Los aledaños del Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso se han convertido desde hace unas semanas en una gymkana peligrosa, sobre todo para las personas mayores que pasean habitualmente por esta zona. La buena noticia es que no es la acera pegada a la playa, no obstante, los hándicap deben arreglarse: «Quisiera denunciar el gran surco de la acera que hay en la puerta de la entrada al parking de nuestra comunidad en el Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso n°18. Es una calle que tiene mucho tránsito de peatones, mucho de ellos mayores o con movilidad reducida, además de los vehículos de los vecinos que entran al aparcamiento de la comunidad y que pueden acabar metiendo alguna rueda» razona en su carta a esta sección.
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El enfado de este denunciantes (y otros tantos), más que el propio problema, es la desidia que les transmiten las administraciones públicas: «Este contratiempo parece que está hueco y estamos asustados de que pueda volver a ceder la acera con el peso de algún coche y acabe hundiéndose. Un vecino escribió al Ayuntamiento pero llevamos ya muchos meses con el problema y hasta la fecha nadie ha venido a arreglarlo», comenta con cierta indignación en declaraciones a SUR.
Y como adelantamos en el titular de esta noticia, no solo es el paseo marítimo el afectado, también sus aledaños. Las quejas sobre el estado de la acera en Paseo de Sancha llevan sucediéndose durante muchos meses: «Se han arreglado algunas zonas y otras siguen bastante mal. Hay partes levantadas que suponen un peligro tangible para las personas con poca visión», explica María P., lectora habitual de este periódico.
«Muchos padres se paran en el paso de cebra en el semáforo y los niños que tenemos con movilidad reducida a veces no pueden cruzar el semáforo». Esta es la frase con la que empieza su queja una profesora del colegio Virgen Inmaculada Santa María de la Victoria, que explica que tanto a los horarios de entrada como de salida del colegio muchos padres y madres mal estacionan, provocando un caos de coches y peatones que dificulta la movilidad y en ocasiones puede generar situaciones peligrosas.
Es dantesca la imagen que ofrece la avenida Jacinto Benavente cuando se mira hacia la parte norte del cauce del Guadalmedina, justo en la zona de pegada a los concesionarios y la entrada a La Virreina. La gran cantidad de desperdicios han creado una manta de basura muy extensa que ya es visible desde la carretera. Preguntando a los vecinos, confirman que hace mucho tiempo que ninguna batida pasa por allí: «Es una estampa habitual desde hace muchos años. Necesitamos que alguna administración tome medidas al respecto para combatir este punto de insalubridad tan cerca de las viviendas», exclamaba uno de ellos en una conversación con este redactor.
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