El Ayuntamiento de Málaga supedita el centro ambiental del Puerto de la Torre al consenso y pide cautela

El equipo de gobierno también ha movido ficha rápido. Así, el concejal del distrito, Jacobo Florido, ha mantenido un encuentro con Verosa y se dirigió a los vecinos en el consejo de distrito de la semana pasada. Y el domingo, acompañó al alcalde, Francisco de la Torre, que quiso interesarse por el tema y estuvo más de dos horas con representantes de la Junta de los Caminos y Diseminados.

Florido avanzó a SUR que este proyecto tendrá que ir ligado sí o sí al consenso vecinal, pero quiso aclarar varias cuestiones. En primer lugar, no se trata de un proyecto municipal o autonómico, sino de índole privada. En segundo lugar, vio precipitado llevar mociones a pleno el próximo jueves, dado que a finales de la semana hay prevista una reunión de Verosa con los vecinos para explicarles el proyecto en profundidad.

Para Florido, que además es vecino del distrito, está todo en una fase muy incipiente y aseguró que, en el caso de que se ejecutara, esta infraestructura tardaría aún varios años. En todo caso, su mensaje principal es de cautela, dado que es necesario conocer, según dijo, a fondo el detalle técnico y el impacto posible sobre esta zona. El edil insistió en las garantías administrativas que toda tramitación de este tipo ofrece.

El Centro Ambiental Málaga Norte, por lo tanto, ya ha sido el protagonista en varios foros. El último, este sábado durante un encuentro en el Parque de la Artesanía del Puerto de la Torre. Los vecinos, además de los escritos, quieren recabar firmas y muestran su preocupación por cuestiones como posibles ruidos, emisiones, olores, seguridad vial y tráfico e, incluso, cultura.

Las cuestiones de distancia esgrimidas por la empresa difieren notablemente de las expuestas por los vecinos y oposición, dado que precisamente han escogido este emplazamiento por la relativa cercanía al nudo de la hiperronda y AP-46 y una distancia que, a su juicio, es segura con respecto a viviendas.

Ahora mismo, el proyecto, del que sus impulsores destacan el factor sostenibilidad, está en fase de obtención de la autorización ambiental unificada, para lo que la Consejería de Sostenibilidad de la Junta abrió un plazo de alegaciones este verano.

Entre los residuos, siempre no peligrosos, que se podrán tratar, reutilizar o transferir, según el caso, se encuentra un largo listado de productos: hormigón, ladrillos, tejas, tierra y piedras, algunas mezclas bituminosas, serrín, virutas, tejidos vegetales, madera, envases de plástico y metálicos, cobre, bronce, latón, ropa, vidrio o grandes aparatos domésticos.

Por poner la superficie del proyecto en contexto, el futuro centro ambiental ocupará unas ocho veces menos que Los Ruices (Limasam) y ligeramente menor que el complejo de Valsequillo, del Consorcio Provincial, que la Diputación tiene en Antequera. Hay otro privado de algo menos doble en Cerralba (Recicla Andalucía). Precisamente, la cercanía de Los Ruices es otro de los motivos esgrimidos por la asociación de vecinos para su oposición.

Al tratarse de residuos inertes su principal característica, siempre según el proyecto, es que no reaccionan químicamente con el medio.

Una de las claves, como se ha dicho, son los accesos. Los terrenos se encuentran en un desvío en el kilómetro 8 de la citada carretera, que es estrecha y sinuosa.

El vertedero en sí ocupará 67.765 m2. Se le estima una vida útil de 25 años.

En total, se espera dar una segunda vida a 315.476 toneladas al año con porcentajes de recuperación que rondan el 90%, según el caso.

La inversión ya ronda los 5,5 millones de euros teniendo en cuenta infraestructura, obra civil, maquinaria...