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Llamaba ya ayer la atención que el grupo socialista no expusiera sus opiniones sobre la moción urgente del PP para rechazar que el Gobierno privatice el servicio de la torre de control del aeropuerto porque el portavoz socialista Dani Pérez se excusaba en que debía leer el texto para valorar el posicionamiento de su grupo. Lo cierto es que hoy, en la propia sesión plenaria, ha quedado bastante claro cuando, tras el debate de la iniciativa popular y la intervención de un controlador aéreo del aeropuerto de Málaga, el PSOE se ha quedado solo absteniéndose mientras el resto de los partidos políticos, incluido su socio en el Gobierno de España, Unidas Podemos han votado en contra y sin ambages de que un servicio estratégico y de estas características acabe prestándose por una empresa privada y la llamada aproximación del tráfico aéreo incluso desde otra ciudad.
Un representante de los controladores de la torre del aeropuerto de Málaga, Antonio Alonso, intervenía para explicar las consecuencias que supondría esta medida que quiere tomar el Gobierno. Alonso ponía sobre la mesa, primero los 140 empleados que hay entre controladores, ingenieros, técnicos y personal de administración de la torre, que pertenecen a la empresa pública ENAIRE, que «es en la actualidad el proveedor de servicios de navegación con las tasas más bajas de Europa» y su sistema de gestión de la seguridad, Eurocontrol, ha sido reconocido en los dos últimos años como el mejor del continente. Alonso explicaba que Málaga se encuentra ahora en niveles de tráfico un 10% superiores a las cifras récord de 2019, y ahora es el cuarto aeropuerto del país, explicando que, como contrapartida, Madrid y Barcelona no se encuentran dentro de este proceso privatizador. Puso el dedo en la llaga diciendo que la torre de control quedaría al albur de una empresa privada con controladores nuevos sin experiencia en el entorno del aeropuerto, «ya que se produciría la sustitución total de la plantilla», que el servicio de aproximación podría acabar en Sevilla o Madrid, y que aeropuertos en los que está privatizando este servicio como en Lanzarote o Ibiza, las demoras son superiores a las de Málaga, o que ningún país de la UE ha privatizado un aeropuerto de la envergadura de Málaga. Añadía este controlador que en asuntos de defensa la cuestión también era preocupante, ya que la Base Aérea del Ejército en Málaga pasaría a ser controlada por un ente privado
Después de esta completa exposición acerca de lo que supondría la privatización de este servicio, el concejal de Turismo, aprovechaba para decirle a la bancada de la izquierda que la afección al aeropuerto de Málaga sería enorme, y ponía de ejemplo a Estados Unidos, «adalid del capitalismo, que no privatiza jamás este tipo de servicios». «Estos (miraba a los controladores) son los que nos vigilan a nosotros, nuestros ángeles de la guardia cuando volamos», que decía en su particular estilo directo y mitinero, que agitaba los ánimos en la bancada de la izquierda.
Losada se sumaba sin ambages a la iniciativa de su socio de gobierno, «porque lo que funciona bien no hay que tocarlo» y daba cuenta de los 9.000 vuelos al mes del aeropuerto de Málaga en el mes de enero, un 5,8% más que este mes de 2019. Llegaba la intervención del portavoz de Unidas Podemos, Nicolás Sguiglia, que era muy esperada por los populares, ya que ayer se sumó a esta iniciativa sin dar rodeos. Hoy, sin embargo, aprovechaba para criticar todos las empresas estratégicas que había privatizado Aznar como Iberia, Gas Natural, Argentaria, Repsol, Gas Natural o Endesa, por lo que les llamó a los populares, pese a apoyarlos en esta ocasión, vendepatrias.
El socialista Jorge Quero defendía la «liberalización» del aeropuerto de Málaga porque «la gestión eficiente debe ser el objetivo de cualquier administración pública», mientras que Florido decía no dar crédito de que un sindicalista como él apoyase una privatización de una empresa mientras que en Málaga pedían municipalizarlas todas. «No voy a estar a favor de las políticas demagógicas que ustedes traen aquí», que le decía el socialista para contestarle.
Finalmente, el PSOE se ponía de perfil votando abstención y quedándose inusualmente solo en el pleno. El resto de los grupos, PP, Ciudadanos y Unidas Podemos aprobaban que el Ayuntamiento de Málaga «rechaza la privatización de la torre de control del aeropuerto de Málaga en la que trabaja el Gobierno de España y muestra su apoyo a los trabajadores que prestan el servicio así como que insta al Gobierno a dar marcha atrás y mantener la gestión pública.
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