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Restos de la muralla nazarí (siglos XIII-XV) en el hotel Posada del Patio. MIGUE FERNÁNDEZ

Ruta por los enclaves arqueológicos de Málaga capital | El Astoria: ¿un punto de partida?

SUR traza una ruta desde los antiguos cines por algunos de los principales enclaves arqueológicos del Centro que permite descubrir el mapa histórico de Málaga

Jesús Hinojosa

Málaga

Domingo, 11 de octubre 2020, 01:44

El debate suscitado en torno a los restos romanos, musulmanes y cristianos encontrados en el solar de los cines Astoria y Victoria ha puesto ... de relieve no solo la oportunidad de decidir sobre la opción de que ese enclave de la plaza de la Merced quede libre de edificación, sino también las carencias de la puesta en valor de los numerosos hallazgos del pasado de Málaga que han aparecido en los últimos años en diferentes obras de construcción y rehabilitación de edificios del Centro. Partes de la antigua ciudad fenicia, romana, musulmana y cristiana han quedado integradas en sótanos y muros pero sin un discurso que realmente las identifique y revele su importancia a ojos de visitantes y de los propios ciudadanos.

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Este periódico ha recopilado algunos de los principales enclaves arqueológicos del corazón de la ciudad para componer un singular recorrido por su historia que podría tener como punto de partida los restos encontrados en el Astoria, en función de lo que finalmente puedan dictaminar los técnicos de la Consejería de Cultura respecto a su tratamiento. Con el asesoramiento del arqueólogo conservador del Museo de Málaga, Eduardo García, y de la arqueóloga Carmen Peral, el itinerario trazado constituye un valioso atractivo a tener en cuenta.

La ruta bien podría comenzar en el Astoria, pero tendría que dirigirse primero a los sótanos del edificio situado en el número 22 de la calle Agua, donde dos mezquitas funerarias de los siglos XII y XIII aún aguardan el proyecto para que puedan ser visitadas. La delegación de la Consejería de Cultura trabaja en cuantificar la inversión necesaria para que puedan abrirse al público con la autorización del Ayuntamiento.

El siguiente punto, a la espera de que la Junta diga qué hacer con los restos, podrían ser el Astoria, lo que la concejala de Ciudadanos, responsable de Cultura, Noelia Losada, calificó esta semana como «un buen mapa cronológico de dónde venimos». Así se refirió a la confluencia de restos romanos, medievales y cristianos en un enclave cargado de historia, situado junto a la muralla musulmana y una de las puertas de acceso a la antigua ciudad. Además, podría compartir protagonismo con el hipogeo fenicio que se encuentra en los sótanos del aparcamiento municipal de La Alcazaba y que aún espera un proyecto de puesta en valor tras la actuación de limpieza y consolidación que realizó la Gerencia de Urbanismo.

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Sigue el itinerario por la calle Alcazabilla en la que, junto a la imponente panorámica de la Alcazaba y el Teatro Romano, pueden reconocerse el trazado norte de la antigua muralla nazarí en los bajos de un negocio de hostelería en la esquina con la plaza de María Guerrero; y las piletas romanas que se vislumbran bajo una pirámide de cristal y que están pendientes de la realización de un proyecto que ya tramita la Junta para que puedan ser visitadas junto con el Teatro Romano.

No obstante, en el vestíbulo principal del cercano edificio del Rectorado, en el paseo del Parque, pueden contemplarse otras piletas de salazones de la época romana y restos de la 'coracha marítima', un recorrido fortificado que unía la Alcazaba con el mar, que llegaba hasta ese punto. En caso de que las tropas enemigas conquistaran la fortaleza, el rey o gobernador podría huir hacia un barco resguardado de ataques enemigos, para escapar tomando rumbo hacia el norte de África.

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También pueden contemplarse restos de esa 'coracha marítima' en la cafetería del Museo de Málaga, si bien actualmente se encuentra cerrada al público por la pandemia. Desde ese punto, el camino continúa por la calle Císter. En los sótanos de un edificio de pisos construido hace más de una década aún aguardan, cubiertos por arena, los restos un santuario fenicio, sin que hasta ahora se haya impulsado proyecto alguno para hacerlos visitables.

