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El deterioro que presenta la iglesia del Sagrario de Málaga, clausurada desde hace cinco años, vuelve a ponerse de manifiesto en el desprendimiento de una de las cabezas de las imágenes que se ubican en las capillas que jalonan la valiosa fachada gótica de este templo, conocida como puerta del Perdón. La cabeza, correspondiente a una figura ubicada en la parte superior izquierda de la portada, ha podido ser recuperada pero no deja de ser un ejemplo más de la necesidad de intervenir con urgencia para poner remedio al estado de conservación de este templo del siglo XVIII, si bien esta portada corresponde al siglo XVI, ya que formó parte de un proyecto de Catedral gótica que no llegó a realizarse.
Así, esta puerta es la obra arquitectónica más antigua del conjunto catedralicio. Su origen data de 1498, si bien inicialmente no era más que un simple vano en el muro norte de la catedral vieja, que finalmente fue derribada. En 1514 se acometió la construcción de esta 'portada-retablo' bajo el mandato del obispo Diego Ramírez de Villaescusa, que probablemente la encargaría a algún artista del círculo del cardenal Cisneros, con el estilo del gótico florido castellano. Los trabajos para su realización se prolongaron hasta 1526, si bien se desconoce con exactitud su autoría. Posteriormente, fue incorporada a la traza de la actual iglesia del Sagrario.
Desde el Obispado han lamentado este suceso y han asegurado que el actual estado de conservación de esta portada es «uno de los temas que más nos preocupan». Así, han asegurado que «ya están en marcha estudios previos con vistas a una posible futura restauración».
No obstante, desde la diócesis han aplazado el inicio de esa reparación a que se acometa el proyecto para frenar la gran grieta que divide en dos la única nave de este céntrico templo y que está provocada por el movimiento del subsuelo, que todavía no ha logrado frenarse. Para ello, los arquitectos de la Catedral, Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto, han ideado unas inyecciones controladas de material que se aplicarían a ocho metros de profundidad para dar más consistencia al terreno sobre el que se asienta el edificio, lo que frenaría su fractura.
Sin embargo, la ejecución de este refuerzo de la cimentación está todavía pendiente de que finalice una nueva campaña de sondeos arqueológicos que comenzó en septiembre del año pasado y que aún no ha concluido. Esas prospecciones, que se suman a las que ya llevó a cabo la diócesis años atrás, han sido solicitadas por la delegación de la Consejería de Cultura para asegurar que las inyecciones para reforzar los cimientos del templo no van a dañar restos arqueológicos ubicados bajo esta iglesia. Anteriormente ya se realizaron excavaciones en las que aparecieron vestigios de la antigua mezquita que inicialmente se utilizó como catedral tras la conquista de la ciudad por parte de los Reyes Católicos.
En cualquier caso, parece claro que esta portada requiere de una restauración urgente para que no se siga agravando el deterioro que presenta, al tratarse de una piedra caliza especialmente vulnerable a las condiciones meteorológicas, como las lluvias caídas en los últimos días.
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