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Desde el Camino de los Almendrales hasta la nueva zona de casas y promociones de viviendas en El Limonar hay asuntos que resolver. Y llevan así más de la cuenta. El primero de ellos tienen que ver con la calle Medora, en la zona alta de Almendrales, en la que es muy visible que las papeleras necesitan más frecuencia de vaciado, pues está a rebosar muchos días y eso acumula desperdicios a su alrededor.
Sin salir de esta zona antes de dirigirnos hacia el este solo unos metros, las pintadas siguen. Ya contó este periódico hace dos años que cualquier malagueño que pase a menudo por el Camino de los Almendrales no será capaz de identificar la gran cantidad de pintadas que hay en el muro que recorre la cuesta que comunica con la parte este de la ciudad y a su vez es paso para la autovía. «Estas pintadas llevan toda una vida, o eso parece. Que nosotros mismos nos hayamos mimetizado con estos actos claros de vandalismo convierten el problema en una situación de mayor envergadura».
Por último, la zona de nueva construcción de El Limonar también sufre el mismo problema de las papeleras, pero esta vez con sus contenedores. Es muy común ver desperdicios alrededor de los mismos, que se juntan con algunos restos de las obras colindantes, además con la propia basura que generan las viviendas de alrededor. En poco espacio hay muchas cosas que solucionar.
Muelle Heredia
Bancos que se fueron y nunca volverán
e. m. Lo explica otro lector comprometido y habitual de SUR: «En la estación de autobuses de Muelle Heredia en la capital, junto al Puerto, el Ayuntamiento retiró dos bancos que había en dicho lugar y que eran utilizados por los ciudadanos (sobre todo los pasajeros que esperaban) para en su lugar, colocar bicicletas de alquiler. Hace ya más de un año que retiraron las bicicletas de alquiler del lugar, pero no han restituido los dos bancos», denuncia en su carta. Es un problema que sobre todo afecta a las personas mayores que necesitan sentarse y no encuentran desde hace tiempo donde hacerlo cuando hay mucha gente esperando el autobús.
martínez maldonado
Árboles que no acaban de crecer
e. m. Falta de vegetación, un problema que se repite en muchas zonas. Lo explica un vecino de la calle Martínez de la Rosa, lector habitual de SUR: «Cuando me mudé a vivir a esta calle había unos árboles muy grandes que aportaban oxígeno y disminuían el ruido de los miles de coches que pasan a diario. Estos árboles los quitaron para hacer un carril bici. Tardaron dos años en poner unos arbolitos que no crecen, o están enfermos o han desaparecido. Además, no tienen ningún sistema de riego, un desastre que espero que se remedie para dar a la calle el aspecto que tenía», explica en declaraciones a SUR.
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