La aparición del coronavirus cambió el mundo. El SARS-CoV-2 desencadenó una pandemia que aún sigue presente. En ese contexto, los virólogos pasaron a un primer plano de la actualidad por ser los que mejor conocen el comportamiento de los virus. En esta entrevista, ... el presidente de la Sociedad Española de Virología (SEV), Albert Bosch, dice: «El Covid ha mostrado nuestras vergüenzas; no estábamos preparados para algo así». Este experto teme que, pese a los efectos negativos que ha tenido, no se haya aprendido la lección dada por el virus. Albert Bosch indica las claves del XVI congreso de la SEV, que se celebrará en el hotel NH de Málaga del 6 al 9 de septiembre de este año y cuyo presidente del comité local organizador es Jesús Navas Castillo.
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–¿Cuántos participantes esperan en el congreso de Málaga?
–No sé la cifra exacta, ya que la gente aún se está apuntando. Calculo que seremos entre 200 y 300. Aunque es un congreso nacional, contaremos con asistentes internacionales de Estados Unidos e Inglaterra, entre otros países.
–¿La virología a qué disciplina de la medicina pertenece?
–Nosotros estamos dentro de la microbiología. Cualquier cosa pequeña entra en la microbiología y los virus son los más pequeños. Lo que sucede es que la virología tiene entidad propia, porque los métodos de estudio son muy distintos de los de la microbiología, la bacteriología o la parasitología. Los virus son agentes infecciosos intracelulares, deben entrar en la célula e infectarla para poder multiplicarse. Esto los hace únicos y complica los tratamientos, puesto que se multiplican dentro de nuestras células. Desde un punto de vista clínico, formamos parte de las enfermedades infecciosas.
–Los virus no son seres vivos, pero tampoco están muertos, ¿verdad?
–Es muy complicado definir esto. Mientras que no infecta una célula, un virus es totalmente inerte; cuando entra en ella, se empieza a multiplicar. Esta es una batalla semántica desde los albores de la virología: ¿está vivo o no un virus? Una proteína no está viva y un ácido nucleico tampoco lo está. Un virus lo compone un ácido nucleico rodeado de proteínas. A veces, además, tiene también alguna otra estructura. Como no son un organismo ni tienen naturaleza celular, van por libre.
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–¿Qué tema será el más destacado de los que se tratarán en el XVI congreso de la SEV?
–Es evidente que no podemos dejar de tratar el tema del SARS-Cov-2. Contaremos con ponentes invitados muy notables en el campo del coronavirus como, por ejemplo, Luis Enjuanes y Mariano Esteban, que son extraordinarios científicos; Adolfo García Sastre, que es un especialista de primerísimo orden en el campo de la gripe y que domina muy bien las enfermedades respiratorias, y Ana Fernández-Sesma, una especialista en virus transmitidos por mosquitos. Le estoy hablando de memoria.
–Todavía seguimos en una etapa de pandemia por el Covid, pero ¿se está cerca de llegar a la situación de endemia?
–Es difícil pronunciarse sobre ese asunto. La realidad es que estamos conviviendo con el Covid. Un término que ha hecho fortuna es que hemos gripalizado el coronavirus. Nos hemos acostumbrado a estar con gente que tiene síntomas y que hace vida prácticamente normal. Conocemos a muchas personas que sufren la infección en estos momentos. Por lo tanto, esto no ha acabado. Los virólogos llevamos la vigilancia en aguas residuales y en muchos sitios el virus está subiendo. El nivel de circulación del SARS-CoV-2 es bastante alto. Lo que pasa es que no está teniendo especial gravedad, por lo que no compromete el sistema sanitario. No obstante, repito, hay muchísimos casos con la variante BA.5 de Ómicron, que se escapa mucho a las vacunas, pero que no tiene mucha gravedad, porque no suele dar grandes problemas respiratorios.
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–¿Cree que hay ahora un exceso de confianza en la población por lo que al Covid se refiere, sobre todo tras la retirada de la mascarilla en interiores?
–Deberíamos mantener el sentido común y llevar la mascarilla siempre en el bolsillo para usarla en lugares donde hay hacinamiento y están mal ventilados. Estamos todos, y me meto yo también, necesitando socializar. Así pues, es lógico que se facilite el contacto y, por tanto, que haya transmisión del virus.
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–¿Cómo ve el futuro próximo del coronavirus?
–La composición de la vacuna se va a hacer a medida de las variantes que se prevé que estén circulando el próximo otoño. Por lo que sé, a finales de junio se determinará cuál debería ser la composición de la vacuna que se administrará en otoño. Al principio, se vacunará a los colectivos más vulnerables. Desde un punto de vista logístico, se empezará por los mayores de 80 años. Después, posiblemente, iremos pasando el resto de la población.
–¿Considera que el SARS-CoV-2 se quedará para siempre o que se podrá acabar con él?
–Es probable que se convierta en un virus estacional. La verdad es que nos sorprende. Cada vez que hacemos un pronóstico nos coge a contrapié. El virus ha marcado nuestro tiempo y hemos ido a remolque. Ahora tenemos más herramientas: están desarrollándose nuevas vacunas, que pueden ser más efectivas para frenar la transmisión y la infección. También se trabaja en lograr fármacos antivíricos que complementarán el papel de las vacunas. Por tanto, el futuro tiene mejores perspectivas, porque estamos mejor preparados. Pero ¿eliminar el virus? Para ello tendría que haber una cobertura mundial de vacunación, cosa que todavía no hay. Por eso, será complicado acabar con el virus.
