Los arquitectos que diseñaron los anteriores proyectos para el Astoria lo vuelven a intentar

Así, una de las propuestas presentadas corresponde al estudio de José Seguí, que fue quien ganó en abril de 2017 el concurso de ideas convocado por el Consistorio para ofrecer un destino a este vacío del corazón de la ciudad, cuando todavía estaba en pie el edificio de los cines que lo ocuparon hasta el año 2004. Detrás de la idea de Seguí de construir un gran «contenedor cultural multiusos» se encontraba el deseo del actor Antonio Banderas de contar con un teatro en su ciudad natal. Sin embargo, la euforia que rodeó el fallo del concurso se desinfló apenas un mes más tarde, al renunciar Banderas al proyecto, dolido por las críticas que había recibido. Finalmente, hizo realidad su sueño en lo que fue el Teatro Alameda.

La frustración que le produjo esta situación no ha impedido que José Seguí vuelva a intentarlo en este nuevo concurso, en este caso para la redacción de un proyecto de iniciativa cien por cien municipal para un centro escénico y de congresos que tendrá una altura de planta baja más tres y ático, en una parcela de 1.356 metros cuadrados. En esta ocasión, Seguí se presenta junto al estudio madrileño de Pereira-Royo Arquitectos, con el que desarrolla actualmente un proyecto de teatro para Logroño.

Descartado el proyecto de Banderas, los empresarios cordobeses que estaban detrás de la propuesta que quedó en quinto lugar en el concurso de ideas solicitaron al Ayuntamiento la cesión de la parcela para hacerla realidad. El equipo de gobierno municipal bendijo esta iniciativa y llegó a declararla de interés, lo que dio pie al derribo de los antiguos cines en el otoño de 2019 para realizar excavaciones arqueológicas. Sin embargo, los abundantes restos de épocas pasadas que se encontraron en el solar dieron al traste con esta iniciativa, que pretendía realizar un auditorio soterrado para conciertos sobre el que se levantarían en superficie varias plantas para bares y restaurantes, congresos, y un espacio para la Fundación Picasso.

Este segundo proyecto para el Astoria, bautizado como 'Málaga All Space', llevaba la firma de los arquitectos Alberto García Marín y Juan Manuel Sánchez La Chica, el arquitecto de la Catedral, autor del diseño del tejado que se le va a colocar para acabar con el problema de filtraciones que padece. Ambos firman otra de las propuestas arquitectónicas que ha recabado el Consistorio en este procedimiento de contratación, junto a Adolfo de la Torre Prieto, socio del estudio de Sánchez La Chica, y el arquitecto sevillano Javier Terrados Cepeda, autor del centro de exposiciones de Córdoba, entre otros proyectos.

De este modo, Seguí, Sánchez La Chica y García Marín vuelven a poner su talento para dar forma a un proyecto cuya materialización va a depender del resultado de las elecciones municipales del próximo día 28, ya que no cuenta con el respaldo de Ciudadanos, socio de gobierno del PP, ni de los grupos en la oposición, PSOE y Unidas Podemos, que no están de acuerdo con el proyecto, sobre todo en lo relativo a su volumen.

Con todo, la Gerencia de Urbanismo sigue adelante con el procedimiento previsto para contratar el diseño, que ahora depende de la valoración que una comisión técnica haga de las propuestas recibidas a modo de jurado. Según ha podido conocer SUR, otra de esas propuestas ha sido presentada por el estudio del arquitecto local Luis Machuca junto al de Diego Jiménez. Ambos forman equipo con el arquitecto Fermín Vázquez para redactar el proyecto de transformación urbana de la plaza de la Marina y el paseo de los Curas si se lleva a cabo el denominado Plan Málaga Litoral, para soterrar el tráfico en el eje sur del Centro.

El Ayuntamiento pide el diseño de un edificio que tenga una altura mínima de 18,5 metros y que tenga como uso principal una sala polivalente con un escenario de 20 metros de ancho entre paredes (12 metros de boca), 11 metros de fondo y 18 metros de alto en total, incluido el peine. Debe tener capacidad para 600 ó 700 espectadores con un patio de butacas retráctil para ofrecer la posibilidad de tener público de pie. Además, deberá contar con taquilla, aseos en todas las plantas, guardarropa, un ambigú para servicio de bebidas y comidas frías en una o varias de las plantas, una zona de almacén y carga y descarga a cota cero del escenario, una cabina de proyección insonorizada, una sala de control de sonido, y camerinos individuales y colectivos.

Asimismo, el proyecto tendrá que estar adaptado para poder funcionar como centro de congresos, de forma que, una vez plegadas las gradas del patio de butacas, quede una planta diáfana, aprovechando también la superficie del escenario, con espacio suficiente para la colocación de expositores de ferias de pequeño formato o mesas. También se pide que se habiliten cuatro oficinas para la gestión de congresos, preferiblemente en la planta baja, y una sala de usos múltiples para reuniones y talleres.

Por último, el futuro centro cultural y de congresos del Astoria deberá contar con un centro coreográfico ubicado en la planta tercera, dotado con una sala de ensayo de unos 150 metros cuadrados, y otras dos de unos 60 metros cuadrados, camerinos individuales y colectivos, y oficinas para la gestión de este espacio dedicado a la danza. ¿Será este el proyecto definitivo para el solar del Astoria? Solo el tiempo dirá si, como dice el refrán, a la tercera va la vencida.