Hasta ahora afectaba sobre todo en playas de la Costa del Sol occidental, especialmente en Estepona, pero el alga asiática ya ha llegado a Málaga ... capital. Aunque empezaron a aparecer de forma anecdótica el pasado verano, las primeras arribazones abundantes se han producido en las últimas semanas en Pedregalejo, Baños del Carmen, El Palo, La Térmica y Sacaba, según advirtieron varios testigos a SUR.
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A consultas de este diario, hasta cuatro investigadores de la Facultad de Biología de la UMA han identificado los depósitos recientes sobre la orilla como 'Rugulopteryx okamurae', una especie invasora que provoca graves problemas en varios municipios, donde se retiran por toneladas cada año. Sin embargo, en el litoral malagueño no se espera que sea tan dañina, por las características de sus fondos marinos.
Antonio Flores, catedrático de Botánica de la UMA, confirma su llegada a las playas de la ciudad. «Es imparable; tiene un crecimiento agresivo, masivo, que podríamos definir como canceroso», advierte. Entre los problemas destaca la aparición de abundantes acúmulos sobre la arena, que hay que limpiar; y el desplazamiento de especies autóctonas de algas e invertebrados. «Los arribazones a las orillas muchas veces son tremendos y es un problema gravísimo para los ayuntamientos, con una grave merma para las arcas municipales».
A ello, añade los problemas para la pesca en el mar de Alborán, especialmente de arrastre: «A veces, sólo capturan algas y dañan las artes, con las pérdidas que eso supone». El catedrático aboga por el uso de los restos como biomasa, aunque para ello se necesita un cambio de normativa; así como por medidas paliativas para los sectores afectados.
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En cambio, Francisco Franco, director de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la UMA, es optimista sobre su evolución en este caso. Y ello se debe a que el alga invasora crece sobre todo en fondos rocosos y no tanto sobre los arenosos. «Málaga capital se salvará porque sus fondos son mas arenosos, y no pueden colonizar».
En cualquier caso, Franco admite que ya hay pequeñas colonias creciendo en los roqueos del espigón de La Térmica, El Palo y Pedregalejo. En el caso de los Baños del Carmen, se han visto depósitos sobre la arena, pero «llegaron arrastradas por las corrientes desde otras zonas», y descarta que se haya asentado todavía en el roquedal del balneario. «Hemos estado buceando y no hemos encontrado que lo esté colonizando». El experto aboga por mantener una vigilancia estrecha sobre este ecosistema de alto valor ecológico.
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A su juicio, la amenaza que puede suponer para las playas urbanas dista mucho de lo que está ocurriendo en Estepona, Marbella y Mijas. «Aquí es un pequeño residuo, nada comparable con zonas donde es un problema ambiental grave: se llegan a retirar de la orilla masas de hasta medio metro de alto, y los ayuntamientos tienen que invertir millones de euros en limpieza, sin ayuda del Gobierno».
A pesar de la amenaza inicial, incluso en Estepona, que es uno de los sitios donde más problemas causa, el investigador asegura que la zona donde se observó la primera invasión ya está en fase de recuperación: «Se ha producido una explosión de vida, porque la fauna y el resto de especies se están adaptando. Cuando la etapa de invasión acabe, este alga formará parte del ecosistema en coexistencia con el resto».
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Por su parte, Enrique Salvo, director de la Cátedra sobre Cambio Climático de la UMA, coincide en advertir de su llegada a puntos tales como el espigón de La Térmica. «Su desarrollo está relacionado con la subida de la temperatura del agua del mar, además de que es más competitiva y no tiene predadores; Málaga capital parecía que se iba a librar por los afloramientos de agua fría del Atlántico, pero tampoco...».
El problema del alga asiática preocupa en la comunidad científica, que se reunirá precisamente en Málaga en el primer taller de trabajo internacional sobre la expansión de 'Rugulopteryx okamurae' en las costas europeas. El encuentro se celebrará del 7 al 10 de abril y lo está organizando la Universidad Internacional de Andalucía y la Cátedra UNIA-UICN, que dirige María Altamirano, profesora de Botánica y Fisiología Vegetal de la UMA.
Junto a expertos andaluces y de Melilla, al encuentro asistirán representantes del Ministerio para la Transición Ecológica, de UICN y de otros países afectados, porque «esto está ya en toda Europa; nos tenemos que sentar los científicos con los gestores de las administraciones regionales, locales y nacionales», explica. Y es que el problema se extiende por las costas continentales de España, Italia, Francia y las islas. «Los pocos recursos que hay se tienen que optimizar muy bien; hay que actuar para minimizar su dispersión».
Altamirano advierte sobre los graves impactos ambientales que está causando esta especie invasora en los fondos marinos: «El símil es como si en toda la Sierra de las Nieves se produjera un incendio que la arrasara y luego nada más que saliera una cosa. Pues eso es lo que hay bajo el agua: ha arrasado con todo el resto de especies».
A nivel socioeconómico, los impactos van desde la pérdida de valor recreativo de las playas y el coste económico de su limpieza. Pasando por la gestión y acopio de esa biomasa; hasta el daño para el sector pesquero. «Estamos hablando de millones y millones de euros de impacto de esta especie en España», alerta.
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