
La armonía entre la tilapia y la lechuga
Acuaponía ·
Biólogos del Aula del Mar crían peces y vegetales de forma ecológica, en un mismo acuario. Los animales suministran el alimento para una visión del autoconsumo totalSecciones
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Acuaponía ·
Biólogos del Aula del Mar crían peces y vegetales de forma ecológica, en un mismo acuario. Los animales suministran el alimento para una visión del autoconsumo totalLa agricultura y el supermercado ecológico del futuro se ubican ahí, donde se cruza la Avenida del Arroyo de los Ángeles con la de Simón Bolivar. Un edificio antiguo de varias plantas, que luce una fachada blanca con algunos ornamentos y un letrero con grandes letras de molde. «La Noria, fuente de innovación». La Diputación y la obra social de 'la Caixa' gestionan aquí una incubadora para entidades de carácter social. Si un proyecto cumple con los parámetros establecidos recibe la financiación necesaria y puede crecer. Una idea simple, pero con fondos limitados.
Hay un camino que lleva del edificio central a un terreno colindante. Varios jardineros tratan de acicalar el espacio y eliminan la broza que se ha formado durante el mes de agosto. De vez en cuando paran para fumarse un cigarro y soltar algún suspiro. En la parte más al norte, se eleva un invernadero de grandes proporciones. A primera vista, una instalación poco llamativa, con algunos vestigios de improvisación. La estructura de policarbonato brilla en color verdoso.
En el interior crecen berenjenas, lechugas y hierbas aromáticas por encima de la altura de la cabeza. De unas balsas acuáticas de poliestireno crecen pequeños melones. En otras cuelgan ramilletes de tomates cherry. Las plantas y los vegetales, curiosidad, no emanan de la tierra. Lo hacen de varios acuarios y tanques de agua. Los peces proporcionan los nutrientes para mantener un sistema que responde a la definición de acuaponía.
Biólogos destacan su sostenibilidad. Agrónomos hablan de la agricultura del futuro. Los creyentes más acérrimos ven un pilar de la economía verde, capaz de proporcionar empleo y frenar la despoblación en los municipios más pequeños de la provincia.
Juan Antonio López y José Carlos Marín creen en la visión. El primero es el presidente del Aula del Mar, responsable de montar en La Noria el primer sistema de acuaponía de la provincia. El segundo es un biólogo que está aquí gracias a una beca de la Universidad de Málaga. Ambos viven el sueño del autoconsumo y de una alimentación cien por cien ecológica.
«Está claro que por ahora sólo podemos contribuir con una parte de los alimentos que proporcionan los grandes supermercados, pero la acuaponía es un sistema que promueve el pescado y los vegetales ecológicos, los componentes básicos de la dieta mediterránea», explica Juan Antonio.
Los amigos de José Carlos ya saben lo que pasa si va de invitado a una cena. Unos traen botellas de vino, él aparece con una bolsa de canónigos para hacer una ensalada o con una tilapia bajo el brazo. «Del huerto a la casa, nunca mejor dicho», espeta la filosofía que hay detrás de la acuaponía. Peces y plantas conviven en un mismo ciclo. Desde la siembra hasta el traslado a la maceta. Desde la larva hasta el pescado que acaba en el plato.
En realidad, la acuaponía no es más que la combinación de los dos sistemas tradicionales de cultivo más extendidos por todo el mundo: la acuicultura, que es la técnica utilizada en las piscifactorías y la hidroponía, que es el cultivo industrial de plantas. En la acuaponía están acopladas.
Los desechos metabólicos generados por los peces y los restos de alimentos se transforman en materia orgánica vegetal. «De esta forma se genera un producto de valor a través de un subproducto desechable, con la ventaja de que el agua, libre ya de nutrientes, queda disponible para ser reutilizada por los peces o especies acuícolas», detalla Juan Antonio.
La teoría también convenció a Diego Gallegos, conocido como «el chef del caviar». Al frente de Sollo, el restaurante con estrella Michelin del Higuerón, la acuaponía le permite obtener una materia prima única y de máxima calidad.
Para su propuesta gastronómica basada en pescados de río es imprescindible. «Sollo sólo trabaja con peces de río. El problema es que en España no hay variedad de pescado salvaje. La única manera de comer peces como el pacú o la tilapia es la acuaponía. El 90% de lo que ponemos ahora mismo en Sollo proviene de nuestro sistema acuapónico», explica el chef. En sus sistema, con más de 10.000 litros de agua, se crían ocho especies singulares de pescado y más de 2.000 plantas de todo tipo.
En el Aula del Mar están orgullos de que alguien como Diego Gallegos se haya interesado por los cursos que imparten de forma periódica para enseñar cómo se puede montar un sistema acuapónico. El coronavirus lo ha paralizado todo, aunque aquí se confía en la llegada de días mejores.
Hay una cosa que Juan Antonio quiere dejar claro: «La acuaponía no es algo exclusivo para mentes privilegiadas, cualquiera con interés por comer sano se puede acerar a ella». Sería llamativa la cantidad de personas que no son ni ingenieros agrónomos ni biólogos. Ayuda tener alma de autodidacta.
En tiempos de cambio climático y cría intensiva de animales, Juan Antonio se muestra convencido de que la acuaponía jugará una parte importante en la sostenibilidad de los recursos del planeta. Hasta que llegue ese momento, controla por enésima vez el PH del agua, vaya ser que los peces no tengan donde nadar mañana.
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