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Ya lo ha hecho otras veces el alcalde de Málaga, Paco de la Torre: invitar a los que protestan a un encuentro en Alcaldía. Pero ... en esta ocasión, además, les explicaba que, según el reglamento, los que intervenían en el pleno porque el expediente o asunto que se trataba les afectaba, luego no podían ser respondidos por los concejales, que debían limitarse al debate político entre ellos. Primera noticia, porque esta sección ya superará los seis centenares de plenos y comisiones de plenos, y es habitual que tanto los concejales del equipo de gobierno como los de la oposición se dirijan, cuando les toca intervenir, a los vecinos que van a quejarse. Pocas veces vienen a alabar. Lo normal en democracia, lo que marcha se disfruta, y lo que no, concentración.
La capacidad con la que De la Torre ha intentado que el pleno de Málaga sea «flexible» y se parezca lo más posible a las sesiones de los lander alemanes, da pie a que las críticas sean patentes en cada sesión. Es seguramente una forma de tener los pies en el suelo, de ver la realidad. Es como los post-plenos, donde más de una decena de vecinos por lo general, van a exponer sus problemas fuera de la sesión propiamente dicha. Una forma de participación democrática que hay que alabar. A cada uno, lo suyo.
Pues bien, a los tres intervinientes en las dos mociones sobre la vivienda y el drama habitacional que sufre Málaga, del PSOE y Con Málaga, los invitó a un encuentro en Alcaldía para profundizar sobre este asunto, sobre todo porque todos interpelaban al alcalde. Alejandro Orfila, de Málaga por la Vivienda, dijo sin ambages que no le echaban la culpa de que hubiese habitaciones en alquiler en Málaga a 650 euros ni al turismo, ni a los que se habían esforzado en tener dos o tres viviendas, sino al «poder público, que es usted alcalde». Lucía Luque se presentaba como damnificada de una promoción de VPO en la calle Garnica, que promueve el Ayuntamiento, y que debía haberse entregado ya, y rogaba para que pudieran entrar en sus pisos antes del verano.
Y por último, la anterior candidata de Adelante Málaga Carmen Máximo, que ahora representa a Málaga Habitable, Verde y Sostenible, criticaba al alcalde por haber dicho que tenerse que ir a vivir fuera de Málaga tenía una importancia relativa, «tiene una importancia traumática», apuntó.
«Les voy a invitar a los tres a reunirse conmigo, les recibiré próximamente» y dialogaremos sobre vivienda. «Tengo una agenda apretada, pero busco la hora y estaré encantado de recibirles», les decía. Pues nada, habrá que estar atentos al día y la hora en la que los recibe el regidor.
Criticaba el concejal socialista Mariano Ruiz Araujo la adhesión del Ayuntamiento de Málaga al decreto de la Junta para posibilitar un 20% más de VPO en los suelos urbanos o que estén urbanizándose así como que se posibilitará la construcción de vivienda protegida en el llamado suelo dotacional, excluyéndose eso sí el dedicado a educación y a a instalaciones deportivas. Decía que temía que acabaran construyéndose pisos de 30-40 metros cuadrados, y lastrando los proyectos de vida de las familias. «Es muy tarde para hacer muchas cosas, pero más vale acabar bien intentándolo. Que se pongan a trabajar por el drama habitacional de la ciudad, que sólo tiene un responsable y preside el pleno».
De la Torre aprovechaba para intervenir entre medias y a modo de profe de instituto calificaba la intervención del socialista: «Usted y sus frases efectistas». El PSOE, no obstante, votaba a favor de la medida con el resto de los grupos, menos Con Málaga, que se abstenía.
Ir a un pleno, que como poco suele durar unas seis horas, así sin anestesia para los profanos en el asunto, tiene mérito. Seis horas de debate político, de tomas y dacas, de sarcasmo, tiritos, críticas, zascas, denuncias...en fin, que seis horas son 360 minutos, con sus cadencias.
Pero la profesora Laura Teruel, que imparte Periodismo Político en la Universidad de Málaga (UMA), no ceja en el empeño con sus alumnos y los trae año tras año al pleno a foguearse con lo que, más tarde o más temprano, y si se dedican a esta profesión, puede acabar siendo parte de su trabajo.
Los alumnos de tercero de Periodismo político acudían a la sesión la pasada semana, tomaban nota con sus ordenadores, y estaban atentos hasta que –se veía venir– a las dos horas, la atención decae y llegó el hastío. Ocurre hasta con las películas que no tienen mucho gancho. Pues bien, Teruel les dejaba, magnánima, abandonar la sesión cuando acababan las mociones urgentes de los cuatro grupos municipales, que son las que acaban teniendo más tirón mediático y en las que los concejales se baten más el cobre para debatirlas.
«¿A esto le queda mucho?», que se volvía un estudiante, angelito, a preguntar si la 'interesante' experiencia estaba llegando a su fin. Dos horas y media llevaban. «No, queda más de la mitad, pero creo que vuestra profesora ya os va a dejar salir al recreo». Risas. «Uf, menos mal», que contestaba aliviado. Lo dicho, cuando quieran darse cuenta están contando a sus lectores u oyentes lo que acontece en el pleno. Tendrán que echar mano de paciencia, eso sí, pero todo se aprende. 'Todo por la patria', el lema de la Guardia Civil, es imbatible. A esta profesión le falta uno profundo y potente, y más en los tiempos que corren.
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