La Antigua Casa de Guardia rescata su vino de misa después de medio siglo

José fue quien consiguió la fama que aún mantiene la taberna y la bodega. Entre los años 60 y 80 acaparó el movimiento estudiantil universitario y de la sociedad malagueña cultural. Garijo regentaba también la bodega en la que se elaboraban los vinos que se vendían en la taberna, hoy convertida en un todo un atractivo turístico.

Bodegas Antigua Casa de Guardia consiguió que uno de sus productos más cotizados fuera el vino de misa. «José fue un cristiano, apostólico y romano convencido hasta su fallecimiento. Siempre tuvo presente en su vida los preceptos que marcaba la Iglesia. Sin embargo, en 1939 lo juzgaron y condenaron a siete años de cárcel por pertenencia a una asociación ilegal, concretamente a la Masonería Malagueña», relata Cayetano Garijo, actual director de la bodega. Ingresó en prisión en 1940. Aquella condena llevó aparejada la excomunión. «Mi abuelo luchó hasta que consiguió que una vez reinstaurada la democracia en 1978 se le admitiese, por parte de una Iglesia más acorde a los nuevos tiempos, nuevamente como cristiano, apostólico y romano, lo que llevó con orgullo hasta el final de sus días», señala su nieto.

Al ser excomulgado, José Garijo, que era hasta entonces el mayor proveedor de vino de misa de la provincia, alcanzó un acuerdo en 1947 con sus amigos Carlos Javier y Juan Krauel. «Ambos le ayudaron y se asociaron para poder seguir vendiendo el vino para consagrar. Bodegas Antigua Casa de Guardia seguía haciendo el vino de misa, pero Krauel era quien a través de su bodega lo servía. Eso era algo que conocían las iglesias y parroquias, que sabían que mi abuelo era una persona buena cuyo único pecado fue querer leer libros prohibidos de pensamiento», relata Cayetano.

En 1968, Bodega Krauel cerró su puerta cesando en su actividad. Fue entonces cuando José Garijo dejó de servir vino de misa en señal de respeto a su amigo. No buscó otro socio y desde esa fecha hasta hoy en día las iglesias y parroquias han adquirido el vino a diferentes bodegas y establecimientos. En 1978, Garijo logró que se le levantara el castigo de la excomunión, pero el negocio del vino de misa como tal «estaba totalmente perdido y le era muy difícil recuperar el terreno perdido, por lo que no intentó volver a hacer vino para consagrar», declara Cayetano.

Ahora, medio siglo después –49 años– su nieto Cayetano Garijo y el nieto de Carlos J. Krauel, Javier Krauel, que son amigos desde la universidad, unen de nuevo los apellidos Krauel y Garijo, pero esta vez al revés. En esta ocasión, son los Garijo los que ayudan a los Krauel a elaborar un vermú siguiendo la receta familiar de 1885 de la antigua Krauel y Compañía, mientras consiguen todos los permisos burocráticos que le permitan reabrir la bodega familiar.

Cayetano Garijo logró en 2016 convertir a Antigua Casa de Guardia en proveedor oficial de la Catedral haciéndole entrega de un barril de vino para misa de 64 litros. Ahora la bodega ha vuelto a elaborar vino embotellado para ofrecer a las iglesias de la Diócesis de Málaga. «Respeta el Congreso Eucarístico celebrado en Barcelona 1948 donde se establecen las normas para elaborar el Vino de Misa y creemos que podemos volver a suministra a gran parte de las iglesias malagueñas», señala Cayetano Garijo.