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Las obras para remodelar la Alameda Principal, haciendo peatonales sus dos calzadas laterales, ya han comenzado, aunque en una fase muy inicial, junto a la rotonda del marqués de Larios. Los trabajos supondrán la renovación del pavimento de la calzada central, que mantendrá carriles ... cinco carriles para autobuses y tráfico privado, y también de las laterales, que pasarán a convertirse en unos amplios bulevares para el peatón y, posiblemente, para las terrazas de algunos locales de hostelería. Este emblemático eje urbano encara la mayor transformación de su historia, tal y como hoy se conoce; un cambio que, según queda recogido en el proyecto que acomete la Gerencia de Urbanismo, incluye la sustitución de las farolas que lo caracterizan desde hace casi treinta años por unas de estilo minimalista.
Junto con el cambio de las farolas, la principal modificación de la Alameda Principal en lo que a mobiliario urbano se refiere es el traslado del monumento al marqués de Larios, ya que la rotonda en la que se ubica desaparecerá para que los carriles de tráfico sigan en línea recta entre la Alameda y la plaza de la Marina. Tras barajar varias posibilidades, finalmente la Gerencia de Urbanismo ha optado por resituar este monumento junto a la embocadura de la calle Larios, en línea con el eje de esta vía peatonal, escorado hacia su esquina oeste con la Alameda.
Desde que, a finales de 2016, se conoció la intención del equipo de gobierno de desplazar el monumento, los herederos de su autor, el escultor valenciano Mariano Benlliure, se han mostrado en contra de este cambio, como ya recogió este periódico (ver SUR.es 3/12/2016). La vicepresidenta de la Fundación Mariano Benlliure y bisnieta del artista, Lucrecia Enseñat Benlliure, ha mantenido reuniones con los técnicos de Urbanismo para exponerles sus argumentos en contra del cambio del monumento –asegura que fue concebido para situarse en el eje visual de la Alameda–, y también les ha remitido un escrito para pedirles que permanezca donde está ahora, en una isleta circular. Sin embargo, los responsables municipales han apostado por el traslado.
En concreto, el proyecto, contratado en una primera fase con la empresa Verosa, por 1,8 millones de euros para la renovación de la calzada central y la zona de la rotonda del marqués de Larios, prevé el desmontaje de las aproximadamente 40 farolas que enmarcan la calzada central de la Alameda y su lateral sur, ya que las del lateral norte ya fueron retiradas con la obra del metro y solo quedan cinco de dos brazos en el tramo desde Puerta del Mar a la calle Larios. Se trata de unas farolas que el Ayuntamiento instaló en la Alameda entre finales de 1989 y la primera mitad de 1991, coincidiendo con el proyecto de remodelación de la plaza de la Marina, que generó numerosas críticas ciudadanas, entre otras cuestiones, por las farolas que se colocaron.
Tras esa cuestionada intervención en la plaza de la Marina, que tuvo que ser corregida posteriormente, el Consistorio quiso implantar en la Alameda un modelo de farola mucho más clásico que podría entroncarse con el modernismo, y que recuerda algunas de las luminarias que marcaron enclaves del casco antiguo en la primera mitad del siglo XX, como el llamado El Sonajero, que centraba la plaza de la Constitución. Farolas similares enmarcaron la rotonda del marqués de Larios a principios del siglo pasado, según se observa en fotografías conservadas por el Centro de Tecnología de la Imagen de la Universidad.
Según publicó la sección 'Cosas de la Ciudad' de este periódico en su edición del 2 de agosto de 1991, las farolas fueron inauguradas el miércoles 31 de julio de ese año. En publicaciones de meses anteriores, esa misma sección se hacía eco de los comentarios de vecinos a favor de esas farolas, a diferencia de las que colocaron en la plaza de la Marina. «Si todos decían que aquellas eran, y lo siguen siendo, muy feas e inadecuadas para la plaza, en estas nuevas, la unanimidad elogiosa preside las opiniones: son magníficas», apuntaba Francisco Cortés 'Pacurrón' el 12 de mayo de 1991.
Según figura en el proyecto contratado por Urbanismo, estas farolas de hace 27 años «se transportarán al Área de Servicios Operativos» del Ayuntamiento, y serán sustituidas por unas nuevas de modelo 'Rambla', de ocho metros de altura, formadas por un tubo rectangular de acero galvanizado, del que parten dos brazos, a ocho y seis metros, respectivamente, para alumbrar tanto la calzada central como la zona peatonal de los laterales. La iluminación ornamental de la calzada central se hará mediante proyectores empotrados y otros situados «sobre las luminarias del vial», y la iluminación de los pasillos peatonales laterales, con proyectores «situados sobre fachadas».
Este tipo de farolas minimalistas, tal y como están dibujadas en los planos del proyecto, son muy similares a las que existen en el paseo Sant Joan de Barcelona, cuyo actual aspecto, tras su reciente remodelación con diseño de la arquitecta Lola Doménech, presenta características muy similares a las que se van a implantar en la Alameda, según los trazos de los arquitectos municipales Javier Pérez de la Fuente y Juan Antonio Marín, y la ingeniera Pilar Vila. El proyecto de la Alameda prevé 253.888 euros para el nuevo alumbrado público.
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