Los aledaños del túnel de la Alcazaba tienen asuntos que resolver

Los aledaños del túnel de la Alcazaba tienen asuntos que resolver, algunos con más prioridad que otros. En primer lugar, y esto lo ha sufrido una gran cantidad de gente esta semana pasada (ya que era paso casi obligado para ver las procesiones), en la parte este del túnel hay un gran socavón debido a una arqueta rota, muy peligroso para cualquier viandante, sobre todo los más mayores o con visión reducida. Como se puede apreciar en la foto que acompaña a esta noticia, es de grandes dimensiones y meter un pie en el mismo puede causar lesiones graves, es por ello que muchos de los que han pasado por allí estos últimos días instan a las administraciones pertinentes para que lo arreglen cuanto antes.

En segundo lugar, y este tema ya se ha tratado en anteriores ocasiones en esta sección, la zona tiene gran congestión de tráfico. Lo que ocurre es que uno de los dos semáforos tiene dos cosas que complican el tráfico. La primera es su «duración» y la segunda, la «picaresca de muchos conductores, que como ven que el carril derecho se queda libre se quedan en la mitad esperando que se abra el de la izquierda, muchas veces en plena carretera, con la consecuente pitada de los que vienen desde el Ayuntamiento.

El tercer problema tiene que ver con los Jardines de Puerta Oscura y la zona de La Coracha, en la que han sido muchos los malagueños los que han pedido que se refuerce la vigilancia con cámaras o patrullas de Policía, ya que es una zona que por su oscuridad es muy insegura y se suceden los robos y algún que otro amedrentamiento. Las instituciones, como se ve, tienen deberes que hacer en esta zona.

La calle Francisco Carter, situada en el corazón de La Palmilla, tiene varios asuntos que resolver. El primero de ellos es la resolución de la gran suciedad incrustada que hay en las aceras que llegan al colegio Las Misioneras: «Desde hace tiempo observamos que no solo hay excrementos de animales, que esto por supuesto depende del más o menos civismo de cada uno, sino que hay suciedad incrustada en el suelo, que se hace pegajoso e incluso se ha oscurecido en alguno de los puntos. Ésta por supuesto no es una buena imagen para todos los niños que entran al colegio», explica una viandante de esta zona.

Lo cuenta un lector habitual de SUR, que a razón de la noticia sobre la peligrosidad de las calles Rodeo y Cáceres, añade otra circunstancia que preocupa a los vecinos: «Una situación parecida se produce en la intersección de la calle Parque con calle Olmos del mismo barrio, al lado del Liceo Francés, en la que, a pesar de la existencia de un espejo (que afortunadamente no ha sido aún vandalizado), la excesiva velocidad con la que bajan los coches por calle Olmos y la baja visibilidad para percibirlos a tiempo puede provocar un accidente a los vecinos que salimos de calle Parque (pese al STOP), o incluso un atropello a alumnos del centro escolar citado».

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