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Cada noche se cierra al tráfico el túnel de la Alcazaba, entre las 22.30 y las 6.30. Es el momento de empezar a insonorizar la bóveda con un material especial derivado del corcho. Es la primera de las cuatro armas con que el ... proyecto para combatir el ruido infernal de este eje.
Los análisis previos que motivaron esta intervención que tiene un presupuesto de 2,6 millones de euros y un plazo de ejecución de 8 meses, determinaron que los peatones sufren una presión sonora sostenida de entre 80 y 90 decibelios (dB). Así que los técnicos se marcaron el objetivo de dejar el ruido en 75, que es justo lo que genera el tráfico en las embocaduras del túnel. Finalmente, el recorte va a ser superior, dado que las simulaciones con un software especial indican que se podrá dejar en 69,5 dB. ¿Cómo? A través de un tratamiento sobre una superficie global de 6.059 metros cuadrados.
Como contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera ruido en términos genéricos a aquellas fuentes de sonido que superan los 65 dB (55 durante la noche). A partir de los 85, se consideran niveles perjudiciales y, a partir de 120, dolorosos. El tráfico intenso en una ciudad puede rondar los 70, precisamente el objetivo de esta obra, que el tráfico no se vea, además, amplificado. La forma del túnel provoca este fenómeno, junto al de rebote.
El trabajo de reducción del impacto sónico tiene cuatro frentes: La reducción del tráfico en un carril (sentido Malagueta); la instalación de gruesas mamparas de vidrio laminar; la instalación de una capa de gránulos de corcho con un grosor de 3 centímetros sobre toda la bóveda (a partir de 2,7 metros de altura), y, aunque parezca sorprendente, una capa de rodadura en el suelo que también absorbe sonido.
Ahora mismo, los operarios limpian el interior del túnel para poder aplicar los materiales aislantes en la bóveda. Esta limpieza es en dos fases. Una, con agua a presión y detergente. Dos, con arena a presión. También se han saneado y sellado las grietas que presentaba el túnel, que originaban filtraciones de agua y restos minerales.
El revestimiento con gránulos de corcho implica un buen mantenimiento, buenas condiciones en caso de incendio y es un material antimoho y bacterias. La previsión es que estas tareas de revestimiento estén listas el 21 de diciembre por lo que estos cierres coincidirán casi un mes con el alumbrado navideño, que, si siempre es una prueba de fuego para el tráfico, todo parece indicar que este año lo será más.
Los trabajos están siendo ejecutados por Conacón. Acaban de cumplir los 3 meses y el grado de ejecución, según fuentes del Área de Urbanismo, ronda el 20%, con lo que los plazos iniciales, que apuntaban a finales de marzo, están seriamente comprometidos.
En estos días, los operarios han comenzado a colocar las baldosas sobre la nueva y ensanchada acera del lateral Norte del túnel. Son similares a los del entorno de la Plaza de la Merced para tratar de mantener un criterio de uniformidad. La nueva acera mide 2,4 metros de ancho, frente al 1,74 actual. Lo mismo se empezará a hacer en los próximos meses en el lateral Sur. Esta reducción del tráfico es posible en gran parte por las restricciones en el eje Carretería-Álamos, que quedan para residentes y autorizados.
La intensidad media diaria de vehículos ha bajado durante las obras. Si antes de las mismas los cuatro carriles soportaban algo más de 20.000 vehículos diarios, ahora, con la dos viales ocupados, se registran 8.540 sentido Victoria y 6.995, hacia La Malagueta y el Parque.
El propio firme es capaz de amortiguar 3 dB en caso de vehículos pesados y 4, para coches, con picos que pueden llegar hasta los 6, según recoge el proyecto.
Las aceras, van a quedar elevadas 35 centímetros del tráfico y, sobre ellas, se anclarán las mamparas de cristal serigrafiado sobre 'costillas' de hormigón. La altura de cada panel será de 2,5 metros, con lo que quedan lejos de la bóveda del túnel, que tiene una altura total de 7,1 metros y un gálibo de 5,1
Otro hecho que contribuirá a un menor ruido en el túnel es la renovación de los sistemas de ventilación, que con más de 18 años han agotado su vida útil. Los nuevos serán 100% reversibles e incorporan silenciadores. Podrán impulsar el aire con una velocidad de salida de 34,2 metros por segundo.
Para tratar de mitigar, además, la sensación desagradable de ruido, el proyecto contempla un sistema de hilo musical con altavoces incrustados en las citadas 'costillas' de la mampara. Para ello se han hecho estudios de claridad para conseguir este efecto positivo.
Las obras incluyen renovar la iluminación y la instalación de cuatro cámaras de videovigilancia en cada acera para ganar en seguridad y evitar actos vandálicos y la instalación de placas de acero vitrificado en las paredes del túnel en contacto con el peatón.
El túnel de la Alcazaba fue inaugurado en 1999, tiene una longitud de 182'7 metros (240 con las embocaduras) y un ancho de 16, el mismo curiosamente que la calle Larios.
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