Sandra Moñino, autora de 'Adiós a la inflación', posa para la entrevista. SUR

Sandra Moñino, nutricionista: «El azúcar es la droga del siglo XXI»

«Nuestra alimentación va a determinar la salud que tengamos en el futuro», asegura y aboga por una regulación de las bebidas azucaradas para niños

Miércoles, 19 de junio 2024, 00:30

'Slow food', vegetariano, vegano o, quizá, una dieta paleo, con alimentos similares a los utilizados en el paleolítico. El hombre moderno decide los caminos en el intento de dejar atrás esos kilos que sobran en la báscula. «Eres lo que comes», es el mensaje ... que se repite como una telenovela. Vale. El problema es que cada vez hay una mayor confusión y las personas con sobrepeso padecen la sobreinformación. Sandra Moñino es una nutricionista, un fenómeno viral, que se ha propuesto arrojar algo de luz y lo ha hecho en un libro que se titula 'Adiós a la inflación' (Harper Collins).

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Este miércoles estará en Málaga, en un acto de presentación en la Librería Luces, a las 18:30 horas. ¿Otro libro de autoayuda más? Moñino asegura que no. Más bien, una guía entendible para que todo el mundo pueda realizar un cambio de hábitos y alcanzar un mayor bienestar. Al menos, es lo que transmite en esta conversación con SUR en la que queda clara la relación directa entre salud y comida.

–Cuando alguien se entera en una fiesta que usted es nutricionista, ¿qué pasa?

–Empiezan a preguntar que qué tipo de dieta tienen que seguir, qué tienen que comer y cómo pueden conseguir más masa muscular. Me piden que les ofrezca claves para conseguir algo milagroso. Lo que mas escucho es dime qué tengo que comer y no te andes con rodeos.

–Siempre hay alguien que está intentando perder peso.

–Sí. Es lo más frecuente. La gente quiere perder peso. Pero, con el tiempo, descubren que es mucho más que eso. Mejorar tu alimentación viene acompañado de muchas mejorías en tu vida y eso es lo verdaderamente importante.

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–¿A las puertas del verano tiene usted más trabajo que nunca?

–Los meses más fuertes son marzo, abril, mayo y principios de junio. En julio y en agosto baja bastante la demanda. En octubre vuelve a remontar.

–¿Dónde está la diferencia entre sobrepeso y obesidad?

–Para que la gente lo pueda entender, sobrepeso son esos cinco o seis kilos demás. Obesidad ya sería una gordura mórbida.

–¿Qué va a almorzar a mediodía?

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–Una buena proteína de calidad, un salmón a la plancha, una grasa saludable, como puede ser un aguacate y nunca falta un plato de verdura.

–A estas alturas, cualquiera debería saber qué productos contribuyen a engordar. A pesar de ello, ¿por qué no conseguimos alimentarnos mejor?

–Pienso que hay mucha sobreinformación. Todo el mundo cree que sabe de nutrición, pero no es así. Hay muchas creencias, pero falta información real. Luego está eso de que nos preocupamos por el peso cuando nos tenemos que enfrentar al bikini, por ejemplo. Pero durante el resto del año me da igual engordar unos kilos.

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–¿Miramos por la alimentación cuando ya es demasiado tarde?

–Sí. Lo hacemos cuando el daño ya está hecho. Lo importante no es la estética. Nuestra alimentación va a determinar la salud que tengamos en el futuro.

–¿Le damos más importancia a la estética que a la salud?

–El factor estético es importante. Pero la salud está muy encima. Muchas veces se está bien desde el punto de vista estético, al menos con lo que marcan los cánones, pero no se está bien de salud.

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–¿Cómo es el perfil de la persona que acude a usted?

–El perfil más frecuente es el de una mujer de entre 30 y 50 años que quiere perder peso.

–Es curioso… En España, las drogas están prohibidas. El alcohol y la nicotina, reguladas. Pero para el azúcar no hay control. ¿Tiene sentido?

–No tiene ningún sentido. El azúcar es una sustancia que nos afecta de manera negativa. Me sorprende, sobre todo, que no se regule el consumo de las bebidas azucaradas en niños.

–¿Qué es el azúcar?

–El azúcar es la droga del siglo XXI. Nos altera a nivel cerebral y genera adicción. Cuesta dejar el azúcar como cuesta dejar el tabaco.

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–Acaba de publicar un libro que se titula 'Adiós a la inflamación'. ¿Qué significa?

–No es solo el abdomen inflamado. Es el malestar, el dolor de cabeza, la falta de concentración, el insomnio, la alteración en la piel… Todo esos síntomas están relacionados con el intestino. Y lo que pasa por nuestro intestino está relacionado con la alimentación.

–¿Por qué no es un libro de autoayuda más para la hoguera de los libros de autoayuda?

–Mi libro se caracteriza porque está escrito con un lenguaje muy sencillo. Todo el mundo lo va a poder entender. Desde un niño hasta la persona adulta. Está todo explicado de manera sencilla, aunque con fundamento científico.

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–¿Comer cinco veces al día o ayuno intermitente?

–Hay que comer siempre que tengamos hambre, pero que sea hambre real. Pero tenemos que darle ese descanso metabólico a nuestro cuerpo. Dejar que nuestro cuerpo se desintoxique y desinflame. Abogo por un descanso mínimo de cuatro o cinco horas entre comidas.

–¿Hay lugar para el placer o la alimentación debe ser meramente funcional?

–Claro que hay lugar para el placer. Si lo que comes te aburre, al final vas a optar por la hamburguesa y el refresco. Una buena alimentación no está reñida con el placer de comer.

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–El riesgo de cualquier dieta es el efecto rebote. ¿Por qué se produce tanto?

–Se debe a que hacemos dietas muy restrictivas con el objetivo de perder peso lo antes posible, pero no hemos realizado un cambio de hábitos. Un cuerpo no puede estar sin ingerir la energía que necesita. Lo importante es hacer un plan que se pueda sostener en el tiempo.

–Ahora llega una inyección y promete perder peso sin tener que realizar un cambio de hábito. ¿Cómo lo ve?

–Me parece una tontería muy grande, salvo para casos extremos de obesidad mórbida. A nivel general, todo pasa por un cambio de hábitos.

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–¿Cómo afecta el sobrepeso a nuestro mundo emocional?

–Muchísimo. Existe una relación directa entre el intestino y el cerebro.

–¿Cuánto daño hacen las redes sociales y los marcos de belleza?

–Hacen mucho daño. Sobre todo, a la gente más joven. Tenemos muchos casos de adolescentes obsesionadas con su peso. Los marcos de belleza afectan más a las niñas. El perfil con más problemas es el de niñas entre 12 y 18 años.

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