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–¿Es cierto que a medida que pasa el tiempo el virus se vuelve menos agresivo?
–Los virus que tienen un ácido nucleico, como el coronavirus, siempre van a variar. Cuando un virus varía, lo hace al azar. Podría ser que surgiera una variante que fuese más patogénica y que causara una mayor gravedad. No necesariamente una nueva variante tiene que ser más virulenta ni menos, aunque la tendencia suele ser de atenuarse y de coexistencia con el hospedador del parásito, en este caso el ser humano, pero todavía es pronto para esto.
–¿Se llegará a conseguir una vacuna que, además de evitar los casos graves y las muertes, impida los contagios del Covid?
–Espero que sí. Lo que pasa es que está siendo más lento de lo que desearía.
–Lo que sucedió con la llegada del virus y el confinamiento recordó a escenas de la Edad Media.
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–Yo, en el comienzo del curso, siempre les explicaba a mis alumnos de la universidad que esperaba que llegase un nuevo virus que causara una gran mortalidad, como sucedió con la gripe de 1918, pero jamás había pensado en una pandemia de la magnitud de la del Covid ni en una mortalidad como la que ha causado. La realidad me ha superado absolutamente. El confinamiento funcionó; los niveles de contagio bajaron muchísimo. El virus dejó de circular.
–¿Cree que la población ha aprendido la lección que nos ha dado esta pandemia?
–Me sabe mal ser negativo, pero me temo que no. La gente olvida muy fácil y rápidamente. Y, claro, no aprenderemos. Además, hay algo evidente: el cambio climático. Eso hace que vectores de enfermedades tropicales estén por aquí, cerca de nosotros, como, por ejemplo, el mosquito tigre.
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–¿Se teme la llegada de un virus más contagioso y mortífero que el coronavirus?
–Que hayamos tenido una pandemia no significa que no podamos tener otra. Nos ha visitado un virus que nos ha mostrado nuestras vergüenzas en el sentido de que no estábamos preparados para una pandemia de este tipo. No estoy criticando ni mucho cómo se ha tratado sanitariamente el problema. Puede aparecer otro virus que sea más virulento. Eso es evidente. Debemos estar preparados e intentar que no suceda.
–¿Y cómo se puede evitar?
–Hay que vigilar más el cambio climático, impedir que crezca la desertización y que aumenten las zonas tropicales; controlar el problema de los charcos en los que puede haber un incremento de vectores que favorecen las infecciones como los mosquitos y las garrapatas. Solo hay una manera de evitar estas cosas: ser cuidadosos con el medio ambiente y llevar a cabo controles sobre los vectores contagiosos. Sé que es algo complicado y costoso, pero más costosos son los efectos de una pandemia.
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–Cambiando de virus. ¿Es preocupante el aumento de casos de la llamada viruela del mono?
–Este asunto me preocupa menos porque está muy localizado en determinados colectivos, No digo que no sea algo grave y preocupante, pero es más fácil tomar medidas. La forma de transmisión de esta enfermedad es bastante menos eficiente que la del Covid. Por tanto, el contagio queda restringido a un contacto muy directo, lo que facilita el control. En cambio, un virus respiratorio es mucho más complicado de combatir.
–El principal problema de los científicos en España es la falta de financiación, ¿verdad?
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–Como presidente de la Sociedad Española de Virología debo decir que España es un país puntero en virología a nivel mundial. Hay unos indicadores que lo demuestran. Es cierto lo que usted apunta: la inversión en investigación y desarrollo en España es de vergüenza. Es de las más bajas de Europa. Es un milagro que podamos competir con colegas de otros países. Resulta muy triste todo esto. El Covid solo es una muestra de la necesidad de estar preparados. Yo siempre cito a Luis Enjuanes, que es un científico extraordinario, que ha estado trabajando durante toda su vida con coronavirus antes de que fueran famosos. Es evidente que sus trabajos no han caído en saco roto, sino que han generado una cantidad de información que ha permitido no empezar de cero y disponer de una capacidad de reacción muy rápida.
–La pena es que, teniendo mucho talento en España, no se apoye más a los investigadores.
–La investigación y el desarrollo revierten en los países. En España esto no se respeta. Incluso ahora ha habido un retraso en la convocatoria de los proyectos del plan nacional. Se tardarán seis meses más en conocer los proyectos financiados, lo que supone estar seis meses en el limbo. Es una pena.
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–Es lamentable que muchos científicos españoles deban irse al extranjero para poder vivir.
–El problema no es tanto que se marchen, sino que no vuelven. Es también una inversión que perdemos después de haber formado a esas personas.
–Estamos terminando la entrevista. ¿Quiere usted añadir algo?
–Quiero decir, para ser justos, que la organización del congreso de Málaga recae en el presidente del comité local, Jesús Navas Castillo, que trabaja en el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea 'La Mayora', que es un centro ejemplar. Estamos hablando de los virus que matan al ser humano, pero también hay que prestar mucha atención a los virus que afectan a las plantas y que provocan pérdidas económicas increíbles y problemas de abastecimiento de alimentos.
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