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Es comprensible que el Centro Histórico, por su dimensión, tenga algunos asuntos pendientes que atajar, pero es necesario recordarlos, pues hay muchos que parece que se atascan y que el paso del tiempo los enquista más de la cuenta. Una de las calles a revisar es Martínez, de la que se ha hablado en ciertas ocasiones por la afloración de motos y la propia inventiva de los usuario al aparcar en la acera por falta de espacio. A esta circunstancia se suma otra denuncia, el mal estado de la calzada que lleva dos semanas con una pobre señalización y que, según cuentan los lectores, ya ha provocado algún traspiés en la vía: «Hemos visto varias caídas», comentan.
Otro de los puntos afectados es calle Beatas, en el que se suceden las pintadas y, sobre todo, el hedor a orina (hay muchos bares y discotecas de moda que se encuentran en los aledaños). Los vecinos cuentan que están muy enfadados desde hace tiempo: «El centro se va convirtiendo paulatinamente en un parque temático hecho para los extranjeros y el ambiente nocturno. Eso nos repercute a todos los que en su día decidimos vivir en un lugar que era privilegiado y que cada vez lo es menos», cuenta Pablo C. en declaraciones a este periódico.
Otra de las calles que más suenan es Cortina del Muelle, que alberga ya hasta una tercera fila de motos, no obstante, este no es el problema principal. «No hay espacio para carga y descarga y por las mañanas se forma un caos que pensamos que podría ser evitable habilitando otras zonas», explica María O. en su queja a esta sección.
«Huele a orina en todo el barrio». Esta es la frase con la que empiezan su queja los vecinos de la calle Blas de Lezo, que ven cómo la situación de su zona de residencia empeora con el paso del tiempo: «Hay restos de orina de mascotas en cada esquina y el olor se hace insoportable desde primera hora de la mañana. Exigimos sanciones ejemplares, además de pedir una batida de limpieza en toda la zona para poder salir a la calle sin taparnos la boca y la nariz», explica Pablo, un empresario indignado con la conducta incívica de algunas personas.
El Distrito Zeta, con sus luces y sombras. La Avenida Ortega y Gasset ha sido protagonista en esta sección varias veces, pero nunca se había hablado de los aledaños y la basura que se ha generado en la antigua prisión, situada en el número 24 de esta calle: «Comida en descomposición, desperdicios, nidos de ratas cada vez más numerosas y más grandes que atraen por supuesto a los gatos callejeros. Esto es lo que hay en la antigua cárcel de Ortega y Gasset, que lleva mucho tiempo descuidada», explica con preocupación un lector habitual de SUR.
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