El antiguo Cortijo Bacardí volverá a abrir para grandes eventos y celebraciones

El convento se levantó en el siglo XVII, aunque fue sometido a una reforma integral en 1986. SUR acompañó ayer al empresario junto a su hijo Carlos, quien también participa en la operación, en una visita a las instalaciones, donde ya han comenzado los trabajos para adecentarlo. El complejo cuanta con numerosos salones y patios, con capacidad para entre 100 y 200 personas; aunque en realidad las posibilidades son mucho mayores, puesto que los jardines se extienden por 21.000 metros cuadrados (1.900 corresponden a la edificación). Los trabajos estarán terminados en junio, aunque realmente estará operativo a finales de año y, sobre todo, a partir de 2023. Se usará para todo tipo de eventos masivos: bodas, presentaciones, congresos e incluso conciertos y conferencias para unas 600 personas. Aunque también dispone de una explanada exterior de 10.000 metros cuadrados, con lo que las posibilidades para proyectos culturales se multiplicará «sin límites». Y todo ello, además, con aparcamientos para hasta cien coches y autobuses.

Los salones tienen unas vistosas cubiertas de madera y de estos, uno se reservará para discoteca, mientras que otro servirá para las ceremonias de las bodas y las conferencias; y otros dos, entre ellos la antigua sala de reuniones de la empresa, serán reservados para comidas con menos comensales. Habrá cocinas y catering propio. Para otro de los espacios, Ramos revela que ya hay un bodeguero interesado en quedárselo como exposición para mostrar y vender sus vinos.

Unas de las opciones novedosas que se baraja, añade Carlos Ramos, es la de ofrecer experiencias para convenciones empresariales, con distintas zonas tematizadas. Cada evento supondrá la creación de entre 50 y 90 puestos de trabajo directos, además de los empleados de mantenimiento y seguridad. El inmueble está protegido por la normativa urbanística, por lo que las únicas intervenciones van a ser de limpieza, pintura y ajardinamiento interior y exterior. El nombre todavía se está estudiando, pero tendrá que perder obligatoriamente la referencia a Bacardí. Para el riego de los jardines y del huerto ecológico que se ha previsto, el cortijo tiene dos pozos de agua que se usaban para el suministro de la vieja fábrica y que siguen estando operativos, lo que reducirá la factura.