Arranca el curso en la ESO y Bachillerato con las dudas sobre la evolución de la pandemia y las recuperaciones

La mejora en los datos de la pandemia no permite bajar la guardia en los centros educativos de la provincia, donde seguirá siendo obligatorio el uso de la mascarilla durante toda la jornada lectiva, es decir, tanto en el interior del aula como en los intercambios o los recreos. Igualmente, los dispensadores de gel hidroalcohólico seguirán instalados en las dependencias escolares para la correcta desinfección de las manos. La pandemia hace necesario también el mantenimiento de los llamados 'grupos burbuja', de modo que el contacto de los alumnos estará limitado a los compañeros del aula. En ese espacio, además, cada estudiante volverá a ocupar el mismo espacio para que sea más fácil identificar a los contactos cercanos en caso de un positivo. También se deja en manos de los centros educativos la posibilidad de flexibilizar los horarios de entrada y salida para evitar aglomeraciones, aunque esta decisión dependerá del número de puertas disponibles y del tamaño del colegio o instituto. La única novedad en este capítulo es que la distancia interpersonal se reduce de 1,5 metros a 1,2, siempre y cuando la pandemia se mantenga en niveles «de baja transmisión» y el municipio se encuentre en un nivel de alerta 1 o 2.

Otra de las novedades de este curso académico al que hoy se incorporan los estudiantes de los tramos superiores es la presencialidad, que pasará a ser obligatoria a diferencia del pasado año, cuando a partir de 3º de la ESO se permitía la combinación con el formato virtual para ajustarse a los protocolos sanitarios. Esta nueva disposición se aplicará en todos los centros educativos de la provincia salvo en el caso de que los números de la pandemia se incrementen y el municipio entre en nivel 3 o 4 de nivel de alerta. En ese supuesto, se volvería a esa posibilidad de la formación telemática en los cursos de 3º y 4º de la ESO y 1.º y 2.º de Bachillerato.

El aumento de los grupos de población vacunados contra el coronavirus deja un escenario completamente diferente al del curso pasado, toda vez que la mayoría de los docentes y de los alumnos de más de 12 años ya cuentan con la pauta completa de inmunidad frente al Covid. Esa marca de los 12 años coincide –en casi todos los casos– con el cambio de ciclo de Primaria a Secundaria, de modo que la protección en esos tramos educativos ha llevado a las autoridades a proponer un cambio en los criterios de aislamiento en el caso de que se detecte un positivo por Covid-19 en el aula. En este sentido, la Consejería de Educación ha planteado que los contactos de más de 12 años que tengan completa la pauta de vacunación y que den negativo en el test que detecta la enfermedad no tengan que guardar cuarentena. Para el resto, se mantienen los 10 días de aislamiento a partir del último contacto con un compañero positivo por Covid.

Más allá de las dudas en torno a cómo afectará la evolución de la pandemia a los centros educativos, el arranque del curso 2021-2022 ha generado una importante confusión en torno al anuncio de la eliminación de los exámenes de recuperación en la ESO, recogida en el Real Decreto de evaluación y promoción que el Gobierno de España aprobará próximamente. El texto, aún en fase de borrador, también modifica los criterios para pasar de curso, de modo que la repetición sea algo excepcional; y forma parte de la nueva ley educativa (LOMLOE). Las comunidades autónomas ya fijaron su postura en una reunión celebrada con el Ministerio de Educación la pasada semana. En el caso de Andalucía, una delegación de la Consejería de Educación de la Junta, encabezada por la viceconsejera, María del Carmen Castillo, propuso que ese decreto de evaluación no se publique «ahora» ya que, según fuentes consultadas por SUR, «sería de aplicación para un solo curso (el presente) y a partir del próximo, sólo para los cursos pares de cada etapa». La justificación de la viceconsejera para pedir la paralización de estos cambios es que «se da la paradoja de tener que convivir durante dos cursos con distintos modelos de evaluación (la nueva LOMLOE) y de currículo (la actual LOMCE) para las mismas enseñanzas». Para evitar ese extremo «y facilitar la aceptación en los centros educativos», los representantes de la Junta pidieron durante el encuentro con el Ministerio que «el currículum y la evaluación vayan acompasados en el tiempo».

En la práctica, y salvo cambios de última hora, en Andalucía se mantendrá la evaluación como en el curso pasado: es decir, que los exámenes de recuperación se adelantan de septiembre a junio en los niveles de 4.º de la ESO y de 2.º de Bachillerato, tal y como se acordó el pasado mes de noviembre en el Consejo de Gobierno de la Junta.