Sin acto oficial, porque lo impide la normativa electoral, sin aviso previo y a contrarreloj, el Ayuntamiento de Málaga ha abierto en la noche de este viernes el nuevo puente realizado sobre el Guadalmedina a la altura del Centro de Arte Contemporáneo. Con dos años de demora respecto a lo previsto inicialmente, ya está en uso esta pasarela que los grupos de la oposición, especialmente el PSOE, han utilizado como arma arrojadiza contra el equipo de gobierno a lo largo del mandato que ahora expira.
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Este nuevo puente debería haber estado listo para la primera mitad del año 2021. La Gerencia Municipal de Urbanismo adjudicó la obra en noviembre de 2020 a la unión temporal de las empresas Construcciones Garrucho y Tevaseñal, de Cádiz y Jaén, respectivamente, por 490.039 euros, y con un plazo de ejecución de tres meses.
Sin embargo, ese plazo quedó en papel mojado, y en septiembre de 2021 se aprobó un sobrecoste de 73.468 euros debido a las variaciones introducidas en el proyecto por los arquitectos de Urbanismo para garantizar la accesibilidad a la pasarela. Estos cambios tardaron en ser negociados con las empresas constructoras, en cuanto a características técnicas y presupuesto, para definir un proyecto modificado. Así, en total, el coste de esta obra asciende a 563.507 euros.
Los trabajos para la realización del puente avanzaron el año pasado pero no quedaron totalmente acabados por las dificultades de las empresas adjudicatarias para abastecerse de materiales, principalmente acero, debido a su escasez y subida de los precios, derivada de la guerra de Ucrania, según explicaron fuentes cercanas las empresas contratadas.
Posteriormente, los arquitectos de la Gerencia de Urbanismo solicitaron nuevas modificaciones, en este caso respecto a los acabados del puente. Esos últimos cambios sobre el revestimiento fueron objeto de una negociación económica entre los adjudicatarios del contrato y el Ayuntamiento, que finalmente logró que los asuman sin que se incremente el presupuesto último de la obra.
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Tras todo este periplo, el puente llegó a Málaga el pasado mes de marzo para ser instalado. Su estructura varía de los diseños iniciales difundidos por el Ayuntamiento. Así, el trazado del puente no es totalmente horizontal, sino que se eleva en su parte central para no ser un obstáculo en el caso de que el Guadalmedina llegue a albergar un caudal de agua que ocupe toda la sección del cauce.
Además, el revestimiento de planchas de aluminio perforado ha sido pintado en un tono gris claro, no blanco como estaba inicialmente previsto. El nuevo puente se corona en su extremo más próximo a la calle Salitre con un torreón de algo menos de 12 metros, diseñado por los arquitectos de Urbanismo como una forma de marcar la entrada hacia el Perchel. En las últimas semanas, la empresa Guamar ha realizado las obras para adecuar los estribos del puente a los bordes del cauce y las aceras del entorno. El puente se ha abierto sin que estas obras hayan finalizado totalmente.
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