El astillero Mario López se encuentra ya vacío y sin carga de trabajo. Ñito Salas

El astillero Mario López se marcha del Puerto de Málaga

La Autoridad Portuaria prevé establecer en el muelle 5 una línea regular de mercancías a bordo de camiones con Tánger

Ignacio Lillo

Málaga

Viernes, 28 de octubre 2022, 11:29

El astillero Mario López ha dejado definitivamente de trabajar en sus instalaciones del Puerto de Málaga. Primero se llevó el dique flotante, para hacer una revisión en sus instalaciones de Cernaval en Algeciras, pero finalmente la compañía ha pedido a la Autoridad Portuaria rescindir de mutuo acuerdo la actual concesión, que caducaba iniciamente en el año 2027.

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Así lo ha confirmado su presidente, Carlos Rubio, en declaraciones a SUR. «El problema es que en este sector cada vez hay menos trabajo para barcos de tamaño medio, que son los que caben allí, y se concentra más en los de mayor eslora, que es lo que pasa en el sector náutico en general; Mario López tiene unas instalaciones en Campamento, en la Bahía de Algeciras, donde atiende estos trabajos».

En su lugar, el muelle 5 se destinará, una vez reformando, a una futura línea marítima de mercancías a bordo de camiones, en especial de alimentos refrigerados, con Tánger (Marruecos), un puerto con el que las negociaciones están muy avanzadas. «Ese espacio nos viene muy bien para reordenar todo el tráfico Ro-Ro (carga rodada) que tenemos, con Melilla por un lado y con Tánger por el otro».

A medio plazo también se prevé otra conexión con la rada de Nador o con la nueva de Nador West, en la bahía de Alhucemas. «En un futuro próximo tiene que haber líneas de mercancías y pasajeros con ambos destinos, tenemos que estar preparados y esta renuncia de Mario López nos permite liberar una serie de espacios para mejorar la operativa». En el muelle 5 se tendrán que crear puestos de aduanas para el control de las cargas y el tratamiento fiscal, al tratarse de un país de fuera de la UE; además del espacio necesario para el estacionamiento y la espera de los camiones.

Los responsables portuarios propusieron que mantuviera su actividad, aunque reorientada y especializada en la reparación de megayates. El astillero estaría así vinculado al atraque de invernada de estos grandes barcos de recreo, que está previsto que se produzca en los próximos meses en la marina que se ha habilitado en el muelle uno y parte del dos. En cambio, los directivos de la empresa no vieron claros los números ni las posibilidades operativas de un espacio que está muy limitado.

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Por parte de la compañía, un portavoz se limitó a admitir que estaban en negociaciones con la Autoridad Portuaria para alcanzar una salida de mutuo acuerdo, con el objetivo de poner fin a la concesión de manera anticipada, ya que todavía tienen unos cinco años de plazo. Las fuentes indicaron que mantienen muy buenas relaciones y conversaciones periódicas con los dirigentes del Puerto, por lo que están a la espera de las decisiones que tome la institución; y abogaron por esperar hasta que haya un acuerdo definitivo antes de dar sus explicaciones.

Sin actividad a pie de muelle

No obstante, este periódico ha podido comprobar hoy que ya no queda ninguna actividad de la empresa ni a pie de muelle ni en los talleres, de donde han salido casi todos los operarios; aunque las oficinas siguen estando operativas. Según ha podido saber SUR de fuentes sindicales, una parte importante de los trabajadores ya han sido recolocados en el centro de trabajo de San Roque, mientras que con otros no se ha podido llegar a un acuerdo de reubicación y han sido despedidos.

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Mario López comenzó su actividad de reparación de barcos hace más de medio siglo en el Puerto de la capital, aunque actualmente cuenta con unas instalaciones de mucha mayor envergadura en Campamento, en la Bahía de Algeciras, con casi 300.000 metros cuadrados y varios diques flotantes (hasta allí se ha traslado, precisamente, el que estaba en Málaga) con capacidad para albergar los buques de mercancías más grandes del mundo.

El último gran encargo en el astillero del muelle de Heredia

Pocos se imaginaban a principios de marzo de este año que la reparación del ‘Integrador’ sería el último gran encargo que se iba a acometer en las instalaciones del Puerto de Málaga del astillero Mario López.

El buque portavehículos, de 120 metros de eslora por 18 de manga, con bandera de Panamá, navegaba desde Italia hacia España cuando sufrió una colisión frontal contra un islote, lo que provocó importantes daños. El taller malagueño asumió entonces su reparación en el dique flotante, pocos meses antes de su traslado (a finales de agosto) al otro astillero de la compañía, el de Cernaval, en San Roque, inicialmente con el objeto de hacer una revisión.

A consecuencia del impacto, el bulbo de proa quedó completamente destrozado, y también estaba gravemente afectado un lateral de la cubierta superior de proa. Para aquellos trabajos fueron necesarios unos 30.000 kilos de acero y al menos un mes de trabajo. Como se ve ahora, este pasará a las efemérides como el último gran barco mercante que se reparó en la capital.

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