusión del inmueble en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
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