Su situación contrasta con los que sí pueden visitarse en los sótanos del Museo Picasso y que constituyen un aliciente más para este importante centro cultural. Siguiendo por la calle Beatas, el reencuentro con la antigua muralla medieval se produce en el interior del Museo Interactivo de la Música, donde se puede admirar un tramo bien conservado e iluminado; y subiendo por la Puerta de Buenaventura, en las paredes de la librería Proteo Prometeo, una de las primeras iniciativas que se llevaron a cabo para demostrar que los restos arqueológicos pueden suponer un plus para cualquier actuación.

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La siguiente parada se desvía momentáneamente del trazado de la muralla para subir hacia el entorno de la iglesia de San Felipe Neri, que en la época medieval albergó una gran producción alfarera que se ha mostrado en los restos de numerosos hornos, hasta el punto de que el Ayuntamiento ha proyectado un centro de interpretación del pasado de la zona en un solar de la calle Chinchilla, junto al Museo del Vidrio. Uno de los hornos puede admirarse ya, como avanzadilla de ese proyecto, en el portal de un edificio de viviendas del número 2 de la calle Parras, tras unos cristales y junto a una placa de cerámica que recuerda el pasado alfarero del lugar.

Regresando al eje de Carretería, son varios los puntos en los que vuelve a emerger la muralla islámica. Especialmente significativo es el recodo de la calle en el que puede contemplarse en toda su dimensión, pero también llaman la atención los restos que se pueden apreciar en la cafetería del hotel Tribuna, actualmente cerrado por la pandemia, y en los sótanos del hotel Posada del Patio, que realizó tal vez una de las más destacadas apuestas por el acceso del público a este trazado, que está declarado como Bien de Interés Cultural, y a restos del puerto de la época romana.

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Para ir a la siguiente parada hay que volver a subir un poco hacia el norte y buscar el eje de la calle Compañía, donde se encuentra el Museo Carmen Thyssen. En su sótano esconde un valioso hallazgo para el que el Ayuntamiento ha realizado ya varias obras con el objetivo de que pueda convertirse en un espacio más de este centro expositivo. Se trata de los restos de una villa romana, posiblemente construida por un próspero mercader, en los que destaca un ninfeo o fuente con una decoración pictórica de peces formada por un atún, una dorada, una chopa y un voraz, plasmados con llamativos colores sobre fondo negro.

Desde ahí, la ruta sigue hacia el número 4 de la plaza de las Flores, donde en el subsuelo de un comercio, bajo un cristal en el que la condensación de la humedad impide verlos correctamente, se muestran los restos de unas tenerías (talleres para el tratamiento de pieles) de la época musulmana.

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Y el periplo llega a su final, al menos en lo que al casco antiguo se refiere, con los enormes lienzos de la muralla nazarí y los antiguos muros del puerto que recorren la zona norte del aparcamiento municipal bajo la plaza de la Marina, que demandan una mejor instalación divulgativa de su importancia histórica; y también con el trozo del fuerte de San Lorenzo

Algunos de los hallazgos más relevantes llevan años pendientes de que se culminen los trabajos para que puedan ser visitados

que las obras del metro han dejado a la vista, bajo un prisma de cristal, en el lateral norte de la Alameda Principal, a la altura de la calle Ordónez. Se trata de un castillo que se construyó en el cambio del siglo XVII al XVIII para generar un punto de defensa de la ciudad frente a los ataques de corsos y piratas que llegaban desde el mar.

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No obstante, más allá de la 'almendra' del casco antiguo también hay enclaves por los que seguir indagando en el pasado de Málaga a través de los rescoldos de su urbanismo. Prueba de ello son los restos de la muralla del arrabal de al-Tabbanim (siglos XI-XV) que existen en el aparcamiento de un edificio privado en los Callejones del Perchel, y los hallazgos localizados en las obras del metro en esta zona, como son los restos de una puerta de este arrabal y de una torre octogonal, así como el trazado de un arrabal desde época taifa a nazarí (siglos XI-XV), en la avenida de Andalucía.

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